(CNN) – No se suponía que esto debía terminar así.
El año pasado, Katie Prager, quien tiene fibrosis quística, peleó sin descanso para obtener un trasplante de pulmón mientras Medicare, Medicaid y su hospital discutían sobre dinero.
Luego de que CNN trajo a la luz su predicamento, ella obtuvo un trasplante.
Su esposo, Dalton Prager, quien también tiene fibrosis quística, también recibió un trasplante.
La pareja -ella de 26 años y él de 25, con una historia similar a la famosa novela de John Green- soñó con que después de su trasplante, viajarían juntos a cada estado y escribirían un libro sobre su historia de amor.
Pero la semana pasada, Katie fue puesta bajo cuidados paliativos en su casa. El trasplante no funcionó y sus doctores dicen que ya no hay nada que puedan hacer.
“Mi cuerpo está tan cansado”, dice Katie, quien ha pasado el último año y medio entrando y saliendo del hospital.
Su esposo está luchando sus propias batallas médicas. Dalton tuvo un brote de linfoma como resultado de su trasplante y desde entonces se está tratando. Él se encuentra en el hospital Barnes-Jewish en St. Louis, cerca de donde vive su familia, luchando contra neumonía y un virus.
Katie dice que el plan ahora para Dalton es que comience a ser tratado lo más pronto posible al Centro Médico de la Universidad de Kentucky para que él esté más cerca de ella.
Katie espera que él sea dado de alta la semana próxima y pueda realizar el viaje de una hura a su casa en Flemingsburg, Kentucky.
“Si tan solo podemos pasar un día y una noche juntos, estaremos felices con eso”, dijo Katie.
Romance a pesar de las advertencias
El romance de Katie y Dalton comenzó con un mensaje de Facebook cuando ambos tenían 18 años.
“Si tu alguna vez necesitas un amigo para hablar, puedes ponerte en contacto conmigo”, escribió Katie a Dalton luego de leer que él estaba muy enfermo.
“Lo siento, pero… ¿te conozco?”, respondió.
“No”, escribió Katie y le dijo a Dalton que ella también tenía fibrosis quística y que estaba peleando por su vida.
Luego de que comenzaron a enamorarse a través de Facebook, el siguiente paso fue conocerse en persona, pero para Katie eso era peligroso.
Dalton fue muy claro con ella al informarle desde un principio que tenía una infección, Burkholderia cepacia, una muy peligrosa y contagiosa infección que sufren personas con fibrosis quística.
Sus doctores le advirtieron que nunca se reuniera con otro paciente con fibrosis, por el temor a contraer la bacteria.
Pero Katie escuchó a su corazón, a pesar de que esto podría dañar más sus pulmones. Ella le pidió a Dalton que la visitara en Kentucky.
“Le dije a Dalton que prefería ser feliz, muy, muy feliz, por cinco años de mi vida y morir antes que ser mediocremente feliz y vivir por 20 años”, dice Katie. “Eso fue definitivamente algo en lo que tuve que pensar, pero cuando tú tienes esos sentimientos, simplemente lo sabes”.
Dos años después, en 2011, Dalton y Katie se casaron. Ambos tenían 20 años.
Los peores temores de sus doctores se volvieron realidad: ella contrajo Burkholderia cepacia y tanto Katie como Dalton esperaron por un trasplante en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.
Katie dice que no se arrepiente de haber tomado la decisión de reunirse con Dalton en persona.
“No miro atrás porque realmente no puedo cambiar el pasado. He pasado este tiempo con Dalton por lo que bien podría seguir viendo hacia adelante”, dijo.
Mensajes para los que la extrañarán
Katie también dice que ella no se detiene a pensar sobre por qué la vida le dio tantos desafíos médicos.
“Realmente no lo veo como algo injusto”, dice. “Todos tienen sus propias batallas y Dios eligió esta batalla para mi”.
“Si es el momento para que el Señor me lleve, esa es su decisión”, agregó. “Si es lo que Dios ha planeado, entonces estoy lista”.
Ella está preocupada por los gastos del funeral que podría tener que asumir su familia cuando muera, por lo que abrió una página en YouCaring para recibir donaciones.
Mientras Katie se prepara para dejar este mundo, tiene un mensaje para los que se quedarán.
“Solo ámense unos a otros”, dice. “Si alguien te hace enojar, perdónalo”.
Hay cosas que ella hubiera preferido no haber hecho, dice. Ella ha estado llamando a personas para pedir perdón y dice que todavía tiene más llamadas por hacer.
Otro mensaje: haz lo que te haga feliz.
“Siempre quise ir a Florida y nunca fui”, dice. “Hubiera deseado el subirme a mi auto e ir. No está tan lejos”.
“Pero está bien”, agrega. “Estaré viendo Florida desde el cielo”.