Por Steven Jiang, CNN
(CNN) – Este mes, la “furia por las nueces” hizo que el piloto de un vuelo de Korean Air que se encontraba en la pista del aeropuerto JFK de Nueva York regresara a la puerta de abordaje.
Ahora, el incidente del “agua caliente” ha obligado a un vuelo de Thai AirAsia que se dirigía a China a regresar a Bangkok, causando molestia no solo entre los pasajeros que iban a bordo, sino también entre el público y el gobierno chino.
Poco después de que el vuelo FD9101 despegara la tarde del pasado jueves de Bangkok con destino a la ciudad de Nankín, al este de China, un pasajero le pidió a la aeromoza agua hirviendo para los fideos instantáneos de su novia, informaron testigos a los medios estatales de China.
Cuando les dijeron que tenían que esperar hasta que el avión alcanzara la altitud requerida, el joven supuestamente tiró comida en el pasillo, se paró sobre ella y le gritó a los otros pasajeros que trataban de calmarlo.
Según se dice, todavía estaba echando chispas cuando una aeromoza de la aerolínea económica le llevó una taza de agua caliente y le cobró 60 bahts tailandeses (2 dólares) por ella.
Otra discusión surgió cuando él exigió que le dieran el cambio en moneda china, al igual que un recibo oficial, informaron los medios estatales.
Mientras seguían discutiendo, la novia del hombre le lanzó agua caliente a la aeromoza en la espalda, dijeron los testigos. Cuando la azafata le exigió una disculpa a la mujer, el novio explotó.
En un video que otro pasajero grabó con su celular y publicó en línea, un hombre vestido con una camiseta gris y pantalones de lona aparece gritando lo siguiente en mandarín: “¿No crees que tengo dinero?… Ocasionaste todos los problemas y ¡voy a hacer estallar el avión!”.
Cuando la pareja se dio cuenta de que el avión estaba dando la vuelta, la mujer supuestamente se puso histérica, golpeó las ventanas y amenazó con saltar del avión, según medios estatales.
El avión —que transportaba a 174 pasajeros y seis miembros de la tripulación— aún no había dejado el espacio aéreo tailandés antes de dar la vuelta.
“El capitán del vuelo decidió regresar el avión al Aeropuerto Don Mueang (el aeropuerto secundario de Bangkok) al considerar que sus acciones ponían en peligro a otros pasajeros y obstaculizaban el servicio a bordo”, dijo la aerolínea en una declaración.
Las autoridades tailandesas supuestamente interrogaron a la pareja —y a dos de sus amigos que también estuvieron involucrados en el incidente— y les ordenaron que le pagaran a la aeromoza 50.000 bahts (1.500 dólares).
La mujer además recibió una multa de 200 bahts (6 dólares) y los otros tres pasajeros, 100 bahts (3 dólares) por alterar el orden público.
A medida que la noticia del “agua caliente” se difundió en línea, muchos usuarios chinos de Internet se lamentaron de que la aerolínea no hubiera presentado cargos penales, y calificaron a las multas impuestas por funcionarios tailandeses como un castigo leve por un comportamiento tan “vergonzoso”.
La rabia en los vuelos está en aumento en China
La rabia en los vuelos es una escena común en China, donde los retrasos son frecuentes.
En años recientes, los medios estatales han informado de numerosos incidentes dramáticos que involucran a pasajeros enfurecidos, los cuales van desde bloquear a los aviones que están en movimiento en pistas activas hasta peleas con empleados del aeropuerto.
Con el crecimiento exponencial del turismo hacia otros países, los viajeros chinos ahora parecen estar exportando su rabia al extranjero.
En febrero de 2012, bajaron a una pareja china de su vuelo de United desde Guam con destino a Shanghái, luego de que repetidamente le gritaran a una aeromoza y le dijeran que “se callara” cuando trató de mover su equipaje en el compartimiento superior para acomodar a otros pasajeros.
En septiembre de ese año, un vuelo de Swiss Airlines con destino a Beijing fue obligado a regresar a Zúrich cuando se inició una pelea entre dos hombres chinos por un asiento reclinado.
En febrero de este año, surgió una pelea entre dos grupos de pasajeros chinos antes de que su vuelo pudiera despegar de la isla turística de Phuket, en Tailandia, lo que dio lugar a que 29 personas fueran bajadas del avión.
Luego, en abril, un vuelo de Thai Airways que iba a viajar durante la noche de Bangkok a Beijing se complicó cuando estalló una pelea entre tres hombres chinos.
Durante una visita oficial a las Maldivas en septiembre, el presidente chino Xi Jinping personalmente les pidió a los turistas chinos que se comportaran en sus viajes al exterior.
El año pasado, el gobierno publicó una extensa lista de cosas que debían y no debían hacer, con el propósito de convertir a los viajeros chinos en “turistas civilizados”.
Después del más reciente incidente, la Agencia Nacional de Turismo dijo en una declaración que las acciones de los cuatro pasajeros habían ocasionado “serios daños a la imagen general de las personas chinas”, y exigió que las autoridades locales revisaran el caso.
Sin embargo, todas las advertencias y persuasiones parecen haber llegado a oídos sordos.
Cuando llegaron a Nankín en el mismo vuelo de Thai AirAsia al día siguiente, los cuatro pasajeros se negaron a desembarcar, según fueron citados los testigos por los medios estatales.
Ellos exigieron una declaración escrita por parte de la aerolínea que los exoneraría de haber ocasionado el incidente el jueves, retrasando el vuelo y regresando a Bangkok.