Por Piers Edwards, CNN
(CNN) – Es uno de los mayores escándalos de la Copa Mundial y 25 años después, Chile vuelve el miércoles a la “escena del crimen” donde el país sudamericano fue eliminado de la Copa del Mundo de 1994.
Es una historia de descarado engaño y un subterfugio sinvergüenza, si no hubiera sido por las habilidades fotográficas de un solo hombre, el récord intachable de Brasil de ser el único equipo en haber participado en cada torneo, habría sido puesto en verdadero peligro.
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La victoria para ya sea Brasil o Chile en su última eliminatoria en el estadio Maracana los habría llevado a la Copa del Mundo de 1990. Con 20 minutos restantes, Brasil iba 1-0 y parecía que iban a calificar, especialmente porque un empate también los haría pasar.
Entonces, de pronto su mundo se vino abajo.
En el área penal de Chile, el portero Roberto Rojas quedó postrado en el piso cuando al parecer fue golpeado por una bengala que aún estaba encendida y echando humo al aire a solo unas pulgadas de él.
Mientras los legendarios brasileños Bebeto, Dunga y Careca observaban lo ocurrido, los jugadores de Chile se apresuraron hacia Rojas, llamando furiosamente al personal médico una vez llegaron a donde él estaba.
La sangre que salía de su cabeza manchó su camisola de color carmesí, así que Rojas fue sacado del campo; mientras los abucheos llenaban un Maracana consternado, los árbitros pronto salieron del campo.
Debido a que la bengala había sido lanzada desde la sección brasileña del estadio, la más grande superpotencia del fútbol -Brasil ha ganado la Copa del Mundo en cinco ocasiones- enfrentaba una eliminación sin precedentes.
“Estaba aterrorizado”, dijo a CNN Ricardo Gomes, el capitán de Brasil en aquel entonces. “Inmediatamente pensé en perder la oportunidad de ir a la Copa del Mundo. Fue algo terrible”.
Quien ahora es un agente del fútbol, Paulo Teixeira estaba trabajando como fotógrafo al lado de la cancha ese día.
“Por muy increíble que parezca, ninguna cámara de televisión captó el momento en que la bengala se elevó y supuestamente golpeó al arquero”, le dijo a CNN.
“Nosotros los fotógrafos estábamos sentados por la línea lateral y vimos la bengala acercarse. Me impresionó ver a Rojas rodar y sangrar de un ojo, ya que el aparato había golpeado el suelo a más o menos un metro de donde él se encontraba”.
Debido a que no había evidencia en televisión o evidencia fotográfica para demostrar lo contrario, Brasil se encontraba en serios problemas, pero como lo desconocían por completo, se encontraban en el lado equivocado de un gran engaño.
En un incidente planeado, Rojas -un arquero muy respetado que en ese entonces jugaba para el equipo brasileño Sao Paulo- había utilizado una hoja de afeitar escondida en sus guantes para hacerse una herida en su propia cabeza mientras se encontraba tendido en el suelo.
Fue el plan más maquiavélico para asegurar la eliminación de Brasil, pero ninguno en Brasil tenía alguna esperanza de demostrarlo.
A menos que pudieran encontrar evidencia.
“Ahora, por supuesto, con todas las cámaras y teléfonos móviles disponibles, habría sido imposible”, dijo Gomes.
“No logré captar esa imagen, y lo mismo ocurrió con la mayoría de fotógrafos”, recordó Teixeira. “Pero había un sujeto a mi lado -Ricardo Alfieri, un buen amigo- y le pregunté: ‘Ricardo, ¿captaste la bengala?’ Me dijo: ‘Por supuesto, más o menos 4 o 5 tomas’”.
Teixeira inmediatamente se dio cuenta de la importancia de las imágenes, pero en una época en la que las cámaras grababan las imágenes en diapositivas, en lugar de digitalmente, aún había obstáculos.
“Ricardo tenía un problema. Había sido asignado por una revista japonesa y tenía que enviar las películas a Tokio -sin procesar- a la mañana siguiente, y los japoneses solo confiarían en su laboratorio”, recordó Teixiera respecto a su compañero fotógrafo, quien ahora trabaja para la Confederación Sudamericana de Fútbol, Conmebol.
“Le dije a Ricardo: ‘Escucha, tú eres el único que tienes la evidencia de que Rojas está mintiendo y cometiendo un engaño. No te dejaré salir de mi país con esos rollos sin procesar’”.
Justo después de que habían abandonado el partido, Teixeira había observado con asombro cómo un experto chileno le había dicho a una estación local de radio cómo había visto que la bengala le dio a Rojas, y de esa forma le dio una puñalada a la espalda desprotegida de Brasil.
“Así que encontré al reportero de la radio y le dije que Ricardo tenía las imágenes. Puso a Ricardo en vivo al aire y toda la atmósfera cambió”, recordó Teixeira.
“Diez minutos después, el presidente brasileño del fútbol Ricardo Teixeira [no hay parentesco] entró al vestuario donde se encontraban. Estaba lívido; su rostro blanco, negro, rojo, amarillo… de todos los colores.
”’¿Quién tiene los rollos?’”, preguntó. Yo los tengo, respondí. Yo era el mayor activo en la tierra en ese punto, y Teixeira siempre preguntaba si estaba seguro de las imágenes. Pero yo sabía que podía confiar en la palabra de Alfieri, porque él era lo mejor”.
Así empezó una frenética -e igualmente ansiosa- lucha por ver si las imágenes realmente demostraban que Rojas había hecho trampa.
“Tomó cuatro horas calentar y preparar el laboratorio. La señora del laboratorio estaba furiosa, porque la habían hecho llegar a trabajar un domingo en la noche”, dijo Teixiera.
Mientras todo se preparaba en el laboratorio, se intensificaban las deliberaciones respecto a qué agencia recibiría las fotografías. Mientras una se oponía a la demanda de Teixeira de cinco mil dólares, la famosa cadena Globo acordó pagar la suma por las imágenes.
“Cuando las imágenes salieron a luz, había cuatro tomas claras… iniciando con el aparato que volaba y luego aterrizaba a un metro de Rojas. Teixiera (el presidente de CBF) Teixeira estaba bastante aliviado”, dijo el agente Teixeira.
Ese lunes en la tarde, Globo dio a conocer la primicia -mostrando imágenes que demostraban el engaño de Rojas- en un programa llamado “Jornal Nacional”, una copia del cual el jefe de Teixeira de CBF le mostró a la FIFA después de volar a su sede en Suiza.
Satisfecho por la evidencia documental, el máximo ente mundial del fútbol le otorgó a Brasil una victoria técnica 2-0 que debidamente llevó a la nación a la final de 1990.
La FIFA dictaminó que Chile había violado las reglas de salir de la cancha antes del final del partido, y luego emitió una sentencia final, en la que suspendió a Chile de la Copa del Mundo de 1994. El máximo ente del fútbol también emitió una prohibición de por vida para Rojas que le impedía jugar fútbol, y el entrenador de Chile y el doctor del equipo recibieron una prohibición similar.
Luego, con solo 32 años de edad, Rojas siguió trabajando en el fútbol a pesar de eso, y mientras se recuperaba en su país natal de Chile, llegó ayuda de una fuente inesperada: el mismo Brasil.
“En 1993, el entrenador de Sao Paulo, Tele Santana, y el presidente del club viajaron a la capital chilena de Santiago para pedirle a Roberto que trabajara como el entrenador de porteros del equipo”, le dijo Viviane Rojas, su esposa, a CNN.
Rojas no quiso dar una entrevista, ya que no se encontraba bien de salud.
El jugador de 56 años, cuya prohibición de la FIFA fue levantada en 2001, ha estado esperando un trasplante de hígado durante tres años, después de contraer hepatitis C, y se sometió a una operación de cinco horas para aliviar la acumulación de líquido en sus pulmones, según Viviane.
A pesar de sus cuidadosos intentos de negarle a los brasileños lo que consideran es su derecho deportivo de nacimiento (es decir, jugar en la Copa del Mundo), Viviane dice que Rojas no recibe animosidad ahora que viven su vida en Sao Paulo.
“Aquí en Brasil, Roberto siempre ha sido querido”, dijo. “Lo más importante para los brasileños es que él, en sus entrevistas, se ha transmitido como un ser humano con un buen carácter, y uno muy distinto. Ha admitido su culpa y ha sido perdonado.
“Demostró su fuerza de carácter a través de su trabajo y luego de entrenar al arquero del Sao Paulo Rogerio Ceni para convertirse en uno de los mejores, Roberto también entrenó al Sao Paulo por una breve temporada en 2003, logrando que el equipo calificara para la Copa Libertadores”.
Los sentimientos de Viviane están respaldados por el ex capitán de Brasil, Gomes, quien no siente malicia hacia un hombre que podría haberle robado su única oportunidad de jugar en la final de la Copa del Mundo.
“Conocí a Rojas muchos años después, y él admitió sus errores. No es una mala persona, pero ese día tuvo un lapso y tomó una muy mala decisión”, dijo Gomes.
“Chile tenía un plan que habían preparado y era increíble, verdaderamente increíble”.
“Lo más extraño es que tenían un buen equipo”.
El miércoles, Chile regresó al Maracaná mientras continúan su participación en la Copa del Mundo de 2014 con su segundo partido del grupo en contra de España.
Debido a que España perdió su primer partido, mientras Chile ganó el suyo, sin duda hubo una sorpresa, pero sin los fuegos artificiales del partido de 1989.