Por Hilary Whiteman y Masoud Popalzai
KABUL, Afganistán (CNN) — Una mujer llevada en su ataúd en los hombros de mujeres fue una escena que muchos dijeron que nunca habían visto antes en la capital de Afganistán.
Los hombres son tradicionalmente quienes llevan los féretros en Kabul, la ciudad donde días atrás una turba de agresores, todos hombres, golpearon y patearon a Farkhunda, de 27 años, antes de lanzarla desde un puente y dejar su cuerpo en llamas tirado en el río.
Al igual que muchos afganos, Farkhunda usaba solo un nombre.
Los primeros informes sugirieron que Farkhunda padecía una enfermedad mental, pero su padre lloroso, Nadir, dijo a TOLOnews que era un profesora religiosa que enseñaba el Corán a los niños. Dijo que no había manera de que su hija quemara las páginas del libro sagrado, como ha sido acusada.
Veintiséis personas han sido detenidas en relación con el asesinato brutal, dijo el ministro del Interior de Afganistán, Noorul Haq Ulumi, este lunes en una declaración ante el Parlamento.
Los padres de Farkhunda dijeron que el asesinato fue instigado por un mulá local de la mezquita de Shah-e-Do Shamshera en el centro de la ciudad, que había estado enojado por las acusaciones de que Farkhunda estaba distribuyendo tawiz falsos.
Los tawiz son pedazos de papel que contiene versos del Corán que a veces son usados como amuletos para alejar el mal y traer al portador buena suerte.
TOLOnews informó que “con el fin de salvar su trabajo y la vida”, el mulá habría comenzado a gritar acusaciones de que Farkhunda quemó el Corán.
Los testigos dijeron que una multitud se reunió y arrastró a Farkhunda a la calle. “Nosotros estábamos pidiendo a la gente que dejara de golpearla y que nos dejaran preguntarle a qué religión pertenece”, dijo un testigo a TOLOnews. “Pero la gente no nos escuchaba y seguían golpeándola”.
El ministerio de Hajj y Asuntos Religiosos de Afganistán informó que no había encontrado ninguna evidencia de que Farkhunda quemó el Corán. Mientras tanto, el presidente afgano Ashraf Ghani condenó el asesinato como “atroz” y ordenó una comisión para investigar plenamente.
El padre de Farkhunda dijo que los culpables de matar a su hija deben enfrentar a la justicia: “no quiero que la sangre de mi hija sea en vano”.
Policías suspendidos
Trece oficiales de policía han sido suspendidos en relación con el ataque, según el vocero del Ministerio del Interior, Sediq Seddiqi. Antes dijo que 11 personas habían sido detenidas.
“Estamos muy interesados en ver lo que sucede en cuanto a la investigación de la conducta de la policía”, dijo Patricia Grossman, investigadora en Afganistán de Human Rights Watch.
“Eso fue, para nosotros, uno de los aspectos más preocupantes de este caso, que la policía no intervino de manera adecuada y correcta para salvarla cuando había oportunidad de hacerlo”.
Enterrada por mujeres
El domingo, mientras observaban el ataúd de Farkhunda siendo llevado a la tumba, la multitud gritaba “que los oficiales de policía de Kabul deberían ser despedidos”, según la activista de derechos humanos afgana Ramin Anwari.
Funcionarios del gobierno, ministros, periodistas civiles se encontraban entre las miles de personas que asistieron a su funeral, dijo Anwari.
Muchos de ellos se espera que asistan una gran manifestación prevista para el martes afuera de la Corte Suprema de Afganistán en Kabul, para pedir justicia para Farkhunda. Una página de Facebook ha sido creada en apoyo de la causa.
El viernes pasado, Naciones Unidas emitió una declaración condenando el asesinato “en los términos más enérgicos”.
“Nos sentimos alentados por informes iniciales de la detención de varios sospechosos, pero llamamos a las autoridades a investigar este hecho plenamente y llevar ante la justicia a todas las personas que participaron activamente en el asesinato, o con complicidad”, dijo Elzira Sagynbaeva, representante en Afganistán de ONU Mujeres.
Dijo que el aumento de los casos de violencia contra las mujeres y las niñas en Afganistán se había convertido en una “gran preocupación” y no debe ser tolerado.
Grossman, de Human Rights Watch, dijo que el ataque fue inusual porque tuvo lugar en público y en la capital. Sin embargo, agregó, “la violencia contra las mujeres es endémica en Afganistán. Ese es el tipo de cosas en la que nos gustaría ver a la gente hacer frente más allá de este caso particular”.
Greg Botelho y Jessica King contribuyeron con este reporte.