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Opinión

OPINIÓN: Nuestra gran apuesta para el futuro

Por Juan Andrés Muñoz

Por Bill y Melinda Gates

Nota del editor: Los autores son copresidentes de la fundación Bill & Melinda Gates. Su carta anual de 2015, de la cual fue adaptado este artículo, está disponible en www.gatesletter.com. Las opiniones expresadas en este artículo corresponden exclusivamente a de los autores.

Hace 15 años, hicimos una apuesta entre los dos.

Empezamos nuestra fundación en el 2000 con la idea de que, al apoyar el trabajo innovador en materia de salud y educación, podríamos ayudar a miles de millones de personas a mejorar sus vidas. El avance que hemos visto hasta el momento es tan apasionante que doblamos la apuesta que hicimos hace 15 años.

Esta es nuestra apuesta: Las vidas de las personas en los países pobres mejorará más rápidamente en los próximos 15 años que en cualquier otro momento de la historia. Estamos poniendo nuestra credibilidad, tiempo y dinero detrás de esta apuesta porque pensamos que nunca ha habido un mejor momento que éste para acelerar el progreso y tener un gran impacto en todo el mundo.

Estos son cuatro grandes avances que vemos venir para el año 2030:

En primer lugar, la mortalidad infantil bajará a la mitad. En 1990, uno de cada diez niños en el mundo, moría antes de cumplir cinco años. Hoy día, muere uno de cada 20. Para 2030, será uno de cada 40. Casi todos los países incluirán vacunas para la diarrea y la neumonía en sus programas de inmunización, dos de los principales asesinos de niños. La mejora en las condiciones de salubridad reducirá drásticamente la propagación de las enfermedades. Además, estamos aprendiendo cómo ayudar a más madres a adoptar prácticas como la lactancia materna adecuada y el contacto piel a piel con sus bebés recién nacidos, lo que impide que mueran en el primer mes después de nacidos.

En segundo lugar, África podrá autoalimentarse. Actualmente, el continente depende de las importaciones y de las ayudas para alimentar a su pueblo, a pesar de que siete de cada diez personas en el África subsahariana son agricultores. Parte del problema es que los agricultores africanos solo reciben una fracción de los rendimientos que reciben los agricultores estadounidenses.

Sin embargo, en los próximos 15 años, las innovaciones agrícolas eliminarán estas brutales ironías. Con mejores fertilizantes y cultivos más resistentes, los agricultores africanos podrán cultivar una mayor variedad de alimentos y vender sus excedentes para complementar su dieta familiar con vegetales, huevos, leche y carne. A pesar de que el cambio climático hace más difícil el trabajo de los agricultores, podemos conseguirles suficiente innovación e información para aumentar la productividad en un 50 por ciento para el continente en general. Países como Ghana también están construyendo mejores carreteras y adoptando políticas que hacen más fácil transportar alimentos a los lugares donde más se necesitan. En 15 años, África seguirá importando alimentos cuando tenga sentido hacerlo, pero también exportará mucho más, logrando finalmente un saldo positivo en su balanza comercial.

Tercero, la banca móvil ayudará a los pobres a transformar sus vidas de manera radical. Hoy día, alrededor de 2.500 millones de personas no tienen acceso a servicios financieros económicos y fáciles –un problema que hace aún más difícil ser pobre. Por ejemplo, si tus ahorros los tienes en joyas o ganado, no puedes dividirlos fácilmente en para cubrir los gastos diarios de rutina.

Pero en los próximos 15 años, la banca digital permitirá que los pobres tengan más control sobre sus activos. Los teléfonos móviles serán claves. De hecho, en los países en desarrollo que cuentan con el adecuado marco regulador -como Bangladesh- la gente ya está utilizando sus teléfonos para almacenar dinero digitalmente y hacer compras. En 2030, el 80 por ciento de los adultos que actualmente no tienen cuentas bancarias harán lo mismo. Y para entonces, los proveedores de dinero móvil ofrecerán toda la gama de servicios financieros, desde cuentas de ahorro que generan intereses hasta créditos y seguros.

En cuarto lugar, a medida que las redes celulares de alta velocidad crecen y los teléfonos inteligentes se vuelven tan baratos como los teléfonos de hoy en día que solo cuentan con servicio de voz, la educación en línea florecerá. Antes de que un niño incluso inicie la escuela primaria, ya podrá utilizar el teléfono inteligente de su madre para aprender los números y letras. El software podrá determinar cuándo tiene dificultades con el material y ajustarlo a su nivel. Por supuesto, el software nunca reemplazará a los maestros. Pero al permitir que los maestros hagan cosas como subir videos y obtener retroalimentación de sus compañeros, los puede conectar de otra manera.

¿Qué hará falta para asegurar que la vida realmente mejore más rápido para los pobres? Necesitamos avances en la tecnología y debemos hacerla llegar a las personas que más la necesitan. También tenemos que cerrar la brecha de género. Los países donde las niñas no van a la escuela o la mujer no puede abrir un negocio se quedarán atrás.

Otro factor importante será la gente que se preocupa por ayudar a las personas en los lugares más pobres del mundo a fin de que mejoren sus condiciones de vida. Aspiramos a reclutar millones de nuevos defensores -los llamamos ciudadanos del mundo- para instar a los líderes mundiales a ser ambiciosos cuando se reúnan en septiembre para adoptar unos nuevos objetivos que guíen los esfuerzos del mundo para combatir las enfermedades, la pobreza y el cambio climático en los próximos 15 años. Después del 2015, esperamos que estos ciudadanos globales insten a los gobiernos y a las personas en puestos de toma de decisiones para que cumplan esas metas.

Puedes dar tu apoyo firmando en en www.globalcitizen.org, donde se puede ver formas de comprometerte y conectar con otras organizaciones que trabajan para hacer del 2015 un año histórico. Creemos que la gente apasionada e informada puede trabajar conjuntamente para hacer del mundo un lugar más equitativo. De hecho, le apostamos a ello.