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OPINIÓN: Los pasajeros del vuelo 93 me salvaron la vida

Por Jacobo Goldstein

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Nota del editor: Jacobo Goldstein es analista y político. Goldstein fue corresponsal de CNN en Español Radio en la Casa Blanca. También reportó desde Washington D.C. para diversas organizaciones entre las que se encuentran la cadena de noticias HRN y el diario La Tribuna. Jacobo Goldstein tiene un grado de administración de negocios de la Universidad de Virginia.Todas las opiniones expresadas en este artículo corresponden a su autor.

(CNN Español) – Cubrí la Casa Blanca durante 18 años consecutivos. Esto lo hice de 1987 al 2005, años en los que me tocó vivir muchas cosas, pero sin duda la más dramática de todas fue lo que ocurrió el 11 de septiembre de 2001. Un día que nunca olvidaré y que nunca se olvidará en los Estados Unidos.

Jacobo Goldstein en la Sala de Prensa de la Casa Blanca. (Cortesía de Jacobo Goldstein)

Jacobo Goldstein en la Sala de Prensa de la Casa Blanca. (Cortesía de Jacobo Goldstein)

Ese día tenía invitados a dos colegas hondureños que habían viajado a Washington y me pidieron gestionar su visita a la Casa Blanca. Cerca de las 9 de la mañana me encontraba en frente de la Casa Blanca, cuando llegaron ellos y pasamos por los controles de seguridad –pasas por aparatos de rayos x, tienes que vaciar tus bolsillos como en los aeropuertos– y en lo que estábamos ahí, como yo llevaba tantos años en la Casa Blanca me conocían los agentes del Servicio Secreto, entonces uno de ellos me dijo: "Jacobo, ¿supiste que un avión comercial se estrelló contra las Torres Gemelas de Nueva York?”.

Yo pensé en mis adentros, ¿cómo puede ser eso? Entonces le digo [al agente del Servicio Secreto]: "Qué raro, porque el aeropuerto de La Guardia no está tan cerca de las Torres Gemelas que se diga, tiene que ser algún error mecánico".

Entro a la Sala de Prensa de la Casa Blanca y veo un montón de mis colegas viendo la televisión. Miro que el avión se estrella contra las Torres Gemelas y digo: “¡Que rápido tienen el video!”. No era el video... era el segundo avión, lo vi en persona cuando se estrelló contra la otra Torre.

Les dije a mis colegas, me perdonan pero tengo que ir a la cabina de CNN porque me van a empezar a llamar de todas partes.

Dicho y hecho, me pasé un gran rato recibiendo llamadas del mundo entero y de emisoras afiliadas de América Latina y en Estados Unidos. De repente un productor de CNN llega corriendo y dice: "todo mundo para afuera, todo mundo para afuera inmediatamente, el Servicio Secreto nos está sacando”.

Salimos todos… no solo la prensa, estaban evacuando la residencia, cocineros, secretarios, todo mundo iba para afuera. Cuando yo iba saliendo me volteé y vi un humo negro y era el Pentágono, donde había impactado otro avión que causó muertes y daños.

La Casa Blanca y al fondo, el Pentágono luego del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001. (Crédito: Robert Turtil/AFP/Getty Images)

La Casa Blanca y al fondo, el Pentágono luego del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001. (Crédito: Robert Turtil/AFP/Getty Images)

Estábamos en frente de la Casa Blanca, y el Servicio Secreto nos dijo: "Nadie se queda acá", atrás del parque Lafayette Square, situado a una cuadra y media de distancia de la Casa Blanca, y nos dijeron que esta movilización se debía a que venía un avión hacia Washington que había sido secuestrado por los terroristas.

Ese fue el vuelo 93 de United Airlines que se estrelló cerca de Shanksville, Pensilvania.

Este fue el lugar en donde se estrelló el vuelo 93 de United Airlines cerca de Shanksville, Pensilvania. (Crédito: David Maxwell/AFP/Getty Images)

Este fue el lugar en donde se estrelló el vuelo 93 de United Airlines cerca de Shanksville, Pensilvania. (Crédito: David Maxwell/AFP/Getty Images)

Los pasajeros se dieron cuenta de lo que estaba pasando y trataron de tomar el avión de las manos de los terroristas. En aquel entonces si habían teléfonos celulares y muchos pasajeros habían hablado con sus familias y les contaron que tres aviones habían sido estrellados contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

Los pasajeros se dieron cuenta que ese vuelo iba en el mismo rumbo, entonces trataron y lograron por lo menos frenar a ese avión... se estrelló y todos perdieron la vida.

Yo siempre pensé que me salvaron la vida y a mis compañeros, porque si un avión viene a Washington, ya habiendo atacado las Torres Gemelas y al Pentágono, ¿cuál es el principal blanco del mundo? yo siempre pensé que esa era la Casa Blanca, y si tenían que escoger –porque solo tenían un avión que les quedaba–, entre la Casa Blanca y el Congreso, yo hubiese dicho que la Casa Blanca hubiese sido el blanco más impactante del mundo.

Todo era un misterio, no sabíamos que es lo que había sucedido, no sabíamos quiénes eran, solo sabíamos lo que había pasado.

El presidente Bush se encontraba fuera de Washington, el estaba en Florida, precisamente hablando con unos niños cuando le dieron la noticia y se le avisó que no podía regresar a Washington porque no sabían lo que estaba pasando y le recomendaron que se trasladara a un lugar seguro.

Creo que volaron primero a Louisiana y luego terminaron en algún lugar en donde estaba protegiéndose al presidente en lo que el vicepresidente Dick Cheney estaba manejando las cosas en la Casa Blanca.

Llegó un momento que el presidente Bush dijo que se tenía que regresar, que quería estar en la Casa Blanca. Llegó tarde ese día, quizás ya eran comienzos de la noche.

George W. Bush a su llegada a la Base Aérea Andrews el 11 de septiembre de 2001. Horas más tarde, Bush se dirigió a la nación desde la Oficina Oval en la Casa Blanca. (Crédito: Doug Mills/AFP/Getty Images)

George W. Bush a su llegada a la Base Aérea Andrews el 11 de septiembre de 2001. Horas más tarde, Bush se dirigió a la nación desde la Oficina Oval en la Casa Blanca. (Crédito: Doug Mills/AFP/Getty Images)

Yo estuve transmitiendo 19 horas consecutivas ese día. Salí del centro de Washington como pude. Yo vivía al norte de Virginia, a 12 kilómetros de la Casa Blanca.

Al día siguiente, me preguntaba "¿qué hago, voy a la Casa Blanca? ¿qué puede suceder en Washington?”, dije ... Me toca ir y fui. Ahí estaban todos mis colegas y la verdad que fue algo que nos impactó a todos. Sabemos lo que vino después. El presidente Bush ordenó la invasión a Afganistán para castigar a Osama bin Laden –quien era el autor intelectual de esos atentados– y también al grupo Talibán que prácticamente le había prestado el territorio a Osama bin Laden.

A Bin Laden por fin lo encontraron en Pakistán en el 2011. Ahí fue ultimado por un equipo especial estadounidense que se encargó de la operación.

Ahora tenemos en estos tiempos al Medio Oriento hecho un polvorín, una inestabilidad enorme en Siria, Iraq, Libia, Somalia, Yemen, en todos esos países del norte de África. La misma Afganistán está pasando una serie de problemas y estamos viendo a miles y miles de refugiados, solo de Siria salieron millones.

Muchas cosas han pasado, la paz en el Medio Oriente brilla por su ausencia. Ahora no sabemos lo que va a pasar, pero nunca vamos a olvidar ese fatídico día.

Como una secuela de lo que fue el 11-S solo tenemos que ir a los aeropuertos y ver las tremendas medidas de seguridad que tenemos que atravesar para poder ingresar a un avión. Si vas al Congreso de EE.UU. las medidas para poder ingresar son extremas.

Hoy que se cumplen 14 años se llevan a cabo ceremonias especiales. En el sitio en donde estaban las Torres Gemelas, ahora hay un nuevo edificio. En el Pentágono también hay ceremonias honrando a los caídos y en Shanksville, Pensilvania, en donde calló el avión que yo siempre pienso que los pasajeros me salvaron la vida, ahí también hay ceremonias especiales.

Son 14 años, pero por lo menos en mi mente es como que si hubiese sido ayer. Nunca voy a olvidar lo que vivimos ese día y las consecuencias que hemos tenido después de ese día.

Perdimos la inocencia, ahora tenemos que estar vigilantes, tenemos terrorismo doméstico, gente que actúa por su propia fuerza porque cree en la causa de algunos grupos radicales y ya Estados Unidos no es lo que fue antes. La vida nos ha cambiado a todos, nunca ha sido la misma y dudo que vuelva a ser igual.