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Terremoto en Nepal

Emergencia en helicóptero luego de que víctima del terremoto dejó de respirar

Por Ben Tinker, Hilary Whiteman

(CNN) -- "Por favor llévensela", gritaba la gente en medio del sonido de las hélices del helicóptero cuando el vuelo estaba a punto de despegar de uno de los distritos de Nepal más afectados por el terremoto.

El helicóptero indio recién había entregado ayuda a las personas que se vieron obligadas a valerse por sí mismas durante cuatro días después del terremoto, en Sindhupalchowk, al este de Katmandú, la capital.

El Dr. Sanjay Gupta de CNN y un equipo estaban a bordo del vuelo, en el que transportaban fideos instantáneos y lonas para repartirlas a las personas que ya no tenían —o confiaban en— un techo sobre sus cabezas.

Los pilotos no esperaban llevar a ningún pasajero, pero cuando estaban a punto de despegar, empujaron hacia la puerta a una mujer que se encontraba sobre una camilla improvisada hecha de paja.

Su nombre es Sabina Lama.

Emergencia a bordo

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Sabina, de 18 años, era una madre primeriza, y cuando Gupta la examinó pronto quedó claro que no sentía ni movía sus piernas.

Había resultado gravemente herida durante el terremoto. Pero nadie esperaba lo que sucedió después.

Tras unos minutos de vuelo, Sabina dejó de respirar.

"No tenía pulso... ni en su muñeca ni en el cuello. Revisé sus pupilas e intenté despertarla con desesperación, mientras sobrevolábamos el campo", contó Gupta.

No teníamos un desfibrilador en el helicóptero que pudiéramos usar para poner en marcha su corazón, ni un equipo de primeros auxilios, ni fluidos, ni equipo médico para lidiar con una emergencia como esta.

Sabina moriría sin el cuidado médico adecuado.

Con las pocas alternativas que tenía, Gupta le dio un fuerte golpe en su pecho.

"Es agresivo, pero solo le di un 'golpe precordial', un golpe rápido y fuerte en el pecho en un último y desesperado esfuerzo por lograr que el corazón de Sabina volviera a latir".

No está claro si fue el golpe el que funcionó, pero, de cualquier forma, Sabina volvió en sí.

Vuelo hacia un lugar seguro

El pulso de Sabina volvió mientras el helicóptero volaba hacia un hospital improvisado en lo alto de las montañas donde el equipo le colocó un goteo intravenoso para administrarle fluidos.

Lo ataron al techo del helicóptero utilizando una mascarilla desechable.

Se subieron más pacientes, ya que el helicóptero se dirigía al Aeropuerto de Katmandú, donde ambulancias estaban a la espera con camillas, medicamentos y otros suministros para emergencias.

En medio del caos, surgieron partes de la historia de Sabina.

El sábado, ella llevaba a su hijo de seis semanas al centro de salud de su aldea para que recibiera sus vacunas previstas cuando sucedió el terremoto.

Mientras la tierra temblaba, parte del techo se derrumbó, milagrosamente sin tocar a su bebé, pero ella recibió un golpe tan violento que perdió el uso de sus piernas.

Su esposo ahora se está ocupando del bebé mientras su madre recibe la ayuda que necesita.

Ella no es más que una de las 13.000 personas que resultaron heridas en un terremoto que le causó la muerte a más de 6.000 personas y devastó a una nación.