Por Teo Kermeliotis

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(CNN) – Sus hojas de vida combinadas podrían ser la envidia de todos los genuinos aventureros del aire. ¿Siendo los pioneros de los aviones ultraligeros? He estado allí. ¿Estableciendo récords mundiales por recorrer el mundo sin escalas en un globo? He hecho eso. ¿Al mando del primer vuelo de 24 horas en un avión propulsado solo por el sol? Sí, lo has adivinado.

Y ahora, después de 12 años de diseños complejos y entrenamiento intenso, los pioneros de la aviación Bertrand Piccard y André Borschberg están listos para conquistar nuevas alturas, asumiendo el desafío del primer vuelo solar alrededor del mundo.

El dúo suizo dio a conocer la semana pasada el Solar Impulse 2, un avión revolucionario diseñado para conseguir el vuelo más largo en la historia de la aviación en términos de duración para un solo piloto. Intentará volar sin parar durante 120 horas (sí, serían cinco días y noches consecutivas) sobre los océanos y los continentes sin una gota de combustible.

Hecho de fibra de carbono, Solar Impulse 2 es la evolución de un prototipo que ha batido varios récords de aviación en los últimos años, incluyendo el primer vuelo nocturno totalmente propulsado con energía solar con una duración de 26 horas en el 2010.

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El avión mejorado tiene una enorme envergadura de 72 metros, más anchos que un Boeing 747 estándar y pesa solo 2.300 kilos, que es casi tan pesado como un auto familiar. Sus alas están cubiertas con un revestimiento de 17.000 células solares que suministran cuatro motores eléctricos con la energía renovable, mientras que sus baterías de litio personalizadas son capaces de almacenar suficiente energía solar durante el día para mantener el avión ultraligero volando por la noche.

“Lo que tenemos ahora es el primer avión del mundo que tiene resistencia ilimitada”, dice Borschberg de 62 años de edad y padre de tres hijos, quien estaba en la cabina del piloto en el vuelo récord del 2010. “Puede volar un día y una noche, puede volar por una semana, puede volar por un mes, en teoría puede volar durante un año”, añade. “Es el avión de mayor eficiencia energética alguna vez construido”.

Siesta de 20 minutos

En el interior de la diminuta cabina del avión, que mide más o menos el volumen interior completo más la mitad de un Mini Cooper 2013, cada detalle ha sido calculado para alcanzar la máxima eficiencia energética, mientras que el piloto puede vivir allí durante varios días. Su estructura está rodeada por una espuma de alta densidad para proteger al piloto de temperaturas que van desde -40°C +40°C en ausencia de calefacción y aire acondicionado.

Hay suficiente espacio para la comida, agua y suministros de oxígeno, mientras que un asiento de usos múltiples, que viene equipado con un paracaídas y una balsa salvavidas, funciona como un inodoro. También se reclina para permitir que el capitán realice ejercicios físicos para mantener la circulación de la sangre, así como tomar una siesta, pero solo para un máximo de 20 minutos.

“Hemos aprendido a hacer lo que llamamos el sueño polifásico”, dice Borschberg, en referencia a la práctica de dormir varias veces en un día. “Necesitas saber cómo descansar, cómo comer, cuándo ir al baño y cómo mantener el funcionamiento del cuerpo. Por supuesto, también nos hemos preparado para lo peor, cómo saltar fuera si es necesario, cómo sobrevivir en el mar con una pequeña balsa salvavidas y la forma de ser rescatados”.

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Para lograr todo eso, Piccard y Borschberg han pasado innumerables días y noches en el interior de simuladores de vuelo en los últimos años. Pero mientras que la formación técnica es fundamental, dice Piccard que prepararse mentalmente es igual de importante.

“Uno tiene que estar listo en su cabeza para realmente visualizar todas las soluciones”, dice Piccard. “Todas las emociones positivas relacionadas con el vuelo que durará de cinco a seis días solo sobre el océano, así como visualizar cómo disfrutarlo; de lo contrario, será muy, muy difícil”.

Se hereda de la familia

Si hay alguien que sabe lo que son las tareas difíciles, si no es que imposibles, es Piccard, un aventurero de tercera generación. Su abuelo fue el primer hombre en llegar a la estratosfera en un globo, mientras que su padre fue el primero en llegar al punto más profundo de los océanos de la Tierra, la Fosa de las Marianas a casi 11.000 metros.

Siguiendo sus pasos, Piccard desarrolló una pasión por la aviación desde muy joven. Comenzando desde que era un adolescente, pronto se convirtió en uno de los pioneros del vuelo ultraligero y ganó varias competiciones de acrobacias aéreas en ala delta.

En marzo de 1999, completó el primer vuelo en globo alrededor del mundo sin escalas con Brian Jones, del Reino Unido, mientras que cuatro años más tarde se unió a Borschberg, un aviador, empresario e ingeniero mecánico, para embarcarse en su noble misión para construir un avión solar que podría dar la vuelta al mundo sin emisiones contaminantes.

“En mi tradición familiar, siempre ha existido la exploración científica y la protección del medio ambiente, así que esto es lo que me motiva”, dice Piccard, de 56 años, quien también es médico, psiquiatra y padre de tres hijos. “Para tener una vida interesante y emocionante, pero también una vida útil para los demás”, añade.

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De hecho, más que el establecimiento de nuevos récords, es este deseo de trazar un camino sostenible para las futuras generaciones lo que parece motivar a los fundadores de Solar Impulse. Cuando se le pregunta si alguna vez ha tenido miedo de asumir otra vez algo que nunca se ha hecho antes, Piccard es rotundo.

“Para ser realmente honesto”, dice contundentemente, “tengo mucho miedo de vivir en un mundo en el que se quema un millón de toneladas de petróleo cada hora, sin contar el gas y el carbón, un mundo que está destruyendo el planeta y el medio ambiente”, continúa. “Tengo mucho menos miedo a volar en un avión de energía solar debido a que la energía solar es una de las soluciones para el futuro”.

Un futuro sin combustible

Después de la develación de la semana pasada, Piccard y Borschberg se preparan ahora para comenzar los vuelos de prueba a mediados de mayo, antes de embarcarse en su viaje de 35.000 kilómetros en marzo de 2015. Empezando en la región del Golfo en el Medio Oriente, los dos pilotos entonces volarán sobre la India, Myanmar y China, cruzarán el Pacífico, los Estados Unidos y el Atlántico con el fin de volver a su punto de partida.

Con una velocidad lenta máxima de solo 88 millas por hora (142 kilómetros por hora), cada travesía por el océano va a durar de cinco a seis días, teniendo un tiempo total de vuelo de hasta 20-25 días en el transcurso de unos cuantos meses. “Debido a que es un solo piloto y el avión vuela lentamente, vamos a aterrizar en todos los continentes y cambiar al piloto”, explica Piccard. “Así que, uno de nosotros volará sobre el Pacífico, uno sobre el Atlántico; uno atravesará China, el otro cruzará América, y así sucesivamente”.

Cada parada en su itinerario tendrá una duración de varios días, ya que el equipo de Solar Impulse quiere organizar actos públicos para dar a conocer una forma de vida más sostenible.

“Esto es realmente el mensaje que queremos transmitir”, dice Piccard. “Con la tecnología limpia y energ