(CNN) – Ahora que está apunto de asumir el gobierno, el costo real del “gran, gran” muro que Donald Trump prometió durante la campaña se está empezando a perfilar y amenaza con dividir al presidente electo y a los republicanos más ahorradores en el Capitolio. Pero la gran visión de Trump de una barrera impenetrable que vaya del Océano Pacífico al Golfo de México -un monumento físico a su dura política migratoria- no se ha desvanecido, aunque algunos detalles han cambiado.
Él le pidió a los republicanos en el Congreso, no a México, que financien el plan con dinero de los contribuyentes. Y sobre su compromiso de hacer que México pague la cuenta, Trump tuiteó el viernes que “todo el dinero que se gaste en la construcción del ‘Gran Muro’ (en aras de la velocidad)” será reembolsado.
Trump raramente huye de los superlativos y su mención sobre un “Gran Muro” evoca imágenes de otra extensa y superdefensiva estructura -una que ha tenido en mente durante mucho tiempo.
“Saben, la Gran Muralla China, construida hace mucho tiempo, mide 13.000 millas”, dijo Trump en 2015. “Digo, ustedes están hablando de algo grande. Nosotros hablamos de cacahuates, en comparación con eso”.
Pero las diferencias no acaban ahí. Esta es una comparación entre la futura fortaleza fronteriza del presidente electo frente a su competencia china.
Uno es más largo que el otro
Como Trump ya lo hizo notar, exactamente, la Gran Muralla China mide más de 13.000 millas (casi 21.000 kilómetros). De acuerdo con un informe reciente de la Oficina de Herencia Cultural de China, se extiende por 15 provincias, regiones autónomas y municipalidades. La frontera de Estados Unidos con México, en tanto, abarca solo 4 estados -California, Arizona, Nuevo México y Texas. Actualmente hay 700 millas (1.100 kilómetros) de valla a lo largo de ese tramo, con otras 1.200 millas (1.900 kilómetros) o bien abiertos, casi imposibles de proteger o intransitables.
Uno fue construido por guerreros y criminales
En China, diferentes dinastías emplearon varios métodos de construcción. Pero el proceso fue consistentemente peligroso y miles de obreros desconocidos murieron en accidentes o de agotamiento. Soldados fueron empleados al inicio, pero con el paso de los siglos, criminales y conscriptos hicieron la mayor parte del trabajo.
Trump no ha dejado en claro quien realizará la construcción, aunque varios contratistas independientes, incluyendo la empresa que levantó un muro fronterizo en Israel, han sugerido que buscarían quedarse con la encomienda –y muchísimo dinero de los contribuyentes.
Uno estuvo a cargo de varios gobernantes durante siglos
Si Trump logra conseguir los fondos necesarios para reiniciar la construcción, el proyecto habrá abarcado, al menos en parte, tres gobiernos. El proceso en China duró más, con decenas de gobernantes encargados de supervisarlo durante largos periodos de construcción, seguidos por siglos enteros de calma y decadencia.
La barrera fronteriza de Estados Unidos, en su gran mayoría hecha con vallas, fue aprobada por el Congreso y convertida en ley por el presidente George W. Bush en 2006.
Uno enfrentó ejércitos enemigos
Los chinos pasaron siglos utilizando el muro como medio de defensa de su tierra y su cultura ante los embates de tribus nómadas, invasores mongoles y otros enemigos políticos. Durante el gobierno de la dinastía mongol Yuan, primero encabezada por Genghis Khan a principios del siglo 13, la muralla era usada principalmente como un puesto de negociaciones y para ayudar al gobierno a apagar las revueltas.
En Estados Unidos, el movimiento político detrás del discurso de Trump sobre levantar el muro está preocupado principalmente por la inmigración ilegal -aun cuando el número de inmigrantes mexicanos ha disminuido- y los cárteles de drogas.