Por Elizabeth Landau, CNN
(CNN) – Misty y Larry Shaffer han estado juntos desde la secundaria. Ella fue al baile del último año de él y él fue al baile del penúltimo y último año de ella. Se casaron en octubre del 2008.
Él nunca dijo nada sobre que ella tuviera sobrepeso.
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Cuando Larry, un especialista de la Marina, estuvo desplegado en Afganistán por un año en el 2012, Misty decidió que quería ponerse en forma.
Ella pesaba más o menos 118 kilos cuando él se fue y menos de 70 kilos cuando él regresó.
“Simplemente me senté una noche en la cama y pensé, ‘Yo puedo hacer esto’”, dijo ella. “Necesito hacer esto”.
Shaffer, ahora de 25 años y con residencia en Leland, Carolina del Norte, ha luchado con su peso toda su vida, incluso desde niña.
Cada vez que ella trataba de hacer dieta en el pasado, tendría una recaída. Antes de quedar embarazada de su hija Nevaeh, ella tomó píldoras para bajar de peso y perdió 27 kilos. Pero todo eso, y más, regresó después que dejó de tomar las píldoras. Cuando tuvo mayor sobrepeso, ella pesaba alrededor de 136 kilos. Ella 1,67 metros.
“Yo comía cuando estaba aburrida. Comía tres comidas enormes al día y refaccionaba entre comidas. Triste o feliz, yo recurría a la comida para todo”.
Shaffer se sentía cansada todo el tiempo. La gente la acosaba. Ella quería sorprender a su esposo y se esforzó para una vida mejor para ella y su familia.
Su misión principal: dejar toda la comida chatarra. Ella dejó de tomar gaseosas y trató de limitar sus líquidos a agua y café.
Los primeros tres a cuatro meses fueron los más difíciles, dijo ella. Una vez que superó eso, empezó a desear comida más saludable y agua. Llegó al punto en el que si ella bebía una gaseosa dietética, le causaría tanta sed que ella ni siquiera la quería.
El trabajo de Shaffer tenía sus propios desafíos; ella era una compradora personal en un supermercado. A la hora del almuerzo, el pollo frito caliente “simplemente olía tan rico”, dijo ella. Pero el supermercado también ofrece una variada y saludable barra de ensaladas, como también vegetales calientes y pollo horneado.
Un desayuno típico para Shaffer es avena con fruta o una barra de cereal. En sus días libres, cocina salchichas, huevos o panqueques, pero cuida el tamaño de la porción. Alrededor de las 10 de la mañana, ella come algo ligero como frutas o zanahorias.
El almuerzo es una ensalada o medio emparedado con algún tipo de vegetales o fruta. El refrigerio de la tarde podría ser un yogur.
Para la cena, ella come carne magra (como pavo molido o deshuesado, pechuga de pollo sin piel), una verdura y una pequeña porción de almidón.
El gran día, el regreso de Larry Shaffer, era el 15 de mayo del 2013. El soldado nunca había visto a su esposa pesar menos de 100 kilos, incluso en la escuela secundaria.
Cuando ella lo vio en el aeropuerto, Misty Shaffer no sabía qué decir ni qué hacer. Ella solo corrió y saltó a sus brazos.
Su esposo estaba sin palabras, diciendo solo una palabra: “¡Guau!”.
Era la primera vez que él había podido levantarla. Antes, él no había podido levantarla del suelo ni siquiera un poco, dijo ella.
Ese momento valía la pena.
“Mucha gente veía eso como, ‘¿Por qué es eso la gran cosa?’, dijo ella. “Pero cuando nunca imaginaste que verías ese momento, en el que alguien te levanta… es algo grande”.
La otra parte importante de la sorpresa: ella había comprado una casa nueva mientras él estaba lejos.
Desde entonces, Shaffer ha podido mantener su peso.
Cuando su esposo se fue, ella era de talla 22 a 24; ahora ella puede usar talla 6 de mujer. A ella principalmente le está gustando el hecho de cuánto dinero ahorra en ropa más pequeña. Los pantalones caqui, por ejemplo, solían costar 80 dólares, pero ella encontró un par para su nuevo físico por solo 7 dólares.
Ella dijo que los hábitos alimenticios de su esposo no habían cambiado mucho; a él le gusta que ella cocine, pero él se serviría helado o pastel después. A veces ella se le une. Pero ella no está muy tentada a volver a sus viejos hábitos alimenticios.
”He visto lo mucho que me esforcé y todo lo que tuve que atravesar para llegar a este punto”, dijo ella.
A ella todavía le cuesta creer que su esposo la pueda levantar.