CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Siria

Más de 50.000 personas han sido desplazadas por la guerra civil en Siria

Por Ashley Fantz

(CNN) -- Alepo es una ciudad tensa. Los bombardeos caen sobre el principal campo de batalla todos los días, un recordatorio implacable y aterrador de los cinco años de guerra civil en Siria.

Anteriormente este mes, el régimen del presidente Bachar al-Asad cortó el acceso a la carretera principal desde Alepo hacia la frontera con Turquía, lo que también dificultó cualquier movimiento por parte de los rebeldes que luchan contra su gobierno, al igual que por parte de las ONG que luchan por abastecer a la población asediada de la ciudad.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo este miércoles que se estima que cerca de 50.000 personas en Siria han sido desplazadas por el incremento de la violencia en el norte de la provincia de Alepo.

Algunas de las rutas de suministro que han sido usadas para traer ayudas, fueron cortadas, según un comunicado del CICR.

“La lucha está poniendo una enorme presión sobre los civiles. Las temperaturas son extremadamente bajas y, sin un adecuado suplemento de comida, agua y abrigo, los desplazados están tratando de sobrevivir en condiciones muy precarias”, dijo la jefe del CICR en Siria, Marianne Gasser, que está en Alepo.

publicidad

También cortaron el agua en esa provincia y los residentes dependen hoy de más de 100 puntos de suministros establecidos por la Cruz Roja, por la Media Luna Roja Árabe siria y fuentes de aguas locales, dijo el CICR.

El grupo añadió también hay escasez general de combustible y energía eléctrica en la zona.

Alepo, Siria, destruída por la guerra civil que completa ya 5 años. (Crédito:ZEIN AL-RIFAI/AFP/Getty Images)

Alepo, Siria, destruída por la guerra civil que completa ya 5 años. (Crédito:ZEIN AL-RIFAI/AFP/Getty Images)

Se calcula que unas 320.000 personas todavía viven, o subsisten, en la ciudad bajo bombardeos continuos. Los residentes están sufriendo de muchas maneras. Tienen hambre. Hay escasez de combustible. Y salir se ha vuelto tan arriesgado como quedarse.

Sin embargo, esta semana, como lo descubrió el corresponsal de CNN Frederik Pleitgen, muchos en las regiones de Alepo que están bajo el control del gobierno siguen adelante. No muy lejos de las líneas de frente de la guerra, las familias van al mercado, compran fruta fresca, pan y otros artículos. A pesar de un panorama relativamente tranquilo, algunos le dijeron a CNN que temen por aquello en lo que se está convirtiendo una de las ciudades más grandes del país.

"Creo que ya soportamos más o menos el 80% de las dificultades, y espero que el 20% restante termine pronto", le dijo un hombre a Pleitgen.

Otro reconoció las condiciones "muy severas" dentro de la ciudad, pero dijo que "estamos firmes y creemos que el poder estará del lado correcto".

En una de las principales áreas de la ciudad que se encuentran bajo el control del gobierno siro, la electricidad en gran medida es suministrada por generadores.

Los rusos y los iraníes ayudan a las fuerzas de Asad y persiguen a una coalición de rebeldes en la parte oriental de la ciudad.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que hubo ataques aéreos contra varias aldeas el domingo.

El asedio en Alepo marca el levantamiento en el campo de batalla sirio.

Más allá de la catástrofe humanitaria, la difícil situación de Alepo simboliza la rápida transformación del campo de batalla sirio desde que el régimen, Irán y Rusia se unieron. Durante gran parte de 2015, las fuerzas de Asad se mantuvieron a la defensiva, a medida que grupos rebeldes se consolidaban y tomaban importantes pueblos en Idlib, el área rural de Alepo, y empezaran a atacar a los baluartes del régimen en Latakia.

El Instituto para el Estudio de la Guerra dice que una ofensiva exitosa del gobierno alrededor de Alepo "haría añicos la moral de la oposición, desafiaría fundamentalmente las ambiciones estratégicas turcas y le negaría a la oposición su elemento más valioso para negociar ante la comunidad internacional".

Los grupos rebeldes han hecho solicitudes desesperadas de ayuda para defender a la ciudad. Sin embargo, debido a que son notoriamente díscolos, ahora están declarando alianzas en un intento por mantener la fuerza.

No obstante, sin importar cuán unidos estén, no se igualan al régimen y a sus socios. Los rebeldes no tienen aviones, ni tanques T-90 u otros medios en el intenso conflicto que enfrentan.

Altos comandantes rebeldes han sido asesinados en las provincias de Homs, Idlib y Alepo.

Refugiados huyen

Miles de sirios que han podido huir han sido detenidos en la frontera con Turquía, según informó Arwa Damon de CNN esta semana. Las autoridades turcas siguen insistiendo en que tienen una política de puertas abiertas, pero ese no parece ser el caso.

Una joven refugiada siria se apresura a llegar a la zona fronteriza con Turquía. Cerca de 40.000 mil personas han salido de Aleppo en días recientes. (Crédito: BULENT KILIC/AFP/Getty Images).

Una joven refugiada siria se apresura a llegar a la zona fronteriza con Turquía. (Crédito: BULENT KILIC/AFP/Getty Images).

Las autoridades turcas dijeron que los refugiados están siendo abastecidos por el lado sirio. Un sirio, Saleh, dijo que los refugiados no llegaron hasta aquí para quedarse en la frontera.

"No vinimos aquí para que nos dieran carpas. No necesitamos comida o agua", dijo. "Queremos pasar al otro lado y darle seguridad a nuestros hijos".

Saleh tiene cinco hijos. Su hermano tiene seis. Los 11 niños caminaron junto a los adultos por más de 10 km en la noche, le dijo Saleh a Damon.

"Cada vez que lloraban, teníamos que callarlos", dijo. "Nos disparaban. Teníamos que escondernos en las arboledas de olivos", dijo.

Como muchos de los otros, Saleh ya ha sido desplazado varias veces por la incesante violencia en Siria.

Esta nota se basa en la información proporcionada por Fred Pleitgen en Alepo, Siria. Fue escrita por Ashley Fantz en Atlanta. Tim Lister de CNN también contribuyó con este reportaje.