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Noticias de EE.UU.

Omaira, 30 años después

Por Camilo Egaña

(CNN Español) -- Omaira, treinta años después, sigue mirándonos y sin querer incriminándonos.

Esa niña colombiana, ojerosa y asida a un trozo de madera en medio de un lodazal, sigue siendo la imagen de una de las peores tragedias que ha conmocionado hasta el tuétano a los latinoamericanos: la erupción volcánica que arrasó el pueblo de Armero.

"Madre, si me escuchas, quiero que reces por mí para que todo salga bien", dijo la niña mientras las cámaras de televisión enviaban su imagen a todo el planeta. Treinta años después me sigue espantando el hecho de que la televisión y sus satélites, la televisión y sus reporteros, la televisión y sus ejecutivos acompañaron a Omaira durante tres días hasta que su cuerpo se deshizo. Me cuesta encajar todavía  hoy, por qué jamás llegó la motobomba que podría haber succionado el  fango en que estaba sumergida la chica. Y jamás llegaron los paramédicos que podían haberle salvado amputándole las piernas.

La tragedia de Armero es treinta años después la tragedia de quienes todavía hoy buscan a sus seres queridos. De ellos hablamos en este Encuentro. Y es también la tragedia de quienes desde el Gobierno no supieron cómo enfrentar algo tan horrible y  de los que en el pueblo de Armero ignoraron esa persistente lluvia de cenizas que presagiaba el infierno. La tragedia de Armero es el tema de nuestro informe especial de hoy.