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Moda

El diablo viste Chanel: las confesiones de Anna Wintour

Por Kristie Lu Stout

BEIJING (CNN) ¿Qué te pones para una entrevista con Anna Wintour?

A principios de este año, tuve la oportunidad de reunirme en Beijing con la legendaria editora de la revista Vogue de Estados Unidos. La pregunta más común que me han hecho acerca del encuentro no fue sobre su carrera, ni sobre la portada más reciente o acerca de la gala del Met.

Fue sobre mi atuendo.

Y puedo entenderlo. Wintour es influyente e intimida; se dice que es la persona más poderosa del sector y, por si necesitábamos que nos lo recordaran, fue la inspiración del best-seller y éxito de taquilla, El diablo viste a la moda.

La exasistente personal, Lauren Weisberger, escribió el libro hace más de una década y lanzó a Wintour decididamente a la fama. Wintour me cuenta que no cree que el libro represente un abuso de confianza, sino… una oportunidad.

"Creo que debería sentirme agradecida con ella por haber llamado la atención sobre Vogue y sobre la moda", me dijo Wintour, quien por cierto vestía un traje Chanel.

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Las estrellas en ciernes en China

En 2015 ha vuelto su atención hacia China con la promoción de una nueva exposición del Instituto del Vestido llamada China: Through the Looking Glass que se inaugurará esta semana en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

En la exposición se examina la historia y el impacto del arte y el cine chino en el diseño occidental.

Desde la década de 1990, Wintour ha organizado el evento anual de recaudación de fondos del Instituto del Vestido, la gala del Met. Bajo su batuta, en la gala se han recaudado más de 145 millones de dólares (unos 2,175 millones de pesos) para el Instituto.

Mientras estuvo en China, Wintour promovió la nueva exposición y se reunió con algunos diseñadores emergentes de este país.

Aunque el talento local ha llamado su atención, como es el caso de Uma Wang, el sector de la moda en China aún está en una etapa muy temprana de desarrollo.

Sin embargo, Wintour cree que eso cambiará con la siguiente generación de estudiantes chinos de diseño.

"Su sensibilidad y su ética de trabajo es absolutamente extraordinaria. Cuando regresen a China, la influencia que tendrán en la siguiente década, en la siguiente generación, será enorme", me dijo.

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Wintour aconseja a los estudiantes chinos de diseño que no se dejen seducir por la fama instantánea del estrellato en las redes sociales. Es mejor tomar el camino tradicional y empezar como aprendiz.

"Para ellos tiene mucha, mucha lógica trabajar con un diseñador al que admiren, cuya obra es algo a lo que aspiran, y aprender su oficio en el negocio de la moda".

Wintour ha dejado una huella indeleble en la moda desde su primera portada en Vogue Estados Unidos en 1988.

En la portada se veía a una modelo que usaba una blusa Christian Lacroix con incrustaciones de pedrería y unos jeans; combinaba lo opulento y lo sencillo durante la era dorada de la moda estilo Dinastía, en la década de 1980. Fue una decisión editorial adelantada a su tiempo.

A lo largo de las pasadas tres décadas, Wintour se ha mantenido a la vanguardia en un sector notablemente impredecible; ha transformado la revista en una biblia del estilo que llega a un público de más de 12 millones de personas y transformó a Vogue Estados Unidos en un elemento clave del negocio mundial de la moda.

También se le atribuye haber predicho el ascenso de las celebridades al hacer portadas con personalidades populares como Oprah Winfrey y Lena Dunham mucho antes que sus rivales.

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Sin embargo, con la creciente popularidad de los reality shows y el fenómeno de Kim Kardashian en internet, ¿se ha llegado demasiado lejos?

"No creo que en el mundo actual puedas ir demasiado lejos", contestó Wintour. "No importa lo que pienses sobre las redes sociales, internet o las selfies, son parte de nuestra vida actual. Vogue tiene que entenderlo y reflejarlo".

"Uno puede editar dentro de esa dinámica, uno puede tener un punto de vista al respecto, pero ignorarlo sería ridículo y falto de visión".

El año pasado, criticaron mucho a Wintour por poner a Kim Kardashian y a Kanye West en la portada de Vogue. Sin embargo, la editora está orgullosa de su audaz decisión por una razón extraña.

"Sentí que sería un gran error que Vogue siempre fuera totalmente de buen gusto, completamente perfecta. Creo que es muy importante que también causemos polémica".

"De otra forma, nos arriesgamos a caer en la situación de estar desconectados o de dejar de ser relevantes. Así que es importante rebasar los límites".

A Wintour le gusta correr riesgos y es atrevida al imponer moda en el mundo editorial. Sin embargo, su influencia no termina allí. También fundó el Fondo Vogue para la Moda CFDA, que acoge a la siguiente generación de diseñadores de moda.

"Tengo una plataforma sumamente extraordinaria desde la que puedo ayudar a la gente y para mí, esa es la prioridad", dijo.

"Hacer que las cosas se hagan"

Anna Wintour ha dado impulso a la carrera de muchos de los personajes del sector y algunas personas consideran que es un hada madrina de la moda.

Sin embargo, su nombre también puede infundir temor. El éxito y la determinación de Wintour le han ganado una reputación de ser decididamente intimidante.

¿Es injusto?

"Creo que soy decidida y me gusta que las cosas se hagan rápido. Si eso da la impresión de intimidación, lo lamento. Pero lo hago con el afán de que las cosas se hagan".

Así que no se tomen esa mirada fulminante como algo personal. Anna Wintour es un personaje poderoso que llama la atención en el punto de encuentro entre el sector editorial, la moda y la filantropía.

Y a todo esto ¿qué me puse para la entrevista?

Fui práctica. Un vestido suéter de DVF con un estampado estilo chino para lidiar con el frío de Beijing y mantenerme en tema, así como un par de botas arriba de la rodilla, de Robert Clergerie, para poder correr con el equipo de grabación.

Anna Wintour no levantó la ceja en señal de desaprobación, por lo que estoy agradecida.

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