Da una vuelta por cualquier cafetería, y seguramente verás a docenas de personas pegadas a sus computadoras, teléfonos inteligentes, tabletas y otros dispositivos. Parece como si no pudiéramos vivir sin Internet. Pero de una u otra manera, estamos profundamente apegados a nuestras computadoras, sin importar de qué forma se presenten.
Sin embargo, para realmente apreciar la belleza de estar en línea todo el tiempo, es esencial ver de dónde vienen nuestros queridos dispositivos. Y ahí, mis amigos, es donde la historia de la computadora personal es tan divertida. Sí, las computadoras alguna vez fueron pesadas bestias, pero en algún lugar de sus corazones yace un destello de los dispositivos que utilizamos hoy en día.