(CNN) — Cuando los funcionarios nos informaron que nos concederían una entrevista en la que nos sentaríamos con un alto miembro del círculo íntimo de Corea del Norte, sin condiciones previas, fue una verdadera sorpresa.
Las altas figuras de Pionyang no conceden entrevistas, en especial no a la prensa internacional.
“No me gusta hablar con los medios de comunicación extranjeros”, dijo con franqueza Park Yong Chol, cuando nos dimos la mano antes de nuestra reunión. Dijo que nosotros informamos sobres rumores y cosas falsas sobre su país.
Park es el director adjunto del Institute for Research into National Reunification de la RPDC, un grupo de expertos que tiene vínculos con los más altos niveles del gobierno de Corea del Norte.
A pesar de sus recelos, se sentó a hablar con nosotros debajo de los retratos ubicuos de los anteriores líderes de Corea del Norte, Kim II Sung y Kim Jong II. Nuestra conversación duró casi dos horas y ningún tema se salió de los límites.
La única instrucción que nos dieron fue que nos saliéramos de nuestro tradicional formato de entrevista de CNN, en la que hay dos sillas una frente a la otra, de modo que pudiéramos sentarnos en una mesa de conferencias y así se pudieran ver los dos retratos de Kim II Sung y Kim Jong II directamente sobre Park. Estuvimos de acuerdo en hacer esto, ya que nuestros guías gubernamentales nos explicaron que el simbolismo de que los grandes líderes aparezcan sobre ellos era muy importante para su país.
Rápidamente llegamos a un tema delicado: los informes más recientes del Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur en relación a que Kim Jong Un personalmente ha ordenado la ejecución de unos 15 funcionarios en lo que va de este año.
“¡Se trata de una calumnia maliciosa!”, respondió. “Sobre todo porque intentan vincular las acusaciones contra el augusto nombre de nuestro líder supremo, el mariscal Kim Jong Un”.
Sin embargo, no negó que aquí se llevan a cabo ejecuciones de aquellos que tratan de derrocar al gobierno o subvertir el sistema. “Es muy normal que cualquier país vaya tras los elementos hostiles, los castigue y los ejecute”.
Abuso de los derechos
A pesar de que un informe reciente de las Naciones Unidas ha denunciado a gran escala los abusos contra los derechos humanos —el asesinato, el hambre y la tortura de presos en una red de campos de prisioneros brutales— Park negó la existencia de tales campos. Dijo que aunque existen centros correccionales de reforma para delincuentes comunes, simplemente no existían campos de prisioneros políticos. “Nuestra sociedad es una sociedad sin conflictos, facciones o divisiones políticas… por ende, no tenemos el término ‘preso político’”, agregó.
Según Park, estas acusaciones provienen de desertores que son persuadidos o forzados a desertar por Estados Unidos y Corea del Sur. “Algunos de los llamados desertores son delincuentes que huyeron de sus hogares. Cometieron delitos contra el Estado aquí. Debido a eso, ellos huyeron”.
“Y ahora en Corea del Sur están denunciando a nuestro gobierno porque no tienen otra opción”.
En su opinión, no existe un solo patrón para que los derechos humanos sean aplicables a todos los países.
“Si hablas sobre derechos humanos en mi país, yo hablaré sobre los derechos humanos en Estados Unidos”, dijo. “Ustedes enfrentan disturbios raciales a raíz de que la policía le ha dado muerte a muchas personas negras. Ustedes tienen cárceles llenas de presos y utilizan nuevas técnicas de tortura”.
“El presidente de Estados Unidos, y otros funcionarios gubernamentales de alto rango, han reconocido que se utilizan formas de castigo muy severas con los reclusos detenidos. Si hablan de derechos humanos en la RPDC, nosotros hablaremos de derechos humanos en Estados Unidos”.
Opción nuclear
A pesar de todas las sanciones, la RPDC no ve ninguna otra opción sino continuar con su programa de armas nucleares. Park sostuvo que su país sí tiene la capacidad de misiles para atacar el territorio continental de Estados Unidos y lo haría si Estados Unidos “los obliga a tomar acciones”.
Ha sido una estrategia costosa, pero necesaria, admitió. “Hemos invertido mucho dinero en nuestra defensa nuclear para contrarrestar la amenaza de Estados Unidos… enormes sumas de dinero que podrían haberse gastado en otros sectores para mejorar nuestra economía nacional. Pero esta decisión estratégica fue la correcta”.
La próxima meta es económica
“Somos una gran potencia tanto en términos políticos, ideológicos como militares”, dijo. “El último objetivo es hacer que la RPDC sea un fuerte poder económico”.
Pero para hacer eso, Corea del Norte tendría que mejorar las relaciones con la comunidad internacional.
Dado que existe una desconfianza mutua y una negativa por parte de Pionyang en cuanto a desarmar su arsenal nuclear, no parece existir alguna ruta clara para avanzar.