CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Costa Rica

Topolandia: el singular mundo subterráneo que no sabías que existía en Costa Rica

Por Djenane Villanueva

(CNN Español) -- En Costa Rica existe un refugio que bien sirve para protegerse del ritmo de la vida moderna, de la lluvia ácida, del calentamiento global, de los rayos y de los temblores.

En sus laberintos se esconde bajo tierra la realidad de un gran sueño: el albergue de un hombre, Manuel Barrantes, quien con su familia lleva una vida paralela entre los pasadizos subterráneos con paredes adornadas de esculturas talladas a mano y otra en la superficie donde pasa las horas, planeando qué más agregarle a ese mundo: Topolandia.

Así es como le llaman muchos a esta especie de museo subterráneo que alcanza una profundidad de 16 metros bajo tierra.

El paisaje de la zona protege su refugio, pero para Manuel Barrantes, también conocido como 'el hombre topo', los secretos de las montañas se conocen por dentro.

Habitaciones con camas de piedra, salas de conferencias, laberintos con caricaturas y personajes de la televisión hasta figuras y símbolos indígenas reciben a propios y a extraños. Visitantes que admiran la magia de un mundo bajo tierra, de aposentos y pasillos subterráneos.

En San Pedro de Pérez Zeledón, una comunidad al sur del país, Manuel tiene lo que llama su mansión, su hogar, pero que otros bautizaron como Topolandia.

publicidad

Pablo Mata, vecino, dice que "Topolandia es icónico: la persona que no pase por aquí, no sabe lo que se está perdiendo"

La familia de Barrantes le ayuda a vestir las paredes y fue su esposa, Lidiette Guillén, quien le agregó los rasgos de topo a parte de la fachada. "Yo era la primera que decía que estaba loco, pero un loco hace cien locos y aquí estamos ayudándole", dijo Guillén.

En su Topolandia, Manuel puso en práctica lo que aprendió como minero en sus años de juventud con la mochila al hombro, recorriendo América del Sur.

"Uno puede vivir bajo tierra sin contaminación, sin gérmenes; ahí vivo yo, tranquilo, no me complico del mundo de afuera, el materialismo", dice Barrantes.

Caminar por Topolandia es escapar de temperaturas que en la zona pueden superar los 30 grados Celsius y aquí llegar a los 22. Es de admirar los pozos naturales y el agua cristalina que regalan las profundidades de la tierra.

En línea recta son aproximadamente 100 metros, pero contemplando los túneles y los cinco niveles que hay, su creador calcula el recorrido en 400 metros. La profundidad máxima bajo la tierra es de 16 metros.