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(CNN) – Los primeros aviones comerciales en África que utilizan biocombustibles llevaron a 300 pasajeros entre Johannesburgo y Ciudad del Cabo el 15 de julio.

Los aviones Boeing, operados por South African Airways (SAA), fueron impulsados ​​en parte por plantas de tabaco conocidas como ‘Solaris’, las cuales tienen alta energía, no contienen nicotina y son cultivadas por los agricultores de la provincia de Limpopo.

Los vuelos representan un importante paso para el “Proyecto de Solaris”, una asociación entre los bioquímicos de Sunchem SA, especialistas de combustible SkyNRG, SAA, y Boeing, que se lanzó en 2014 con el objetivo de ofrecer “producción de combustible de aviación local y sostenible” a gran escala.

“Esto es muy importante, ya que demuestra que podemos utilizar este biocombustible,” dice Ian Cruickshank, Grupo SAA Especialista de Asuntos Ambientales. “Esto demuestra que la industria está cambiando realmente. Cuatro o cinco años atrás biocombustible fue visto como futurista, y hoy está aquí.”

Una nueva industria
Cruikshank dice que los vuelos van a construir confianza entre los inversores, incluyendo el gobierno de Sudáfrica, lo que permitirá escalar hacia arriba. Él cree que la producción de combustibles a nivel local ofrecerá grandes beneficios y ahorros para la economía en general.

“No necesitaremos dólares para comprar combustible, por lo que no vamos a ser rehenes a las variaciones del precio del petróleo”, dice, añadiendo que una mayor escala de producción de las plantas de Solaris también crearía miles de puestos de trabajo.

El objetivo de SAA es tener un 50% de su flota potenciada con el biocombustible en 2023, lo que podría llegar a los 500 millones de litros por año. El director de tecnología de SkyNRG Maarten van Dijk proyecta que la cosecha compensará 267 kilotones de emisiones de CO2 al año 2020.

Impacto social

El cultivo de Solaris ofrece nuevas oportunidades a los agricultores que han sufrido con la caída de la demanda de tabaco pues prevalencia del tabaquismo disminuye en Sudáfrica.

“Cada hectárea de la planta crea un trabajo de tiempo completo”, dice el director ejecutivo de Sunchem Hayo de Feijter. El Proyecto de Solaris se propone plantar 250.000 hectáreas en 2025.

Las plantas Solaris también tienen la ventaja de ser certificadas por la mesa redonda sobre Biomateriales Sostenibles (RSB), un organismo mundial que emite normas para la práctica de la sostenibilidad.

“Solaris tiene un potencial muy fuerte en comparación con otras materias primas para biocombustibles”, dice el director ejecutivo de RSB Rolf Hogan. “Se producen varias cosechas al año y una gran cantidad de aceite por hectárea en comparación con otros cultivos”.