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Paz en Colombia

El no, una oportunidad inigualable para Colombia

Por Carlos Holmes Trujillo

Nota del editor: Carlos Holmes Trujillo es un político colombiano que participó en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991. Ha ocupado cargos como embajador ante la OEA, ministro del Interior y ministro de Educación. En 2014 fue candidato a la vicepresidencia de Colombia por el Centro Democrático. Las opiniones expresadas en este comentario corresponden exclusivamente a su autor.

(CNN Español) -- Colombia estrenó el plebiscito que se consagró en la Constitución de 1991 y permitió que los ciudadanos emitieran su veredicto sobre el acuerdo entre el Gobierno y las FARC.

Lo que el presidente Juan Manuel Santos recibió el domingo es un mandato, y la organización armada ilegal fue la destinataria de un mensaje claro.

carlos holmes

Carlos Holmes

Los votantes le dijeron al jefe del Estado que no puede implementar lo acordado tal como está, pero que conserva la plenitud de sus facultades para renegociar sus términos.

También le es posible modificar lo convenido o suscribir acuerdos adicionales, complementarios o aclaratorios.

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Y a 'Timochenko' se le manifestó que todos los colombianos quieren la paz, pero que tienen desacuerdos e inquietudes sobre algunos aspectos de lo que firmó con el presidente.

Por otra parte, los electores se pronunciaron a favor del no sobre la base de que los dos interlocutores habían aceptado previamente la posibilidad de la renegociación.

Así lo hicieron cuando el Gobierno y las FARC convinieron en acatar lo que la corte constitucional indicara, en materia del mecanismo de refrendación, y con las características que ese alto tribunal señalara.

Por fortuna, el alto tribunal lo hizo con claridad dando vía libre a la eventualidad de seguir construyendo sobre lo ya construido.

Colombia tiene hoy, pues, una oportunidad como no se le había presentado en su accidentada historia.

¿Cuál es esa oportunidad?

La de construir un acuerdo que una, un acuerdo incluyente y que sea sostenible en el tiempo.

Los primeros pasos que se han dado son halagadores.

Santos expresó su voluntad de construir un acuerdo, lo mismo hizo el ex presidente Álvaro Uribe Vélez la noche en la que se conoció el resultado, y las FARC reiteraron su voluntad de paz y de mantener el cese al fuego bilateral y definitivo.

Ya el Centro Democrático, la principal fuerza de oposición al Gobierno que lideró la campaña a favor del NO, expresó su disposición para reunirse con delegados del Gobierno, y éste, a su vez, designó a quienes tendrán la vocería del presidente colombiano.

Lo que viene ahora es avanzar en concreto.

Y debe hacerse con prontitud, sin sacrificar la rigurosidad de las conversaciones que se adelanten, toda vez que es indispensable darle a la nación seguridades progresivas sobre los efectos positivos del nuevo rumbo.

Es fundamental que la comunidad internacional continúe acompañando y apoyando el esfuerzo que se seguirá haciendo.

No hay ninguna crisis, los electores no votaron para que se le pusiera fin a los diálogos en La Habana ni con el propósito de desconocer todos los avances que se han hecho.

Lo hizo para edificar sobre lo ya edificado, en busca de un acuerdo mejor para todos.

El día del plebiscito ganó la ilusión y la esperanza de un país que quiere la paz, tiene la decisión de alcanzarla y habló claro, haciendo uso del poder que posee el pueblo como soberano.

¡Manos a la obra!