NUEVA YORK (CNNMoney) – Un proyecto de ley en California que hace un llamado a que los legisladores exoneren a los tampones y las toallas sanitarias del impuesto estatal sobre las ventas recibió un importante respaldo esta semana por parte de la junta que administra los impuestos sobre las ventas del estado.
Algunos otros estados —Utah, Virginia y Nueva York— han introducido proyectos de ley similares.
El problema del “impuesto al tampón” ha ganado importancia en el transcurso del año pasado. Al igual que los abarrotes, una necesidad básica que la mayoría de estados exoneran del impuesto sobre las ventas, los tampones también son una necesidad y de igual forma deberían ser libres de impuestos, dicen los defensores.
“La menstruación es una condición que ocurre todos los meses para las mujeres. No es una elección”, dijo Fiona Ma, una contadora pública que es parte de la Junta de Compensación de California que ahora respalda el hecho de que los tampones sean libres de impuestos.
Algunas personas afirman que el impuesto se suma de manera injusta a la carga económica de las mujeres, quienes pueden recibir un sueldo menor que los hombres en posiciones comparables y pueden tener que pagar precios más altos por artículos y servicios similares, según estudios.
Otros sospechan que imponer impuestos sobre los tampones es otro ejemplo del sesgo de género. Incluso el presidente Obama parece apoyar esta teoría. Cuando se le preguntó en una entrevista reciente si consideraba que estaba bien imponer impuestos sobre los tampones, él dijo “No tengo idea por qué los estados establecerían impuestos sobre estos como artículos de lujo. Sospecho que es porque eran hombres quienes hicieron las leyes cuando estas fueron aprobadas”.
Sin embargo, esos argumentos ignoran la realidad de cómo funcionan las leyes sobre el impuesto estatal a las ventas en Estados Unidos.
Para empezar, hay muchas “necesidades” (entre ellas la mayoría de productos de higiene personal) que son sujetas a los impuestos estatales sobre las ventas en la mayoría de los 45 estados que los imponen.
“Imponemos impuestos sobre el papel de baño. Imponemos impuestos sobre el jabón. Imponemos impuestos sobre la mayoría de cosas. No creo que este sea un complot para perjudicar a las mujeres”, dijo Kim Rueben, investigadora senior de finanzas locales y públicas en el Instituto Urban.
Eso se debe a que los estatutos del impuesto sobre las ventas normalmente solo dicen que todos los bienes están sujetos a impuestos, y luego solo mencionan las exenciones que los legisladores han establecido de manera intencional por varias razones.
Un ejemplo importante es la idea de que los pobres no deberían tener que pagar impuestos sobre los artículos que necesitan comprar para sobrevivir. Sin embargo, establecer una exención para un artículo también hace que todos los demás dejen de pagarla.
En un sistema fiscal ideal, dicen los expertos en política, todo estaría sujeto a una tasa tributaria muy baja. Entonces, para asegurarse de que los pobres no se vean afectados, ellos podrían recibir un crédito fiscal adelantado o un reembolso para cubrir su carga del impuesto sobre las ventas.
Los impuestos sobre las ventas son contradictorios: las decisiones sobre lo que está o no sujeto a los impuestos a menudo son altamente subjetivas, si no es que sencillamente “ridículas”, según lo mencionó el editor delegado de Tax Analysts, David Brunori.
La comida podría ser una necesidad, pero no todos los tipos de alimentos están libres de impuestos. Las nueces sin sal podrían estar libres de impuestos, pero las nueces saladas podrían no estarlo. Algunos estados imponen impuestos sobre los dulces, mientras otros lo exoneran. El champú está sujeto a impuestos, pero podría no estarlo si combate la caspa.
En California, los alimentos que se sirven calientes están sujetos a impuestos, pero los alimentos que se sirven fríos no lo están, dijo Ma.
Vivian Ericson, asesora legislativa para Cristina García, quien introdujo el proyecto de ley de California, presenta el argumento de que los tampones deberían ser considerados como un producto para la salud. Los estados normalmente exoneran los medicamentos recetados de los impuestos, pero los productos de salud que no son recetados a veces también pueden estar exentos, como los andadores, señaló.
Sin embargo, si “producto de salud necesario” es la norma, entonces uno también podría argumentar que el papel de baño —el jabón y muchos otros artículos— también califican.
El dinero siempre es una consideración: la Junta de Compensación de California calcula que exonerar a los tampones y a las toallas sanitarias de impuestos reducirá los ingresos en hasta 20 millones de dólares al año. Eso es una nada si se compara con los más de 100.000 millones de dólares que el estado recauda anualmente.
Sin embargo, el año pasado la junta no respaldó otro proyecto de ley que hacía un llamado a que el estado exonerara a los pañales del impuesto, dijo Ma. ¿Por qué? “Era mucho pedir”.
Esta es la conclusión para los estados: ellos necesitan una base de ingresos firme y suficiente. Y la norma es imponer impuestos sobre todos los artículos.
Mientras más artículos estén exentos, los estados más tienen que encontrar formas de dónde sacar el dinero.
“Puede ser un juego de suma cero”, dijo Brunori. “Para compensar los ingresos que dejas de percibir”, explicó, “terminas ya sea elevando el impuesto a las ventas u otros impuestos”.