Nota del editor: Taya Kyle es la autora de “American Wife: A Memoir of Love, War, Faith and Renewal”. Su esposo, el fallecido Chris Kyle, fue en quien se basó la película “El francotirador”. Síguela en Twitter: @Tayakyle. Las opiniones expresadas en esta columna son suyas.
(CNN) – Muchos de los que participamos en el programa especial de CNN sobre las armas hemos sido afectados por alguien que escogió hacer el mal.
Comparto mis pensamientos con ustedes porque siento que puedo relacionarme con las personas en ambos lados del problema del control de armas. Le he tenido miedo a las armas, he prometido que nunca utilizaría un arma contra otra persona, así que no las necesitaba y he querida negar la existencia del mal.
También me he convertido en la dueña de un arma, estoy preparada para defenderme con un arma de fuego y comprendo el miedo en relación a que mis libertades me sean quitadas.
Me he visto afectada por la violencia extrema, y alguien que eligió hacer el mal me ha privado de la vida que siempre quise. He sentido y he vivido todas estas cosas; he pasado mucho tiempo pensando en el mal, la libertad, y no solo el mundo en el que vivimos, sino el país también.
Existen muchos datos y estadísticas que las personas usan para presentar argumentos en ambos lados del asunto del control de armas. Podemos usar a otros países como ejemplos, y podemos usar los índices de criminalidad de ciudades, estados y países. Y sin importar qué tan a fondo se haya investigado las estadísticas, las personas tienen una reacción emotiva a este tema que casi supera las estadísticas que se presentan, aparte de esta: el índice de crímenes violentos en Estados Unidos ha bajado sustancialmente en los últimos 20 años.
Sin embargo, nuestros temores han aumentado, debido a los incidentes de alto perfil de asesinatos masivos de personas a quienes tomaron desapercibidas. Los asesinos le han quitado la vida a personas en iglesias, escuelas, hospitales, edificios del gobierno, el sitio de una maratón, las Torres Gemelas e incluso en una parte de una base militar donde se sabía que los soldados no estaban armados.
Nuestra vulnerabilidad
Estos asesinatos hacen énfasis en el hecho de que cualquiera de nosotros, y cualquiera de nuestros seres queridos, somos vulnerables cuando nos encuentran con el menor descuido ante otra persona que nos quiere hacer daño.
¿Acaso importa qué arma usaron? Si fue un rifle, una bomba casera, un camión de fertilizantes, una olla de presión o un avión… el resultado final es el mismo. Sin embargo, otros millones de personas tienen la libertad para poseer esas mismas cosas y nunca las usarán con el fin de ocasionar muertes.
Estos horrendos asesinatos masivos fueron cometidos por un pequeño número de personas que desean hacer daño y matar a otros. Cuando lo hacen, acudimos a la escena y preguntamos “¿Por qué?” ¿Por qué eligen estas personas hacer daño? ¿Cuál es su historia? ¿Qué salió mal? ¿Qué están tratando de decirnos?
A la larga, para nuestro horror, les damos una voz que nunca les habríamos dado de otra forma. ¿Es nuestra insaciable necesidad por saber y averiguar qué pudo haber salido mal en sus vidas parte del resultado que buscan? ¿Es esa parte de la razón por la que existe un incentivo para hacerle daño a personas inocentes? Sabemos que no es la disponibilidad del arma, porque ellos usaron métodos y armas distintas.
No podemos legislar la naturaleza humana. Si sumamos las cifras de estos asesinatos masivos en el transcurso de la última década, ¿de cuántas personas hablamos? ¿Menos de 40 en la última década? ¿Queremos hacer leyes para millones de personas con base en las elecciones de menos de 40 malhechores?
¿Podemos arreglar a estas personas? ¿Podemos legislarlos para que dejen el deseo de matar? Quienes trabajan en la lucha contra el crimen y en analizar las enfermedades mentales pueden considerar las vidas de cada uno de estos asesinos y mencionarte las señales de advertencia que surgieron antes de la masacre.
¿Por qué no lidiamos con eso en lugar de prohibir las herramientas que unos cuantos usan? Por la naturaleza misma de estos crímenes, sabemos que a los malhechores no les interesan las leyes. Después de todo, cometer asesinatos va en contra de la ley, y ellos eligen ignorar la ley desde el momento en el que planifican lastimar a las personas.
Aparte de eso, ¿quién de los que está entre nosotros tiene el derecho a decirme que voy a asesinar a alguien porque poseo un arma? Y ¿quién puede decirme que solo me defiendo y me protejo de una forma en la que me siento cómoda?
El simple hecho de tener acceso a un arma mortal no convierte a la persona en un asesino. ¿Alguna vez has sentido enojo al conducir? Muchos de los que tenemos autos sentimos algún tipo de enojo extremo ante otros conductores porque sentimos que nos ponen en peligro. Podríamos incluso imaginarnos que embestimos contra sus autos o les cerramos el paso en respuesta, pero ¿lo hacemos en realidad? No, porque la gran mayoría de nosotros nunca queremos terminar con la vida de otra persona.
Incluso quienes trabajan en operaciones especiales, soldados y policías que están entrenados para matar por fines legítimos, que están familiarizados con distintas armas y tienen acceso a armas y municiones… incluso estas personas, quienes tienen experiencia, te dirán que nunca saben si podrán presionar el gatillo hasta que estén en una posición de usar una fuerza mortal a fin de proteger a otra persona.
Mi gobierno ha demostrado que no es capaz de protegerme en contra de las personas que quieren asesinar. Y no culpo al gobierno, porque aquí hay un solo culpable: el hombre o mujer que decidió matar.
Los asesinos usarán cualquier medio
Si pones un rifle de asalto en mis manos o en las tuyas, yo no voy a asesinar a nadie, y supongo que tú tampoco. Pero, ¿qué hace pensar a los defensores del control de armas que aquellos que deciden matar no van a usar cualquier medio necesario para hacerlo?
La persona que mató a mi esposo, Chris, trabajaba en una fábrica de armas con acceso diario a poderosas armas de todos los calibres, durante años. Él decidió matar cuando salió de un ambiente de rendición de cuentas y de pruebas de drogas.
Simplemente el tener un arma no lo convirtió en asesino. Sus elecciones de vida, sí. ¿Qué señales de advertencia mostró? Bien, la importancia que ganó después que mató a Chris y a Chad Littlefield dio lugar a que muchas personas escucharan su afirmación de padecer de un trastorno por estrés postraumático. Y aun así, los psiquiatras tanto de la fiscalía como de la defensa testificaron que no padecía de TEPT. Sin embargo, se sabía que consumía drogas. Con base en los testimonios durante su juicio, las personas que lo rodeaban no solo lo toleraban sino que algunas veces participaban en el consumo de drogas y eso les permitía verlo como una “víctima”. Muchas veces se libró de problemas al afirmar que sufría de TEPT.
Los oficiales creían en su palabra, lo enviaban a un centro de salud mental, el cual presentaba un diagnóstico que en esa comunidad se conoce como etiqueta por posible consumo de drogas, y lo ponían en libertad. Debido a la ley HIPAA y a nuestro deseo por proteger la privacidad de todos, permitimos que el mal comportamiento no sea abordado.
Imagina cuán distintas podrían ser las cosas si un centro de salud mental pudiera decirle a la policía “Él es un consumidor de drogas”, y la policía pudiera procesarlo por drogas y ponerlo en prisión por quebrantar esas leyes, en lugar de esperar a que se produzcan peores crímenes en el futuro.
En el estado de Texas, existe un proceso de certificación más o menos nuevo para nuestra policía, en el que a los oficiales se les capacita para que noten y reconozcan los problemas de salud mental y para que tengan conocimiento de las drogas que las personas consumen y de sus efectos. Entonces, la manera en la que intervienen es distinta basada en si creen que existe un problema de salud mental versus un problema de drogas. ¿No le daríamos un mejor uso a nuestro tiempo si trabajáramos para resolver este problema? Esto le da a la policía un método distinto de intervención en las crisis.
Algunos defensores quieren restringir ciertos tipos de armas… quizá permitir una pistola, pero no un rifle de asalto.
Para aquellos que no tienen un buen conocimiento sobre las armas, el término “rifle de asalto” trae a la mente ya sea la pistola de un francotirador o un arma automática como las que hemos visto en las películas, con el objetivo de matar a grandes cantidades de personas. En realidad, las armas automáticas ya están altamente restringidas y requieren de una licencia adicional que la mayoría de propietarios de armas nunca tendrán.
La falta de entendimiento hace que sea fácil desarrollar una retórica y legislación que calmará los temores de las personas que no entienden un tema determinado, pero eso en realidad no cambia el resultado final porque no podemos legislar el lado malvado de la humanidad.
Libertad y responsabilidad
Los autos son herramientas involucradas en tantas muertes como las armas. Si eres un conductor con una inclinación a beber y manejar, ¿deberíamos permitir que manejes únicamente un auto ultracompacto? ¿No una camioneta que podría matar a más personas? No, le quitamos al conductor ebrio el acceso a conducir cualquier auto de manera legal. Esto se trata de hacer la libertad de hacer lo que quieras hasta que se demuestre que eres incapaz de exhibir un buen juicio moral.
En este país, damos libertad y luego la quitamos una vez se demuestre que no eres digno de la libertad que te hemos dado. Nadie sugiere que debamos quitarte el auto o hacerte una serie de pruebas para determinar si podrías ser un conductor ebrio algún día.
¿Acaso todos los hombres cometen violaciones? Existe un elemento humano aquí que es real y no podemos legislar. ¿Le quitaríamos la libertad a todos los hombres por medio de la castración porque algunos no pueden manejar lo que tienen? No, permitimos la libertad hasta que in individuo elija tomar algo que otros usan para bien, y usarlo para hacerle daño a otra persona.
¿Están siendo aplicadas nuestras leyes actuales? ¿Los delincuentes y drogadictos conocidos realmente son puestos en prisión cuando son arrestados por un crimen menor y cuando se sabe que tienen un arma? En la mayoría de situaciones, la respuesta es no, porque la policía tiene asuntos más apremiantes que encarcelar a un delincuente por tener un arma que él o ella no ha usado en un crimen. Tenemos muchas leyes asentadas que no podemos o no implementamos. Empecemos a aplicar las que tenemos antes de crear nuevas leyes.
Comprensiblemente, queremos una solución para asegurarnos de que nosotros y nuestros seres amados nunca estaremos en la situación de que ser tomados desprevenidos por alguien que elige hacer el mal. Los asesinos en masa han atacado iglesias, negocios, cines, escuelas y hospitales, pero ellos fácilmente podrían llevar su violencia a un lugar donde las personas estén armadas. Sin embargo, no lo hacen.
Incluso en Fort Hood, el asesino eligió un lugar en la base donde sabía que los soldados no estarían armados. ¿Qué nos dice eso? Esa maldad se dirige a aquellos que no están preparados para que el mal los ataque.
Cuando Chris y yo estábamos considerando nuestra seguridad personal luego de que salió el libro “American Sniper”, tomamos medidas y pensamos en distintos escenarios. Chris me dijo que de todos modos, con base en su experiencia, “Cariño, si alguien quiere matarme, lo hará”.
Podría decirse que los presidentes John F. Kennedy y Ronald Reagan eran algunos de los hombres más protegidos del país. ¿Impidió esto que alguien les disparara?
Como Reagan lo dijo una vez, “No lograrás el control de armas al desarmar a los ciudadanos que cumplen la ley. Solo hay una manera en la que puedes lograr un verdadero control de armas: quítale las armas a los matones y criminales, enciérralos y si no te deshaces de la llave, piérdela durante un buen tiempo”.
Los malos son pocos; la mayoría es responsable
Y lo que necesitamos hacer es encontrar el valor para aceptar que desde el principio de los tiempos hasta el día en el que el hombre ya no camine sobre la Tierra, el mal siempre encontrará el camino. El asesinato no es nada nuevo, no va a desaparecer y no depende de un método u otro para ocasionar la muerte.
Podemos seguir adelante sabiendo que si bien el mal está entre nosotros, involucra a pocos. Las personas buenas y responsables son la gran mayoría. Podemos confiar unos en otros con las libertades básicas, hasta que uno de nosotros resulte ser de poca confianza al dañar a uno de nosotros de forma maliciosa o intencional.
Si nunca has poseído un arma, o nunca has conocido a las masas de pacíficos propietarios de armas que aman a sus familias y tienen una profesión de apoyo como consejería, enfermería, trabajo social y empleos pastorales, ¿puedo sugerirte que hables con ellos acerca de por qué aprecian su libertad de poseer estas armas?
Hemos sido inducidos a un estado en el cual el gobierno nos ha prometido la luna, rara vez nos la ha entregado y nos ha guiado a un mundo de más leyes, más gobierno, y menos libertad… y nada de eso ha detenido los asesinatos, el dolor y el sufrimiento.
Ningún gobierno nos puede proporcionar la utopía que muchos buscamos. Mi esperanza para este país es que sigamos siendo personas que valoremos la libertad, que tengamos el valor para enfrentar la realidad con corazones esperanzados en lugar de corazones ansiosos. Yo espero que nuestra gente se aferre a la noción de que no tenemos que ser un país guiado por el miedo a causa de las restricciones, sino que permanezcamos siendo la tierra de los libres y el hogar de los valientes.
Dios lo bendiga y gracias por darme un poco de su tiempo.