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Donald Trump

Donald Trump

¿Cómo han avanzado los grandes planes de Trump en sus 100 primeros días en el cargo?

Por análisis de Stephen Collinson

(CNN) -- El presidente Donald Trump vive por los superlativos - él quiere el más grande, el mejor, el más grande. Por eso no sorprende que ya esté molesto sobre comentarios poco complacientes de sus primeros 100 días en el cargo.

Trump se aproxima al primer hito simbólico de su presidencia este sábado con una mezcla familiar de chisporroteos y cortinas de humo, destinados a disfrazar la realidad de que ha producido uno de los primeros 100 días menos prolíficos de cualquier presidente en la historia moderna.

"¡No importa cuánto logré durante el estándar ridículo de los primeros 100 días, y ha sido mucho, los medios de comunicación me van a criticar!", escribió en Twitter Trump este viernes, a pesar de haber destacado la importancia de los primeros 100 días en el pasado.

El tuit fue algo clásico de Trump: adelantarse a las malas noticias usando a sus críticos de los medios como protección mientras desdibuja la línea entre la verdad y la falsedad para evitar un serio daño político.

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Los principales asesores de Trump, por su parte, rechazaron de plano que el presidente tenga problemas.

"Cumple sus promesas y lo hace a una velocidad vertiginosa", dijo el jefe de personal la Casa Blanca, Reince Priebus, a la cadena NBC, citando las iniciativas de Trump para aumentar el gasto militar y salir del pacto de libre comercio de la Asociación Transpacífica.

Pero los críticos de Trump argumentan que no sólo el presidente no logró reunir un récord de logros políticos significativos en sus primeros 100 días, sino que ha empañado su oficina.

Dicen que con sus afirmaciones de que el expresidente Barack Obama intervino sus teléfonos y de que millones de votantes ilegales lograron que Hillary Clinton lograra una victoria en el voto popular, ha devaluado la moneda de verdad de la que dependen las presidencias exitosas. Lo acusan de insultar a los aliados estadounidenses y de presidir una Casa Blanca caracterizada por peleas, filtraciones e indisciplina.

"No soy yo ... el 65% del público estadounidense, tal vez el 60%, está diciendo que él está haciendo un mal trabajo, que tiene que hacer algo por sus segundos 100 días porque no ha sido muy bueno hasta ahora", dijo el historiador presidencial de CNN, Douglas Brinkley.

Trump no es el único nuevo presidente que se opone a ser juzgado tan temprano en su mandato. Muchos otros presidentes han lamentado las comparaciones con frenesí legislativo de Franklin Roosevelt en 1933 que fijó la barra de los 100 días.

Y Trump es una figura pública tan singular que juzgarlo por convenciones políticas establecidas nunca ha sido un indicador confiable de sus perspectivas futuras.

Por lo tanto, una pregunta más importante podría ser si realmente importa que Trump haya tenido unos primeros 100 días rocosos. ¿La historia sugiere que un comienzo difícil conduce a una mala presidencia? ¿O pueden los presidentes aprender y ajustarse y construir una administración exitosa?

Un punto bajo

Trump comenzará sus 100 días siguientes desde un punto bajo, aunque su base de simpatizantes ha permanecido con él.

A diferencia de muchos otros presidentes nuevos, le hace falta un triunfo legislativo: su predecesor Barack Obama logró que se aprobara un gran plan de pagos igualitarios en sus primeros 100 días. George W Bush logró aprobar un plan de reducción de impuestos, que eventualmente se volvió ley en junio y Bill Clinton logró aprobar el acta de cuidado médico y familiar.

Trump, en cambio, ha tenido problemas para implementar elementos de su agenda en un momento donde se ve a los presidentes en la cúspide de su poder político. México no está pagando por el muro. Su prohibición de viajes ha sido bloqueada dos veces por los tribunales. No logró movilizar un monopolio republicano sobre el poder en Washington y su gran objetivo legislativo –derogar a Obamacare– se estrelló.

Una investigación del FBI sobre presuntos vínculos entre los agentes de la campaña de Trump y Rusia está poniendo una sombra sobre la Casa Blanca. Perdió a su primer asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, cuando tuvo que contestar preguntas de las relaciones con Rusia menos de un mes después de su mandato.

A diferencia de Ronald Reagan, por ejemplo, que utilizó sus primeros 100 días para dar la vuelta al estado de ánimo de la nación y sentar las bases para una presidencia exitosa, Trump ha exacerbado preguntas sobre su inexperiencia y temperamento.

E incluso Bush, que como Trump entró en el cargo obstaculizado por profundas divisiones políticas después de una elección general polarizante, utilizó su tiempo para sanar heridas políticas; su índice de aprobación de 100 días fue de 62%, según Gallup.

Los índices de Trump en el rango bajo de 40% –fácilmente la marca más baja para un presidente a tan pocos días de su gobierno– y que plantea preguntas reales para la capacidad de Trump de promulgar su agenda futura.