(CNN) – Los amantes a la aviación con mucho dinero disponible pronto podrían tener la oportunidad de embarcarse en el viaje de sus sueños.
PrivateFly, un servicio global de reservas para el alquiler de jets privados, ha lanzado un itinerario de viajes que lleva a los pasajeros en un recorrido por las pistas de aterrizaje más espectaculares del Caribe.
Por 72.000 dólares por persona, los entusiastas a los aviones pueden disfrutar de los aterrizajes que son tanto escénicos como aterradores en St. Maarten, St. Barths y Saba, donde sus pistas han sido apodadas pistas de montaña rusa por sus desafiantes acercamientos.
“He tenido la suerte de aterrizar en las tres como pasajero, y son experiencias que nunca olvidaré”, dice Adam Twidell, director ejecutivo de PrivateFly y expiloto de la Real Fuerza Aérea del Reino Unido.
Vuela desde Nueva York o Miami a mitad de precio
Desde puntos de partida en Londres, el sitio con el precio más alto, o Nueva York y Miami, los pasajeros serán transportados al Caribe a bordo de un Gulfstream G650.
Los boletos cuestan entre 30.000 y 72.000 dólares.
El G650 de élite es el avión privado más popular —y el más privado— en el mercado; algunos de los dueños famosos son el director Peter Jackson y el inventor James Dyson.
La primera de las tres paradas, elegidas por los viajeros en una encuesta de PrivateFly, es la isla de St. Maarten.
Los aviones que descienden sobre la popular playa Maho del complejo en el acercamiento final al aeropuerto parecen estar a punto de rozarle las cabezas a los vacacionistas.
“Estás tan abajo que casi puedes leer los periódicos de los que están tomando el sol”, dice Twidell.
En años recientes, los aterrizajes se han vuelto un atractivo turístico; incluso hay grupos que se reúnen para las llegadas programadas de grandes aviones que se mueven a solo unos metros de distancia.
Twidell dice que las personas que buscan emociones fuertes se sostienen de una cerca al final de la pista de aterrizaje mientras se escucha el estallido de un 747 que va de salida, pero las autoridades advierten en contra de esto, ya que podría dar lugar a lesiones e incluso la muerte.
Patio de recreo de los ricos y famosos
La próxima parada en el tour es un vuelo privado a St. Barths, un lugar de retiro de los ricos y famosos que también es famoso por su vertiginoso acercamiento al aeropuerto.
Los aviones descienden por una inclinada pendiente, sobre verdes cimas con el mar turquesa debajo, hacia una pista de 650 metros de largo.
El boleto también le otorga a los pasajeros una audiencia con el presidente de St. Barths, Bruno Magras, y un almuerzo con el director general del aeropuerto de la isla.
El volcán de nombre más acertado del mundo
A continuación tenemos a la pequeña isla volcánica de Saba, con su pista de aterrizaje incluso más pequeña al lado de un volcán, el monte Scenery.
El monte Scenery de nombre acertado está cubierto por un verde bosque y rodeado por profundas aguas azules.
“La pista aparece ubicada en el escarpado contorno mientras te acercas. Dependiendo de las condiciones del viento, los pilotos pueden aterrizar en ambos extremos de la pista de 400 metros. Es como aterrizar sobre un portaaviones, con una profunda reducción hacia el mar”, dice Twidell.
Los equipos a cargo de los aviones que aterrizan en St. Barths y Saba, que tiene la pista de aterrizaje de aviones comerciales más corta del mundo, tienen que someterse a un entrenamiento específico para certificarse a fin de operar ahí debido al terreno difícil y a las condiciones del viento.
“Esto incluye muchos años de capacitación y un alto número de horas de vuelo antes de que puedan tomar los controles”, dice Twidell.
Sin embargo, a los pasajeros del tour que tengan una licencia de pilotos también se les ofrecerán clases gratis para aprender a aterrizar en St. Barths y Saba, por un costo adicional.