El Programa Mundial de Alimentos lanzó una aplicación para recaudar fondos para alimentar a  20.000 niños sirios refugiados en el Líbano.

Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Encuentro. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) – Esta letrilla no va a ser acogida como agua de mayo pero uno no siempre puede escribir para que le quieran o aplaudan.

Tras la masacre de Paris, medio mundo se pregunta qué hacer con los refugiados sirios.

Ha bastado el hallazgo de un pasaporte a nombre de un ciudadano sirio en uno de los lugares de los atentados de París, para que casi de modo automático, - 48 horas después -, al menos 26 estados de EE.UU., casi todos bajo control republicano, y Nuevo Hampshire, liderado por una gobernadora demócrata, se negaran a acoger refugiados pese a que el presidente Barack Obama reitere una y otra vez que la compasión es parte del hormigón con el que se ha fraguado este país. Pero ni modo.

“Eso es vergonzoso, eso no es americano, eso no es lo que somos”, dijo Obama en la Cumbre del G20 sin apenas poder disimular la amargura y la frustración.

El 10 de septiembre pasado, Obama anunciaba que el país recibiría a unos 10.000 refugiados que huyen de la guerra en Siria.

Casi tres meses después, la pertinencia de recibir o no a los sirios, pasa de boca en boca, de casa en casa, de ciudad en ciudad como el olor de las almendras amargas que a aquel personaje de Garcia Márquez le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. Un destino que es, de alguna manera, el de los refugiados desde que el mundo es mundo: parias sin bandera a la que aferrarse; vagabundos en tierra ajena y hostil, a veces. Como ahora.

El dolor de los sobrevivieron y de los familiares de las víctimas de los ataques de París no lo palía nada ni nadie. Y mi hijo podría ser el próximo ser humano que quede en la mirilla de los bárbaros. Son hechos más o menos irrefutables, pero aun así, me niego a creer que los miles y miles de sirios que atraviesan Europa cargados apenas con lo puesto sean terroristas. Ni que los miles de cubanos varados en Centroamérica, que intentan llegar a Estados Unidos, sean ‘un montón de delincuentes’, como los ha calificado el secretario de Relaciones Internacionales de Nicaragua, Jacinto Suárez. Y lo van a ver en el programa de hoy.

Nada, era esto lo que quería decir y dicho está. Nada particular.