Por Laura Smith-Spark
(CNN) — No es la noticia que cualquier trabajador por turnos quiere escuchar. Trabajar en horas irregulares no solo es malo para tu vida social y probablemente para tu salud, sino que tiene un efecto crónico en tu capacidad de pensar, según lo que se encontró en un nuevo estudio.
En el estudio, publicado en la revista Occupational and Environmental Medicine, se observó el impacto a largo plazo de las capacidades cognitivas de las personas que trabajan en horas extrañas o con turnos que cambian frecuentemente.
Los investigadores en Francia y Reino Unido analizaron a los trabajadores empleados y jubilados en el sur de Francia durante una década; algunos de los cuales nunca tuvieron trabajos de turno, mientras que otros trabajaron así durante años.
Encontraron que el trabajo de turnos estaba asociado con una alteración de la cognición, y la alteración era peor en aquellos que la habían realizado durante más tiempo.
El impacto fue particularmente marcado en aquellos que trabajaron horas anormales durante más de 10 años; con una pérdida de capacidades intelectuales equivalentes a que el cerebro envejezca 6.5 años.
El único resultado alentador para los trabajadores de turno es que esa pérdida puede revertirse con un cambio a horas regulares. ¿La mala noticia? Tarda al menos cinco años, según lo que sugieren los resultados, excepto para velocidades de procesamiento.
Horas cambiantes
Los autores dicen que la investigación es el primer estudio publicado sobre la reversibilidad del impacto crónico del trabajo por turnos en el cerebro después de que se termina de trabajar.
Para el estudio, a los participantes se les pidió que realizaran pruebas cognitivas con el objetivo de evaluar la memoria a corto y largo plazo, las velocidades de procesamiento y la capacidad cognitiva general en tres ocasiones, en 1996, 2001 y 2006.
Solo menos de la mitad de la muestra, 1,484 personas, había trabajado por turnos durante al menos 50 días del año.
Los participantes tenían 32, 42, 52 y 62 años exactamente en el momento del primer conjunto de pruebas. En total, solo menos de 2,000 personas fueron evaluadas en los tres puntos de tiempo.
Aproximadamente una quinta parte de aquellos que trabajaban y una porción similar de aquellos que eran jubilados habían trabajado en un patrón de turnos que rotaba entre mañanas, tardes y noches.
Ritmos circadianos
Los investigadores, de la Universidad de Swansea en Reino Unido y de la Universidad de Toulouse en Francia, dicen que este es un estudio observacional, así que no deben sacarse conclusiones definitivas sobre causa y efecto.
Sin embargo, sugieren que la alteración del reloj biológico podría “generar factores de estrés fisiológicos, que podrían afectar el funcionamiento del cerebro”.
Los humanos están hechos para dormir en la noche por su ritmo circadiano, un ciclo de 24 horas que trae cambios físicos, mentales y del comportamiento en el cuerpo. El ritmo circadiano afecta los ciclos del sueño, la liberación de hormonas, la temperatura corporal y varios procesos. Además del impacto intelectual, la interrupción fue asociada con problemas de salud que incluyen úlceras, enfermedades del corazón y cáncer de mama.
En otra investigación también se vinculó la deficiencia de vitamina D causada por la exposición reducida a la luz solar con habilidades de pensamiento más pobres, de acuerdo con los investigadores.
“El deterioro cognitivo observado en este estudio puede tener consecuencias importantes de seguridad, no solo para los individuos afectados, sino también para la sociedad como todo, debido al número creciente de empleos en situaciones de alto peligro que se realizan en la noche”, advirtieron los investigadores.
Dicen que por lo menos, los resultados sugieren que monitorear la salud de las personas que trabajaron patrones de turnos durante 10 años vale la pena.
Es un mensaje que merece atención.
Se ha destacado que los accidentes tienden a ocurrir muy tarde en la noche o muy temprano en la mañana; como el desastre de la Isla Three Mile en 1979 y el desastre de Chernóbil en 1986.