Un rincón de una casa en donde se brinda ayuda a pacientes con padecimientos mentales.

(CNN) - Un nuevo programa está adoptando un enfoque innovador para ayudar a los adultos de Nueva York que tengan problemas de salud mental y a quienes podrían estar a punto de entrar a una crisis psiquiátrica.

Parachute NYC, un proyecto financiado de manera federal que se ha desarrollado durante dos años, ha creado centros de descanso donde los huéspedes pueden registrarse y hablar de sus preocupaciones y temores con los miembros del personal que tienen sus propias experiencias con el sistema de salud mental.

Los centros son una alternativa de “aterrizaje suave”, basada en la comunidad, en lugar de la hospitalización de emergencia, según Steve Coe, director ejecutivo de Community Access, la organización que opera Parachute NYC.

“Hay muchas personas atrapadas en los hospitales que realmente no necesitan estar ahí”, le dijo a CNN. “Nuestros centros les dan alivio temporal de lo que sea que puedan estar pasando”.

Las instalaciones, las cuales fueron inauguradas en 2013, están ubicadas en cuatro municipios y tienen habitaciones comunes y dormitorios estilo apartamento. La idea es crear un espacio libre, cómodo y que ofrezca apoyo para los adultos que prevén o experimentan una crisis emocional.

Un sitio seguro para obtener ayuda

Las personas que buscan ayuda vienen de forma voluntaria. Ellos pueden hablar con miembros del personal capacitados y pueden quedarse hasta 10 noches si así lo desean.

Las puertas nunca están cerradas. No hay agujas o medicamentos. Pueden disponer de comidas recién preparadas, y los miembros del personal evalúan los niveles de necesidad de los huéspedes. Pueden recomendar atención médica si un miembro del personal lo considera necesario, pero en el sitio no se ofrecen servicios médicos.

La esperanza es que quienes lleguen a los centros de descanso desarrollen habilidades de recuperación y prevención de recaída, y evitar ser hospitalizados al hablar con compañeros que puedan identificarse con ellos. “En la mayoría de sistemas de cuidado, estas comodidades han sido pasadas por alto”, dijo Alysia Pascaris, directora ejecutiva adjunta de Community Access.

Sin instalaciones como esta, muchos adultos no tienen otra opción sino internarse en un hospital, dijo Coe. Parachute NYC también ofrece consejería por teléfono, y tiene un centro de tratamiento móvil.

Las instalaciones donde las personas pueden entrar y recibir tratamiento para problemas de salud mental, o centros de desviación de crisis, no son exclusivos de Nueva York, dijo Coe.

Pero el enfoque de Parachute NYC es distinto, ya que su personal tiene experiencias de primera mano con el uso de servicios mentales, explicó.

“La mayoría han sido trasladados por la policía o los servicios médicos de emergencia en una ambulancia al hospital”, dijo. “Así que la ‘experiencia vivida’ de la que hablamos es más que solo asistir a sesiones de consejería unas cuantas veces”.

“Hicimos un esfuerzo por contratar personal que ‘ha estado ahí’ y entendemos lo que significa ser un cliente”, dijo Pascaris, y añadió que los miembros del personal a menudo tienen antecedentes de vivir como indigentes, abusar de sustancias y haber estado involucrados con el sistema de justicia penal.

Coe dijo que a diferencia de los centros de Parachute NYC, muchos otros centros alrededor del país están preparados para brindar intervenciones clínicas, y utilizan “muchos medicamentos para lograr la estabilización”.

Los programas con semejantes pueden reducir los costos

Existen varios centros de descanso con semejantes en todo el país. Laysha Ostrow, una investigadora postdoctoral en la Universidad de California, San Francisco, ha realizado investigaciones sobre los centros de descanso con semejantes, algunos de los cuales también tienen compañeros en posiciones gerenciales dentro de la organización.

Ostrow dice que estos programas “posiblemente reducen los costos y ofrecen apoyo basado en la comunidad, con conocimiento sobre traumas y centrado en las personas”, pero se necesita hacer aún más investigaciones para determinar su efectividad.

Esta tendencia surge a medida que los hospitales estatales psiquiátricos están cerrando en todo el país.

De 2009 a 2012, hasta 3.222 camas fueron cerradas en hospitales estatales psiquiátricos a lo largo de Estados Unidos, en gran parte debido a la recesión económica, según la Asociación Nacional de los Directores de Programas Estatales de Salud Mental (NASHMPD, por sus siglas en inglés). Nueve estados tienen solo un hospital psiquiátrico operado por el estado, y otros 14 solo tienen dos, según el NASHMPD.

Sin embargo, no solo se trata de una falta de fondos.

“Son varias las razones por las que una instalación estatal se vería en la posición de cerrar”, le dijo a CNN Meighan Haupt, asociada del director ejecutivo de NASMHPD.

También ha habido un cambio en la filosofía entre los expertos en materia de salud mental, algunos de quienes creen que “tener un conjunto integral de servicios que incluyen instalaciones estatales, servicios de pacientes hospitalizados y servicios comunitarios son más beneficiosos como un todo”.

Millones de adultos afectados por enfermedades mentales

Parachute NYC fue implementado luego de que el Departamento de Salud e Higiene Mental ganara casi 18 millones de dólares en financiamiento para el proyecto por parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. en 2013.

Ha tenido la esperanza de que los centros de descanso de crisis ahorrarán más de 50 millones de dólares en gastos hospitalarios en el transcurso de tres años, según el sitio web del Center for Medicare & Medicaid.

En 2012, hubo un aproximado de 43,7 millones de adultos en Estados Unidos que dijeron tener “alguna enfermedad mental”, según datos del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés). Esto representó el 18,6% de todos los adultos en Estados Unidos, según el NIMH.

Cualquier enfermedad mental está definida como un trastorno mental, de comportamiento o emocional (dejando fuera los trastornos de desarrollo o por abuso de sustancias) y su impacto puede ir desde ningún impedimento o impedimento leve, hasta un impedimento considerable.

En 2008, el 13,4% de los adultos en Estados Unidos recibieron tratamiento por un problema de salud mental, y el 58,7% de los adultos con una seria enfermedad mental recibieron tratamiento, según la Agencia de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental.