(CNN)– Bud Lake está aterrado. Desde que nació su hija Carmen hace seis meses, gracias a una subrogación gestacional en Tailandia, sabe que la policía tailandesa, los servicios sociales o incluso la mujer que le alquiló el viente podrían llevársela.
“No tengo derechos legales sobre Carmen. La mujer que la parió tiene todos los derechos legales”, dijo a CNN desde el apartamento en Bangkok que comparte con su esposo Manuel Santos, su hijo de dos años y la bebé.
El drama comenzó una semana después de que Carmen naciera, en enero. El día antes de que Lake la llevara por un pasaporte estadounidense recibió un mensaje de texto del traductor de Patidta Kusolsang, la madre subrogada, donde decía que deseaba quedarse a la niña.
Ahora, el futuro de Carmen está en manos de la corte tailandesa.
No más vientres de alquiler
La batalla legal llegó durante un momento complicado. Tailanda alguna vez tuvo un mercado de subrogación gestacional que buscaba atraer a las parejas extranjeras, pero una serie de escándalos llevó a la prohibición de la práctica.
La nueva legislación entrará en vigor a finales de mes y hace que la subrogación sea una ofensa criminal.
Los padres de Carmen esperan tomar ventaja de una provisión temporal que les permitiría irse con Carmen, pero para ello se necesita ser “marido y mujer”.
De acuerdo con Lake, la niña es biológicamente suya, con una donación de óvulo. Cree que Kusolsang, la mujer que rentó su vientre, cambió de opinión sobre darle a la bebé luego de enterarse de que era gay.
En su primera reunión para resolver la disputa, “declaró que no éramos una familia ordinaria”, dijo.
‘La extraño cada día’: Kusolsang
Kusolsang negó que su orientación sexual sea el motivo, indicando que solo se preocupa por la seguridad de su hija.
“La extraño cada día”, dijo. “Ven cómo es cruel el mundo actual. Y no sé qué le vayan a hacer a mi bebé”.
Dijo a CNN que cambió de opinión hace meses sobre entregarles a la bebé e intentó en vano obtener más información sobre los padres.
Kusolsang presentó una demanda ante la policía tailandesa y escribió una carta a la embajada de Estados Unidos. Ahora afirma que regresará el dinero a la pareja si puede mantener a la bebé.
“No quiero su dinero, ni un solo baht”, aseguró.
Lake y Santos planean ir a la corte el 30 de julio para oficializar su petición. Atrapados en Bangkok, han intentado recaudar dinero para su batalla legal en línea. Su página de Fundly indica que han reunido más de 25.000 dólares.
“En nuestra cabeza no hay posibilidad de perder a Carmen”, indicó Lake. “Es nuestra hija y debe estar con nosotros”.
Deberá permanecer en Tailandia mientras dure la batalla legal.