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Donald Trump

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100 días de Trump: el drama de Rusia con la Casa Blanca parece no terminar

Por Tom LoBianco

(CNN) -- El día 100 de gobierno es tradicionalmente el momento para que los presidentes examinen sus logros (o la falta de ellos), pero nada más ha puesto una nube negra sobre la presidencia de Donald Trump como la cuestión de la intromisión de Rusia en las elecciones del año pasado y la relación de la Casa Blanca con Moscú.

La influencia de Rusia es materia de cuatro investigaciones congresionales separadas, y llevó a la renuncia del consejero de Seguridad Nacional y la recusación del secretario de Justicia para la investigación del departamento a su cargo sobre el asunto.

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El goteo constante de filtraciones provenientes de fuentes de inteligencia familiares a la investigación se ha vuelto una corriente consistente de noticias vergonzosas para el nuevo gobierno.

Mientras la Casa Blanca de Donald Trump llega a su día 100, los investigadores de la Cámara y el Senado avanzan en un camino lento y metódico, poniendo juntos los muchos hilos de los lazos de Rusia con un grupo de altos consejeros de Trump, lo que promete extender el flujo constante de noticias relacionadas con Rusia en el mandato del presidente.

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La Casa Blanca constantemente ha argumentado que no hay conexión entre la campaña de Trump y funcionarios rusos. En un divertido intercambio durante su aparición diaria ante los medios, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, señaló que los reporteros exagerados buscan algo que no existe.

“Si el presidente pone vinagreta rusa en su ensalada esta noche, de alguna manera sería una conexión con Rusia”, dijo Spicer.

Las investigaciones de Rusia están en una conjetura ahora, con preguntas de si se convertirán más en un Watergate —que llevó a la renuncia del presidente Richard Nixon (con quien el presidente Trump es comparado usualmente)— o al Whitewater, un fiasco que arengó al presidente Bill Clinton durante su primer mandato en la Casa Blanca, pero que terminó sin cargos criminales para el presidente.

Lo único que es cierto es que esta nube de preguntas de Rusia no se moverá de encima del gobierno Trump en el corto plazo.

Revelación de información

La víspera de los 100 días de Trump en la Oficina Oval está dominada por noticias de que el exconsejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, pudo haber quebrantado la ley al no revelar pagos de RT-TV en su solicitud de autorización de seguridad, una revelación que no hizo la Comisión  de Inteligencia de la Cámara, sino la de Vigilancia.

“Por una parte quiero asegurarme de que las personas sean responsables, quiero asegurarme de que esto no ocurra de nuevo, pero sabes que todavía quieres que hagan negocios con el mejor interés para el país. Y espero que ellos lo hagan”, dijo el representante Eric Swalwell, un demócrata de la Comisión de Inteligencia.

“Pero para nuestros propósitos, simplemente queremos que no obstruyan. Es todo lo que pedimos. Ya hemos visto este comportamiento de encubrimiento en los últimos meses: el número de personas que se encontraron con los rusos y no lo revelaron, la información que hemos pedido —ya sea Flynn, o Sessions o Kushner— y que no se entregará es preocupante”, añadió.

La Casa Blanca se ha distanciado de los cuatro mayores blancos tanto de la investigación del FBI como de los investigadores del Congreso: Michael Flynn, exconsejero de Seguridad Nacional de Trump; Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump; Carter Page, exconsejero de Política Internacional de Trump, y Roger Stone, exasesor de Trump.

Spicer ha dicho que Manafort tuvo “un rol muy limitado” en la campaña de Trump, a pesar del papel esencial de Manafort para que Trump ganara la candidatura republicana.

En el día 60 de la presidencia de Trump, el director del FBI, James Comey, sorprendió a la nación con el anuncio de que había estado investigando los lazos entre la campaña del presidente y agentes rusos desde julio de 2016.

El anuncio del propio director del FBI hizo que el presidente empezara a tuitear su gobierno en tiempo real, mientras la audiencia de la Comisión de Inteligencia de la Cámara continuaba.

Para el día 61 de la presidencia, el aliado más cercano de Trump en las investigaciones sobre Rusia en la Cámara —Devin Nunes, el líder de esa investigación y jefe de la Comisión de Inteligencia— hizo una visita secreta a la Casa Blanca para revisar documentos que la mansión presidencial proporcionó que supuestamente apoyaron el contraataque del presidente a las preguntas sobre Rusia y las falsas acusaciones de que fue víctima de espionaje por parte del gobierno de Barack Obama.

Entre los días 62 y 76, una de las investigaciones que podría descarrilar al gobierno Trump fue golpeada por la niebla del caos que engulló gran parte de la campaña y del gobierno de Trump, y quedó bloqueada al mundo de las averiguaciones de inteligencia.

Pero en el día 77, Nunes fue empujado al borde, pues fue materia de una nueva investigación en la Cámara sobre si faltó a la ley al dar a conocer información clasificada de inteligencia.

En tres semanas, la maniobra construida por Trump sobre los alegatos de que fue víctima de intervenciones telefónicas habían sido puestas al margen, junto a su más grande apoyo, mientras que las investigaciones en la Cámara seguían su camino.

Pero si hay un fuego proverbial que esté creando la nube de humo masiva que son las investigaciones sobre Rusia, es casi irrelevante en este momento. Las reuniones sin revelar con el embajador de Rusia en Estados Unidos, Sergey Kislyak , han hecho que Flynn sea despedido y que el secretario de Justicia, Jeff Sessions, se recuse a sí mismo de la investigación.

Las investigaciones siguen

Los investigadores veteranos del Congreso dicen que la mejor respuesta es sencillamente no luchar contra las investigaciones, ya sea reteniendo documentos o distrayendo.

Pero la Casa Blanca parece no estar escuchando esos consejos, diciéndole a la Comisión de Vigilancia de la Cámara, a principios de esta semana, que por varias razones no entregaría los documentos que pidió relacionados con Flynn.

El peligro para el gobierno de Trump es que ahora se enfrenta no solo a una investigación del FBI, sino a dos grandes investigaciones del Congreso y otras adicionales, todo removiéndose lentamente, cavando profundo en los lazos de la campaña de Trump con agentes rusos.

La investigación de la Cámara está empezando a hacer parecer la investigación sobre Rusia en el Senado más metódica, planeada y enfocada, luego de un reinicio bajo el nuevo liderazgo del representante Mike Conaaway, un republicano de Texas que reemplazó a Nunes.

La investigación en el Senado, entre tanto, está entrevistando a los colaboradores de Trump en que están en el centro de las acusaciones sobre Rusia, luego de pasar varios meses haciendo una revisión pormenorizada del reporte de inteligencia en el que se detallaba la intromisión de Rusia en las elecciones de Estados Unidos.

Ambas comisiones se han asegurado de tener acceso a inteligencia de alto nivel, un proceso sensible de negociaciones intensas con las agencias de inteligencia, y que durante al menos tres semanas estuvo estancada por los estrechos lazos de Nunes con la Casa Blanca.

Los investigadores del Senado han hablado con más de 30 testigos. Los líderes de la investigación en la Cámara —Conaway y el demócrata Adam Schiff— han estado de acuerdo en agendar las entrevistas con los testigos.

Entre tanto, a las afueras del Capitolio el grito “¡Declaración de impuestos!” se ha convertido en un canto común en ruidosas asambleas ciudadanas en las que legisladores demócratas y republicanos están siendo bombardeados con preguntas sobre los conglomerados financieros de Trump que, según activistas progresivos, podrían mostrar fácilmente los propios lazos del presidente con Rusia.

Hasta ahora, los republicanos en el Congreso han resistido los llamados a la revelación de las declaraciones de impuestos de Trump. Pero la líder de los demócratas en la Cámara, Nancy Pelosi, ha subrayado que si los demócratas ganan de vuelta la mayoría en 2018, podrían fácilmente procurar las declaraciones de impuestos de Trump.

El punto de referencia de 100 días es típicamente un periodo de victoria para una nueva administración, pero el desfile de historias de Rusia de esta nueva Casa Blanca y las cuestiones pendientes— casi que garantiza que la historia esté muy lejos de su final.