Por Hiufu Wong, CNN

(CNN) – Cuando Jay Kwon Yang murió de cáncer de estómago en Virginia en 2012, dejó un sueño sin cumplir: viajar por mundo.

El ingeniero ambiental y propietario de una tintorería siempre quiso viajar a Europa. Y a África. Incluso a California o no muy lejos, a Florida.

Pero nunca tuvo la oportunidad. Solo tenía 52 años cuando murió.

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Durante más de un año, su hija de 25 años, Jinna Yang, no pudo superar el dolor de haber perdido a su padre, quien la había criado junto a un hermano y a una media hermana, casi por su cuenta.

Así que decidió llevar a su padre al viaje de sus sueños.

(Puedes leer el conmovedor tributo de Yang a su padre en su blog).

Fotografías con su compañero de viaje  

Viajó durante un mes en abril con una fotografía portátil de tamaño real de su padre; Yang, quien reside en Nueva York, recorrió Europa y publicó fotografías frente a monumentos famosos, desde la catarata Skogafoss en Islandia hasta la torre inclinada de Pisa.

“Tengo un buen amigo cuyo padre es diseñador industrial; él me ayudó con la fotografía para que pudiera doblarla hacia adentro y hacia afuera”, dice Yang a CNN. “Era lo suficientemente portátil como para que pudiera llevarla conmigo luego de doblarla”.

“Me tomé el tiempo para apreciar las cosas pequeñas”, dice Yang. “En cada ciudad a donde iba, me sentaba a admirar lo que veía”.

“Independientemente de si estaba ante una enorme catarata en Islandia o si me encontraba en un café local en Florencia, solo me sentaba. Me encantaba observar a las parejas que pasaban a mi lado en la romántica ciudad de Florencia, ver cómo el agua chocaba contra las rocas en la Riviera italiana, e incluso a los pavorreales en la isla de Lokrum frente a la costa de Croacia”.

Islandia fue el destino que más le cambió la vida a Yang.

“Nunca había hecho nada tan aventurero, y a veces, el país entero parece ser otro planeta”, dice.

Su compañero de viaje de cartón despertó la curiosidad de las personas durante todo el viaje.

“Muchos se me acercaban en la calle, y me preguntaban si se trataba de una persona famosa”, dice Yang. “La mayoría de veces que ves una foto en tamaño real, es de alguien como Justin Bieber o de One Direction, y por lo general la encuentras en la habitación de un niño de 9 años.

“Muchas personas se detenían para tomarse fotos también”.

Atención mundial  

Cuando regresó a Nueva York, Yang publicó su colección de fotos en su blog (ve la galería de arriba).

Las fotos conmovieron a personas alrededor del mundo, aunque no todos los comentarios han sido positivos.

Algunas personas que han escrito en el sitio de Yang han sugerido que las fotos no son reales, una acusación que Yang niega.

“Es realmente desafortunado escuchar estas acusaciones falsas, pero supongo que es parte del paquete”, dice Yang a CNN.

“La foto que llevaba conmigo era un cartón plano con una altura de 1,8 metros. La dividí en tres secciones, para que pudiera doblarla y llevarla conmigo. Así que no, ¡no tuve que pagar un asiento extra para mi papá!”

Una foto “detrás de escenas” en la que Yang lleva la fotografía de su padre frente al Louvre aparece en su página de Instagram.

“Sí edito mi trabajo, al igual que mi amigo, el fotógrafo que tomó las fotos. La orilla blanca de la foto fue editada para lograr una mejor fotografía en muchas de estas tomas”.

“Es triste que las personas cuestionen la autenticidad de todo el proyecto, pero… estoy agradecida por el apoyo positivo que he recibido de parte de la comunidad”.

“El propósito de este proyecto no era lograr la imagen perfecta, sino traer paz a mi familia e inspirar a las personas a que encuentren la esperanza y el valor para continuar”.

Viaje como terapia  

Ahora ya de vuelta en Nueva York, Yang está planeando otro viaje por Europa que espera hacer en julio.

“A veces tienes que tocar fondo para saber qué dirección debes tomar”, dice Yang. “Estaba desecha, y debido a que me permití aceptarlo, encontré la fuerza para hacer un cambio”.

“Había hablado acerca de hacer un viaje como mochilera por Europa, pero cuando en realidad reservé el boleto y empecé a planear el viaje, me dio algo que me motivó otra vez”.

“Me sentí confiada en mi capacidad de hacer algo, y descubrí esperanza en mi futuro de nuevo”.