CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Noticias de salud

El Photoshop de la vida

Por Camilo Egaña

Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Encuentro. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) -- No hay nada como salir del médico ileso. Quiero decir que es muy gratificante hacernos el examen físico anual y que el doctor te diga que “en términos generales’’ tienes por delante otros diez mil kilómetros con garantía de fábrica.

Mi médico es un vasco pequeñito y sabio que se conduce como un lord inglés del siglo XIX y que, tras medirme la cintura, me recomienda que pierda una pulgada de diámetro para ganar tres años más de vida. "¿Tres años?", le pregunto curioso y el hombre me responde con otra pregunta: "¿Es que no te parece que debes bajar de peso?".  Y enseguida se ensalza en una explicación meticulosa y ultradocumentada sobre los peligros que entraña que un paciente tenga de sí una imagen totalmente distorsionada.

Es lo que les pasa a muchos, dice un nuevo estudio de la Universidad de Australia, que incluso los más honestos tienden distorsionar su imagen basándose en recuerdos que alberga la mente y que la situación es tal que algunos ni siquiera saben cómo es de verdad su rostro.

Algo así como una percepción idílica, una suerte de estado de gracia jabonoso y con olor a lavanda donde apenas caben las imperfecciones.

Como el que se prepara para dar un zarpazo con una frase, que es pura preparación artillera: "Ya saben que soy tan alto como franco", cuando no es ni una cosa ni la otra. O el que cree que, por derecho propio, debe lucir como Brad Pitt solo porque tiene su misma edad. O el político en campaña electoral, que aparece sonriente acompañado de cuatro o cinco hijos más sonrientes que él y una esposa en pose de madona aquiescente, para dejar claro que podemos estar tranquilos porque él sí sabe hacer feliz a una familia.

"Todas las familias felices se parecen entre sí; las infelices son desgraciadas en su propia manera", dejó dicho Tolstoi. Y es lo que les ocurre a los que tienen de sí una imagen demasiado azucarada o a los que se atreven a preguntar al doctor por qué una pulgada menos de cintura garantiza tres años más de vida.