¿Qué significa que un país se quede sin dinero?
(CNN Español) -- Esta semana, CNN en Español reportó cómo Venezuela se está quedando sin dinero. Según los datos del banco central, ya sólo tiene 10.500 millones de dólares en reservas (muy pocas de ellas en efectivo) y para el 2017 acumula pagos de deuda pendientes por unos 7.200 millones de dólares.
En el 2011, Venezuela tenía aproximadamente 30.000 millones de dólares en reservas. En el 2015, ya eran unos 20.000 millones de dólares.
Sary Levy, profesora titular de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela, le explicó a CNN en Español que el nivel de reservas de Venezuela ha caído a “los niveles más bajos” en los últimos 20 años. “El problema viene desde el 2005, cuando a partir de un cambio en la ley del banco central se comienzan a extraer reservas bajo el concepto de reservas excedentarias", explicó Levy.
¿Qué significa que un país deba más dinero del que tiene en el banco? ¿Qué puede pasar cuando un país se declara en bancarrota? Aquí te lo contamos.
¿Cuándo se dice que un país está en la quiebra?
Un país entra en bancarrota cuando suspende los pagos de sus deudas, tanto con acreedores públicos como privados, y no tiene cómo convencer a nadie más para que le preste dinero.
Para desarrollar múltiples programas y políticas, los países le piden dinero a personas naturales o jurídicas que invierten en ellos, pero como en cualquier préstamo con una institución financiera, esas naciones deben luego devolver esa plata pagando unos intereses. La acción por la que un país suspende el pago de sus deudas por falta de dinero se conoce técnicamente como default.
¿Por qué sucede que un país se quede sin dinero?
Históricamente, detrás de la quiebra de una nación ha habido dos motivos fundamentales: que acaba de salir de una guerra (caso de Alemania en 1923 y luego otra vez en 1945) o una muy mala gestión financiera por parte de uno o varios gobiernos consecutivos.
Venezuela completó, en diciembre del 2016, tres años seguidos en recesión. Pero también está sumida en una profunda crisis social y política y allí juegan un papel importante otro factores como el desplome de los precios del petróleo, que hoy representa la mitad de lo que valía en el 2014. El problema es que Venezuela no solo es el país con mayores reservas de petróleo del mundo, sino un país exageradamente dependiente de ese único producto. Cerca del 90% del total de sus exportaciones son de crudo.
También, según analistas, se suman el excesivo gasto del gobierno, la caída de la moneda, la mala administración de la infraestructura del país y la corrupción, todo lo cual ha generado una inflación desbordada.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera que en el 2017 la inflación aumente 1.660% en Venezuela, un país que muy pocas veces publica datos económicos oficiales. Para el 2018, el FMI prevé una inflación del 2.880%.
La inflación también hace que los precios de todo tipo de bienes básicos, como la leche, el papel higiénico, el jabón, el azúcar y la harina, estén por las nubes. Estos productos escasean desde hace años, así como los medicamentos. Y como en una espiral que no se detiene, el país cada vez tiene menos dinero para importar esos bienes esenciales.
“Uno de los principales problemas tiene que ver con la crisis humanitaria”, le dijo a CNN en Español el analista económico Alejandro Grisanti, director de Ecoanalítica, una firma de investigación en Venezuela. “El gobierno ha venido consumiendo sus reservas internacionales, sus ahorros, para buscar alternativas de compra de alimentos, pero no ha cambiado su rumbo económico”.
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¿Qué salidas tiene un país que se declara en bancarrota?
La primera salida, y la más común, es negociar con los acreedores por medio de acuerdos para refinanciar la deuda y pedir más plazo para pagar. Cuando se refinancian las deudas, el valor de los bonos originales se reduce y eso implica también un costo para los acreedores, que en muchos casos no recuperan todo el dinero prestado.
La segunda salida es declararse insolvente y negarse a pagar (caso Argentina en el 2001 o caso Grecia en el 2012, por ejemplo).
Otra medida que se puede tomar, paralela con la primera, es que los bancos centrales busquen atraer nuevos inversionistas extranjeros elevando las tasas de interés de los bonos de deuda del país. El Banco Central de Islandia lo hizo cuando ese país se declaró insolvente en el 2008 (las tasas de interés crecieron hasta el 18%).
Sin embargo, los aumentos desmesurados de las tasas de interés pueden afectar las calificaciones crediticias que distintas entidades internacionales otorgan a los países, de las cuales puede depender, como en un círculo vicioso, que se invierta en el país y se les siga prestando dinero.
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Finalmente, hay naciones que buscan rescates que vienen de afuera, como préstamos de emergencia del FMI, bajo el cumplimiento de unas medidas de austeridad que deben implementar los gobiernos de los países a los que se dirige el dinero. Entre otras cosas, el FMI suele pedir que se congelen los gastos sociales y se privaticen algunas empresas públicas. En el casi de Grecia, sin embargo, el FMI negó haber impuesto esos requisitos.
Para pagar parte de su deuda, por ejemplo, Venezuela ha enviado oro a Suiza, dado que según el informe financiero del país del 2016, cerca de 7.700 de los 10.500 millones de dólares que le quedan de reservas están en oro, y no en efectivo.
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También le ha pedido plata prestada a China. Desde el 2007, los bancos estatales chinos le han prestado a Venezuela 60.000 millones de dólares, de acuerdo con Diálogo InterAmericano. Eso es más de lo que le ha prestado a cualquier otro país latinoamericano y convierte al gigante asiático en el mayor acreedor de Caracas.
Venezuela le paga casi todos sus préstamos a China mediante cargamentos de petróleo. En el 2015, PDVSA, la compañía petrolera estatal de Venezuela, envió 579.000 barriles de petróleo diarios a China, según una auditoría financiera de la compañía. Pero en el 2016, Venezuela ha visto caer su producción al mínimo más bajo en 13 años. Y en septiembre del año pasado, China suspendió sus préstamos con condiciones preferenciales al país latinoamericano.
¿Qué consecuencias tiene para la gente que un país se declare en quiebra?
Los inversionistas extranjeros pierden la confianza en el país, los precios de las acciones se desploman y la moneda local también pierde su valor. En el 2014, un dólar equivalía a unos 100 bolívares. El 1 noviembre del 2016, ese mismo dólar equivalía a 1.567 bolívares y un mes después, en diciembre del año pasado, equivalía a 3.480 bolívares según la popular página DolarToday.com, que monitorea la tasa no oficial en el país.
Eso genera que la gente se asuste por perder sus ahorros y corra al banco para retirar el dinero de sus cuentas y, en muchos casos, sacarlo del país. Uno de los ejemplos más recordados de ese pánico ciudadano (y de la respuesta de un gobierno) es el de Argentina en el 2001, cuando el gobierno congeló las cuentas bancarias y limitó la cantidad de dinero en efectivo que la gente podía retirar.
Además de que los ciudadanos pierden sus ahorros, muchas empresas pueden cerrar sus puertas y eso dispara la tasa de desempleo. También aumenta la inflación, lo que a su vez genera mayor malestar social y puede llevar a protestas masivas. En Argentina, en el 2001, la gente no sólo salió a la calle sino que comenzó a saquear supermercados. Eso también ha pasado ya en Venezuela.
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Solo hasta hace poco el Gobierno dejó de ejercer controles de precios, y los bienes básicos han regresado lentamente a las tiendas y los supermercados. Pero los precios son tan altos que pocos venezolanos pueden costearlos.
“Están funcionando con lo mínimo”, le dijo a CNN en noviembre del año pasado Russ Dallen, socio de Caracas Capital Markets en Miami. Según él, Venezuela está “viviendo en tiempo prestado. Tiene a su gente con hambre para pagarle a Wall Street, e incluso parece que esa estrategia se va a agotar”.
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¿Qué países han quebrado y qué ha pasado con ellos?
Alemania se declaró en bancarrota dos veces en el siglo XX (1923 y 1945, ambas veces tras el final de una guerra mundial). Rusia lo hizo en 1998. Argentina en el 2001 y luego de nuevo en el 2014. Islandia se declaró en bancarrota en el 2008. Grecia corrió la misma suerte en el 2012.
Esta semana, la agencia Standard & Poor's emitió una calificación de nivel CCC (muy baja) para la deuda de largo plazo en moneda local y extranjera que tiene Venezuela, y afirmó que el panorama de ese país es negativo.
¿Es inevitable un incumplimiento de pagos en el caso del país latinoamericano? “Esperemos que no. Pero para cancelarlo, van a tener que estirar mucho los pocos recursos que ingresan por concepto de venta de petróleo. Si comparamos el precio en enero del 2016, que estaba en unos 25 dólares por barril, y hoy, cuando está a 47 dólares, eso le da cierta holgura al gobierno para pagar la deuda a corto plazo. El problema es la caída en la producción”, le dijo la economista Sary Levy a CNN en Español.
La otra opción sería refinanciar la deuda y pedir más plazo para pagar, pero, como dice Levy, por ahora Venezuela no ha mostrado interés en seguir ese camino.
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