(CNN) — Cuando los isleños avistaron por primera vez a José Salvador Alvarenga, vieron a un hombre extremadamente débil, vistiendo solo ropa interior hecha hilachos.

En su barco maltrecho, un pájaro vivo estaba atado de la pata, aguardando ser la próxima comida del hombre.

Si estás desde un móvil mira las fotos aquí

Y en cuanto contó su historia, sus rescatistas rápidamente pudieron comprender que Alvarenga apenas y tuvo una comida completa en meses.

Tan loco como suena, su historia podría ser cierta después de todo.

Nuevos detalles de la travesía misteriosa de Alvarenga aparecieron en las Islas Marshall, al noreste de Australia, y parecen dar peso a su historia de viaje a la deriva a través del Océano Pacífico durante 13 meses.

Era un día ventoso y con lluvia en Ébano, el atolón donde se encontró Alvarenga el pasado 30 de enero.

La alcaldesa Ione deBrum fue alertada por primera vez sobre el misterioso visitante cuando un muchacho andaba en bicicleta cerca de su oficina desde el otro lado de la isla. El niño había sido enviado por Amy Libokmeto y Russell Laikedrik, los isleños que vieron por primera vez a Alvarenga.

Libokmeto hizo señas para que soltara el cuchillo, y luego la pareja entró en acción, enviando el aviso a la alcaldesa y proporcionando a Alvarenga alimentos, agua y ropa limpia, dijo deBrum a CNN.

Alvarenga olfateaba panqueque tras panqueque mientras la pareja se comunicaba con él mediante una mezcla de palabras y dibujos. El hijo de deBrum incluso ayudó a traducir la historia del salvadoreño, echando mano de sus habilidades en español, que aprendió de la serie animada infantil Dora la exploradora.

La historia era de no creer para muchos.

Alvarenga dijo que partió a finales de 2012 de México en lo que se suponía que era un día de pesca. Pero él y un compañero adolescente se perdieron en los vientos del norte y luego quedaron atrapados en una tormenta, y con el tiempo perdieron el uso de sus motores.

No tenían ninguna señal de radio para informar de su difícil situación, dijo.

Alvarenga dijo que cuatro semanas después de ir a la deriva, su compañero murió de hambre porque se negó a comer las aves crudas y tortugas. Eventualmente, él tiró el cuerpo por la borda.

Las afirmaciones de Alvarenga han cosechado escepticismo generalizado acerca de cómo podría sobrevivir el viaje de más de 7,800 kilómetros a través del mar abierto. Sin embargo, funcionarios en las Islas Marshall han dicho en repetidas ocasiones que no tienen ninguna razón para dudar de la historia.

Después de más de una semana en la isla, Alvarenga comenzó su viaje a casa este lunes.

Los planes para su repatriación a El Salvador se pospusieron la semana pasada después de que su salud empeoró. Pero el ministro de Relaciones Exteriores de las Islas Marshall, Phillip Muller, dijo este lunes que el náufrago se encontraba en buen estado de salud y listo para viajar.

Alvarenga más tarde abordó un vuelo que despegó de Hawai. Se espera que llegue finalmente a El Salvador este martes.

Con información de Suzanne Chutaro, Miguel Marquez y Sarah Aarthun