Dos policías encubiertas se hacen pasar por prostitutas en un operativo contra el comercio sexual en California, en noviembre de 2014.

(CNN Money) - ¿Acaso el hecho de gravar a los proxenetas, prostitutas y a otros habitantes de la economía subterránea puede realmente arreglar al sistema de seguridad social de Estados Unidos?

Mike Huckabee cree que sí.

El precandidato a la Casa Blanca defendió su apoyo al “Fair Tax” (Impuesto justo) en el debate republicano la noche del jueves.

Impulsada por el grupo “Americans For Fair Taxation”, la propuesta de modificación de las leyes impositivas solicita reemplazar los impuestos sobre el ingreso y sobre las ganancias de capital, así como los impuestos sobre las nóminas, con un impuesto nacional sobre las ventas.

Gravar a las personas sobre lo que compran, en lugar de gravarlas sobre lo que ganan, no solo financiaría al gobierno federal sino que apoyaría las tambaleantes finanzas de los programas de ayuda social más grandes de la nación, afirma Huckabee.

“El ‘Impuesto justo’ transformaría el proceso mediante el cual financiamos el Seguro Social y el Medicare, puesto que el dinero que se paga en consumos es pagado por todos, incluyendo las personas ilegales, las prostitutas, los proxenetas, los traficantes de drogas… todas las personas que hoy en día viven a costa del sistema”, dijo en el debate.

La idea es que, bajo un “Impuesto justo”, los evasores de impuestos y aquellos que participan en el comercio sexual y en otras actividades ilegales que no pagan impuestos sobre los ingresos que ganan, tendrían que pagar impuestos sobre los artículos que compran, tal y como todos los demás. Así que, los ingresos que ahora están escondidos, estarían sujetos a impuestos.

Sin embargo, Huckabee, es uno de los pocos que piensa que el “Impuesto justo” es una alternativa viable. Según los expertos, la propuesta no solo fracasaría en su intento por arreglar los problemas del Seguro Social, sino que no recaudaría la misma cantidad de ingresos que reúne el actual sistema de impuestos sobre la renta.

“La tasa no es suficiente como para reemplazar todos los ingresos que ellos quieren eliminar”, dijo Alan Viard, académico residente del American Enterprise Institute, un comité de expertos conservadores.

El impuesto presenta conlleva una gran cantidad de problemas. En primer lugar, se considera regresivo, lo que significa que golpea más duro a los estadounidenses con menos ingresos que a los que tienen más ingresos (incluso con el así llamado prebate, lo que haría que un cierto nivel de gasto quedara libre de impuestos a fin de aliviar parte de la carga sobre las personas pobres).

Además, la tasa tendría que ser bastante alta. El grupo “Americans For Fair Taxation” dicen que la tasa sería del 23%, pero eso significa que de una compra de un dólar, 23 centavos serían por impuestos, y 77 centavos representarían el costo del producto. Eso es más representativo de una tasa aproximada del 30% según se calculan los impuestos sobre las ventas en Estados Unidos, dijo Joe Rosenberg, investigador senior asociado en el Urban-Brookings Tax Policy Center, un grupo de investigación no partidista.

Esa alta tasa sería difícil de aplicar, incluso sería más duro que el sistema actual de impuestos sobre la renta, dijo. Las empresas se verían tentadas a reportar menos ventas que las reales y los clientes insistirían en pagar en efectivo para evitar el impuesto.

La idea de un impuesto nacional sobre las ventas al por menor fue considerada por el panel de la reforma fiscal del presidente George W. Bush en el 2005, pero fue descartada porque era demasiado difícil de administrar y de hacer cumplir, dijo Rosenberg.

Los portavoces de Huckabee no respondieron de inmediato cuando se les pidieron sus comentarios.