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Brasil

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En víspera de la votación sobre el inicio del juicio político, Rousseff dice que no se rinde

Por CNN Español

(CNN Español) -- Dilma Rousseff se prepara para otro día crucial en su carrera política. Este miércoles, el Senado de Brasil tiene previsto votar si se inicia un juicio político en su contra, lo que la separaría temporalmente de la presidencia hasta por seis meses. De ser encontrada culpable, sería destituida.

Este martes, en lo que podría ser el ultimo discurso de su mandato, Rousseff dijo que está "cansada de los traidores y desleales pero no de luchar".

Es por eso que el abogado general del Estado, Eduardo, Cardozo, que defiende a la mandataria, presentó un recurso al Tribunal Supremo de Justicia para que decrete la nulidad del proceso. Cardozo dijo que acudirán hasta al último recurso.

El abogado de Rousseff insiste en que el proceso tiene varios vicios entre ellos "nulidad de inicio".

Rousseff es acusada de violar normas fiscales para maquillar el déficit presupuestario.

¿Qué pasa el miércoles?

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La sesión en el Senado comenzará a las 9 am hora local. Son 81 los senadores con derecho a voto y a ejercer la palabra. Se sabe que hay varios que están dispuestos a renunciar a su derecho a la palabra para agilizar el trámite.

Se necesitan 41 votos, la mayoría simple, para activar el juicio político contra Rousseff, con lo que de inmediato la mandataria sería suspendida temporalmente por 180 días: mantiene la posición, pero no las funciones.

Los últimos recursos

Rousseff ha puesto todas sus fichas en sus seguidores en la calle y en el plano social: el gobierne pretende aumentar las movilizaciones. Seguidores han bloqueado vías en protesta.

Desde hace un mes, Rousseff dice que trata de un "golpe de Estado" y este martes aseguró que es una estrategia liderada por el expresidente de la Cámara Eduardo Cunha en alianza con el vicepresidente Michel Temer.

El escándalo se suma la asociación previa de la presidenta Rousseff con la industria petrolera, algo que la afectó políticamente, al igual que la designación de Lula da Silva como jefe de la Casa Civil, una movida que sus críticos dicen se hizo para protegerlo de posibles acciones judiciales.

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