(CNN Español) – Sin descanso, los equipo de rescate siguen la búsqueda de al menos 90 personas que están desaparecidas tras el desprendimiento de tierra del pasado sábado que sepultó viviendas y vidas en el estado de Washington.
Tras cinco días de difíciles labores por la inestabilidad de la zona, los socorristas han usado palas, excavadoras e inclusos sus manos para encontrar vida entre el lodo de la zona del condado Snohomish. Pero a medida que pasan las horas y los días cada vez parece menos probable.
El jefe de bomberos Travis Hots dijo que hay 16 muertos confirmados y otros ocho cuerpos que no han sido recuperados.
Debido a la devastación, el gobernador de Washington Jay Inslee dijo este miércoles que no cree que “nadie pueda llegar a otra conclusión” de que aumentará la cifra de muertos.
“Es muy triste no haber podido encontrar más personas vivas en las últimas 36 o 48 horas”, dijo Inslee.
Pero un milagro emergió del desastre: un niño de 4 años sobrevivió a la hecatombe y fue rescatado el sábado desde las profundidades del deslave en la pequeña población de Oso.
La madre no estaba en la zona al momento del deslave, pero los otros tres hermanos y el esposo de la mujer del menor aún están desaparecidos.
Los residentes y las autoridades dicen sentir angustia y desolación, en un momento en que las labores dejaron de ser de rescate y pasaron a ser de recuperación.
Este miércoles en la noche las autoridades dijeron que el saldo oficial de desaparecidos es 90, una cifra menor a la reportada el martes.