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Uruguay

José Mujica: "A los que les gusta mucho la plata hay que correrlos de la política"

Por Juan Andrés Muñoz

Nota del editor: La segunda parte de la entrevista de Carmen Aristegui al presidente uruguayo José Mujica se emite este miércoles a las 11 p.m. ET (10 p.m. hora de México)

(CNN Español) -- Termina su mandato pero las convicciones del presidente de Uruguay, José Mujica, se mantienen incólumes. Su sobriedad y sencillez han tocado no solamente la vida de los uruguayos sino también la de muchos latinoamericanos, que ven en él un ejemplo de lo que debería ser un político.

"No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivir con lo justo para que las cosas no me roben la libertad", reconoce como su lema de vida en una entrevista con Carmen Aristegui en su residencia en Rincón del Cerro, en Montevideo.

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Es su manera de pensar, aunque admite que no todos coinciden.

Para él, los presidentes "tenemos que vivir como vive la mayoría, y no como vive la minoría", y se muestra contundente cuando dice que "a los que les gusta mucho la plata hay que correrlos de la política; son un peligro".

Sostiene que "la política es la lucha por la felicidad de todos", pero cree que las repúblicas de hoy "se han desviado hace mucho tiempo".

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"Las repúblicas vinieron al mundo para decirle no a la monarquía, y a los méritos de sangre y suscribir que los hombres básicamente somos iguales... pero si los otros se desvían de la esencia del republicanismo, yo no tengo la culpa", dice. "El staff que rodea a lso presidentes remeda a la vieja corte".

"El presidente es un funcionario que eligió la gente para un momento y una etapa, nadie es más que nadie", afirma.

Defender la vida

Mujica se declara un apasionado de la vida y asegura que "nuestra religión tiene que ser la defensa de la vida".

"Hay que luchar y defender esta vida. Esta es la vida hermosa que hay que cuidar, y hay que luchar porque sea feliz, lo más posible, con todas sus contradicciones, y defenderla", dice.

"Tú con plata no puedes ir un supermercado y decir: véndame cinco años más de vida. No se puede. No es una mercancía, entonces no hay que malgastarla, hay que tratar de usarla y gastarla en las cosas que nos motivan para vivir", agrega.

Para Mujica, la libertad es "tener tiempo para vivir lo que nos motiva" y se declara un poco "panteísta" porque cuando está en la naturaleza se pone a conversar "con los yuyos" (la hierba)

Balance de gobierno

Cuando un presidente termina mandato como él, se suele hacer balance, pero a Mujica no le gusta hacer balances porque "eso es una cuestión de almacenero... y yo soy un luchador social".

Pero resume sus logros sobre todo en el combate a la pobreza. Después de sus cinco años en el poder, dice que hay "menos pobres, menos indigentes, 11 por ciento de pobreza, medio por ciento de indigencia, hace 10 años teníamos 38. Se ha mejorado sustancialmente".

"Algunos dicen que es viento en cola porque los chinos decidieron comer y gastar mucho. Lo cierto es que el viento de cola dio en muchas partes y no se tuvieron esos logros", comenta.

"Que se sepa la verdad es un castigo muy fuerte"

Mujica, que estuvo preso durante los años de la dictadura, dice que durante su gobierno "los delitos que se pudieron identificar fueron procesados... pero hay una reserva, un secreto que mantienen los actores. Y nos falta la verdad, como nos falta la verdad no se hizo justicia".

“Yo en mi manera de penar, si me dijeran la verdad, no tengo más nada que castigar, pero eso no es lo que piensa la mayoría de mi sociedad… quiere castigo. Y yo quisiera tener la verdad. Que se sepa la verdad es un castigo fuerte, muy fuerte”,

"Para mí el camino era el de Mandela, si la gente se hace cargo de lo que hizo, punto, no tengo más nada que cobrar, pero te haces cargo públicamente y ese es el castigo. Pero eso es lo que piensa el presidente. Y como en tantas cosas verá que el presidente no manda", dice.

"Lo otro puede dar una sensación de un sentimiento de venganza, que es peligroso, muy peligroso. Esto se lo dice un luchador social, que estuvo años preso, que pasó las de Caín, que se comió plantones, que estuvo atado con alambre cuando cayó Saigón", concluye