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Noticias de EE.UU.

Ni A Ni B. Ni Clinton ni Trump

Por Juan Hernández

Nota del editor: Juan Hernández es estratega republicano, fundador del Centro de Estudios Estados Unidos-México de la Universidad de Texas, autor de The New American Pioneers y analista político de CNN en Español. Síguelo en @HernandezJuan

Quienes con regularidad siguen mis textos –y quienes no, ahora se los confirmo- saben que me he expresado insistentemente en un solo sentido: #NeverTrump.

Al leer esta postura muchos me han preguntado si es tal mi posición anti Trump, como para llegar incluso a votar por Hilary Clinton. Entiendo que en estos momentos muchas personas en Estados Unidos crean que sólo hay dos opciones: Clinton o Trump. Sin embargo ¿por qué debemos limitarnos sólo a elegir entre A o B? Estoy convencido de que no es aceptable ni A ni B, ni Clinton ni Trump, y elegir el menos malo (o menos mala) no debería ser opción.

Digo #NeverTrump por su posición radical, racista, antiinmigrante, su inexperiencia en la administración pública, por la ridícula propuesta de levantar un muro "pagado por México" (y aquí me detengo porque si lo sigo calificando necesitaré otras cuatro publicaciones).

Y digo #NeverClinton porque ella está siempre en el límite de la legalidad, tan descuidada en el uso de información oficial y secreta, tan distante de las mujeres, los jóvenes, y de la mayoría de los ciudadanos (hombres y mujeres de centro) ... siempre tan cuestionada. Así que, ante un proceso en donde ninguno de los candidatos es aceptable, abrir la baraja debe considerarse seriamente.

Mis compañeros, colaboradores de CNN en Español, María Cardona, Roberto Izurieta, Dan Restrepo (a quienes aprecio pero con quienes seguido no coincido) y su servidor asesoramos desde hace años a candidatos presidenciales en muchos países. Casi siempre llegamos a un punto del entrenamiento en medios o “media training”, en que les señalamos que deben estar preparados para no caer en la trampa del "A o B" y decidir sólo entre dos posibilidades. Parafraseando el artículo de Kevin D. Williamson, es un truco retórico de niños el declarar que sólo hay dos opciones.

Es esta mi postura frente a una tendencia que nos quiere obligar a optar sólo entre dos candidatos que, como si fuera poco, están entre los candidatos menos valorados en la historia de los Estados Unidos, con porcentajes negativos de ¡hasta el 60%!

Es cierto que sólo quedan unos días para la Convención Republicana a celebrarse en Cincinnati, Ohio; sin embargo, yo, junto con muchos, (especialmente los republicanos hispanos), espero que nuestro candidato no sea Donal Trump que tanto reprochamos porque tanto nos desprecia. Tiene que haber otra opción. Una opción C.

Algunos se han convencido de que la opción C es la del Libertario Gary Johnson. Hace unas semanas se desarrolló el Foro Libertario de CNN con una visión alternativa a las de los partidos tradicionales demócrata y republicano. Otros creen que la opción C será un independiente como el senador estadounidense Joe Lieberman, (quien el excandidato presidencial John McCain consideró como opción para vicepresidente).

Es interesante y triste que esta elección no fuera decidida por los votantes a favor de alguien (de Clinton o de Trump) sino por los votantes contra alguien (los #NeverTrump y los #NeverClinton). ¡El bloque de votos negativos más grande podría decidir quién es el próximo presidente de Estados Unidos!

Puedo parecer romántico o inocente pero si esta gloriosa nación eligió para dirigir sus destinos a un afroamericano y hoy -por vez primera en la historia- postula como una de sus candidatas a una mujer, ¿por qué no pensar que surgirá un nuevo líder que la mayoría podamos apoyar para llevarlo a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica?

Las crisis suelen ser momentos de oportunidades y, en tiempos de grandes problemas nacionales, aparecen los grandes líderes. ¿Por qué no creer que la gran nación de la democracia, -que tan bien lo ha hecho en otros momentos- pueda ofrecer en este momento crítico posibilidades aún no pensadas?

Finalmente, una reflexión muy especial a mis hermanos cristianos, católicos y protestantes, -en especial los que se reunieron hace poco con Donald Trump-. ¿Cuándo fue que nosotros, los cristianos, empezamos a votar por "el menos corrupto", el "menos inmoral", el "menos indecente"? ¿Cuándo dejamos de votar con base en nuestros principios? ¿Verdaderamente podemos votar por Trump y no abandonar nuestros valores cristianos? (Sé que podría hacer la misma pregunta sobre Clinton.) Pues, yo no. Yo no estoy dispuesto a renunciar a todo lo que creo y, de verdad, ... espero que ustedes tampoco. ¡Trump no representa nuestros valores, ni cristianos ni americanos!

El filósofo Descartes nos dijo que la base del poder creador es una idea. Por eso, seguiré pensando y orando para que otras ideas/opciones se gesten en la mesa electoral y que, si somos suficientes los que luchamos –de eso estoy seguro-, puedan concretarse. La historia la escribimos todos y ... yo no estoy dispuesto a quedarme con la de los otros. Ni A ni B. Ni Clinton ni Trump.