(CNN Español) – El presidente de Argentina, Mauricio Macri, participó, este jueves, en un diálogo junto con el escritor peruano Mario Vargas Llosa en Casa América de Madrid, enmarcado en su visita de Estado a España.
En el Diálogo por la Democracia y el Futuro, el líder argentino y el Premio Nobel abordaron varios temas relativos a la situación actual del país sudamericano y de la región latinoamericana.
En particular, se refirieron a la situación actual de Venezuela, que Vargas Llosa describió como “verdaderamente catastrófica”.
“Hace un año la situación era terminal. Me decían peor no puede estar y hoy está peor”, dijo el presidente argentino.
Venezuela enfrenta una inflación que, según los estimados del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicados en 2016, podría llegar, en 2017, a 1.642%. A esto se suma la caída en picada de la moneda venezolana y la escasez de alimentos que obliga a los ciudadanos a hacer filas durante horas para obtener su comida diaria.
La situación demuestra “que siempre hay un escalón más hacia el infierno”, dijo Macri.
Por su parte, el Premio Nobel de Literatura dijo que había una “falta de solidaridad por parte de los gobiernos democráticos” de la región, que se resisten a dar un verdadero apoyo “a un país que se ha convertido en una dictadura”. Vargas Llosa se refería a los obstáculos para activar la Carta Democrática de la OEA.
El 10 de febrero, tras una reunión con una delegación de la oposición venezolana, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, dijo que actualizará un informe sobre el país sudamericano para añadirle los retrocesos ocurridos desde noviembre, reabriendo así el debate para aplicarle la Carta Democrática a Venezuela.
Macri, quien dijo que Venezuela era un “país quebrado”, afirmó que se trata de una situación de “terrible impotencia” y que no se ve ningún tipo de mecanismo que la alivie.
En 2015, cuando recién fue elegido, Macri dijo que corresponde aplicar la cláusula democrática que suspendería a Venezuela de Mercosur, pues aseguraba que en ese país había un acoso a la oposición y no correspondía con el ideal democrático de Argentina.
“Algunos defienden que hay que dejar que se aguante a las próximas elecciones en dos años, pero el país no aguanta dos horas más”, agregó el mandatario.