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Donald Trump

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El FBI está investigando "esfuerzos del gobierno ruso para interferir" en la elección

Por análisis de Stephen Collinson

(CNN) -- La extraña saga de las declaraciones del presidente Donald Trump de que fue espiado por el presidente Barack Obama el año pasado alcanza un clímax dramático este lunes con el testimonio del director del FBI, James Comey, ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

Durante la audiencia, Comey dijo que el FBI no tenía evidencia de que hubiera habido tales escuchas telefónicas. Insistió que no había evidencia que respaldara los tweets del presidente Donald Trump.

El Comisión de Inteligencia le cuestionó si era posible que un presidente ordenara una escucha. Comey dijo que las cortes podían dar permiso para vigilancia electrónica y son supervisados a través de un proceso riguroso. Pero dijo que un individuo ni presidente podría ordenar intercepciones telefónicas.

Añadió que el Departamento de Justicia tampoco tenía evidencia que apoyen los tweets de Trump.

Comey también aceptó por primera vez que el FBI está investigando "los esfuerzos del gobierno ruso para interferir en las elecciones" de EE.UU..

"Este es un trabajo muy complejo, y no hay manera de que les pueda dar una programación de cuando estará listo", añadió Comey.

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El director de la Agencia Nacional de Seguridad, Mike Rogers, también intervino y dijo que no hay material de inteligencia de que los votos de las elecciones de 2016 fueron cambiados por el hackeo ruso.

Rogers dijo que no habían visto evidencia alguna de que nadie en el gobierno de Obama le pidiera a los británicos espiar a Trump.

A Comey se le pidió explicar las conclusiones del reporte no clasificado de la inteligencia que en enero reveló que Rusia había intentado agitar la desconfianza en la democracia de EE.UU. y había desarrollado una preferencia hacia Trump y no hacia la candidata demócrata Hillary Clinton, debido a su papel como secretaria de Estado.

"No sé de hecho, pero creo que fue algo fácil de juzgar par la comunidad", dijo Comey.

"Él, Putin, odiaba a la secretaria Clinton tanto que prefería claramente a la persona que era la adversaria de alguien que odiaba tanto".

Trump intentó desviar la atención de sus acusaciones escuchas telefónicas en una serie de tweets este lunes por la mañana.

"James Clapper y otros afirmaron que no hay evidencia de que Potus haya estado en connivencia con Rusia, ¡esta historia es FAKE NEWS y todo el mundo lo sabe!" escribió Trump poco después de las 6:30 de la mañana.

"Los demócratas compusieron y empujaron la historia rusa como una excusa para dirigir una campaña terrible. Gran ventaja en el Colegio Electoral y perdieron!", tuiteó luego.

La controversia sobre las reclamaciones de escuchas telefónicas fue desatada por los impresionantes tweets del presidente desde Mar-a-Lago en Florida hace dos semanas. Trazó paralelismos con Watergate y dijo que Obama era un hombre "malo (o enfermo)" por ordenar la vigilancia de su residencia en Nueva York - acusaciones que el expresidente negó rápidamente a través de un portavoz.

Los Comités de Inteligencia de la Cámara y el Senado de EE.UU. declararon previamente y ambos dijeron que no había evidencia ni indicios de que hubiera habido tales escuchas.

En cierto sentido, la extraña controversia sobre los tweets de Trump ha dejado al presidente en una posición en la que está más cómodo políticamente - en desacuerdo con los medios de comunicación y el establecimiento político y de inteligencia en Washington.

Pero también se ha convertido en una distracción política en un momento en que Trump se enfrenta a peleas sobre la derogación Obamacare y el presupuesto que ayudará a definir sus primeros 100 días en el cargo. Esta semana, por ejemplo, el gobierno debe beneficiarse de una cobertura favorable de las audiencias de confirmación de Neil Gorsuch en la respetada Corte Suprema, pero la audiencia del Comité de Inteligencia tiene la capacidad de eclipsar el testimonio del juez.