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Cibercrimen

Caso de extorsión sexual enciende el debate legal sobre contraseñas de teléfonos

Por Eric Levenson

(CNN) -- Un caso de extorsión que involucra a modelos en bikini, celebridades en las redes sociales e imágenes muy atrevidas ha provocado un interesante debate legal sobre la seguridad de los teléfonos y la Quinta Enmienda en Estados Unidos.

La gran pregunta es: ¿pueden las autoridades tener acceso a información potencialmente incriminatoria en tu teléfono al obligarte a revelar tu contraseña? O, ¿el acceso a los secretos de tu teléfono está protegido por la Constitución de Estados Unidos?

La respuesta, al menos en este caso, es que las contraseñas de los teléfonos no están protegidas, según lo determinó un juez este miércoles.

El caso se deriva del arresto en julio pasado de Hencha Voigt, de 29 años, y su entonces novio, Wesley Victor, de 34, acusados de cargos de extorsión. Voigt y Victor amenazaron con publicar videos y fotos sexualmente explícitas de la estrella de redes sociales 'YesJulz', a menos de que ella les pagara, según un informe del Departamento de Policía de Miami.

Pero Voigt y YesJulz son nombres importantes en las redes sociales. Voigt es modelo fitness y toda una celebridad en Instagram, que a finales del año pasado protagonizó WAGS Miami, un reality show de la cadena E! sobre las esposas y novias de figuras del deporte en South Beach.

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'YesJulz', de 27 años, cuyo nombre real es Julieanna Goddard, es promotora de fiestas, figura del jet set y agente de mercadeo de redes sociales, que fue descrita como ‘Realeza de Snapchat’ en un perfil que el año pasado le hizo la revista de The New York Times. 

Hencha Voigt, a la izquierda, está acusada de extorsionar con fotos y videos sexualmente explícitos a 'YesJulz', a la derecha.

Como parte de la actual investigación sobre el caso, los fiscales solicitaron buscar en los teléfonos de Voigt y Victor y le pidieron a un juez que les ordenara a los dos entregar sus contraseñas telefónicas.

Los abogados de los dos sospechosos rechazaron la solicitud, argumentando que las contraseñas son equivalentes a testimonios autoincriminatorios, lo cual está protegido por la Quinta Enmienda.

“Piden la contraseña para que puedan buscar qué hay en el teléfono, lo cual podría incriminar a mi cliente y luego ser usado en su contra”, le dijo a CNN el abogado de Voigt, Kertch Conze.

La gran pregunta sobre la seguridad de las contraseñas y la Quinta Enmienda se ha vuelto un tema candente en muchos procesos penales, según Joshua J. Horowitz, abogado especializado en litigios relacionados con tecnología.

“Definitivamente, esta es una cuestión que se está filtrando en los tribunales inferiores y que, eventualmente, llegará hasta la Corte Suprema”, dice Horowitz. “Hasta que llegue, realmente no hay una respuesta clara sobre este asunto”.

Los arrestos

En mensajes de texto enviados en julio pasado, Voigt y Victor supuestamente le dijeron a Goddard que debía pagar 18.000 dólares en efectivo en las próximas 24 horas y que si no lo hacía ellos publicarían videos y fotos sexualmente explícitos, según un reporte de la policía.

“Las puedes tener de vuelta como te dije, chica tonta”, escribió Victor en uno de los mensajes de texto, de acuerdo con el informe policial. “Me gusta tu movimiento; mira, si siento que hay algo raro será el fin del juego, es tu decisión”.

Voigt y Victor fueron detenidos el mismo día mientras entraban a un vehículo y las autoridades encontraron los teléfonos celulares que se cree fueron utilizados para extorsionar a Goddard, según la Policía de Miami. En total, fueron recuperados cuatro teléfonos, de los cuales tres pertenecían a Victor, según la policía.

Voigt y Victor fueron acusados de extorsión, conspiración para cometer extorsión y uso ilícito de un dispositivo de comunicación, de acuerdo con un expediente penal. Ambos se declararon inocentes.

https://www.instagram.com/p/BJ8cgYogiDo/

Los fiscales obtuvieron los mensajes de texto enviados a Goddard, pero no pudieron eludir las contraseñas de los teléfonos de los sospechosos —un iPhone en el caso de Voigt y un BlackBerry en el caso de Victor— para buscar más evidencia.

Por eso, presentaron un recurso para pedirle a un juez de un tribunal del circuito que obligara a los acusados a entregarles sus contraseñas a las autoridades.

Conze, el abogado de Voigt, se opuso a la solicitud. Le dijo a CNN que obligar al acusado a divulgar su contraseña sería pisar “terreno resbaladizo” en el terreno legal.

“Pienso que es una nueva frontera”, dijo. “Creo que se están reduciendo los derechos que están garantizados por la Constitución de Estados Unidos”.

Zlejka Bozanic, abogada de Victor, también se opuso a la solicitud, argumentando que hacer que alguien entregue sus ideas es algo “completamente distinto” a entregar huellas dactilares o ADN. “Para obtener una contraseña necesitas que el cliente diga cuál es esa contraseña. Es definitivamente testimonial”, dice Bozanic.

Según ella, este miércoles un juez falló a favor de los fiscales y ordenó que Voigt y Victor entregaran sus contraseñas de teléfono.

La sentencia se basó en una reciente decisión de la Corte de Apelaciones de la Florida que ordenó que un hombre sospechoso de tomar fotos indebidas de faldas de mujeres entregara a las autoridades los cuatro dígitos de la contraseña de su teléfono.

Bozanic asegura que no la sorprende que el juez haya fallado en contra de su cliente, dada la escasa jurisprudencia que hay sobre el tema. “Tenía las manos atados”, explica. “Una vez que hay una decisión de otra Corte de Apelaciones, debes seguirla”.

También cree que un caso como este llegará tarde o temprano a la Corte Suprema, pero que mientras tanto se verán afectados los sospechosos que busquen que la información de sus teléfonos sea protegida, por la decisión de este miércoles.

De todas maneras, Bozanic también dijo que Victor no recordaba su contraseña telefónica, así que el fallo no afectaría este caso específico. “Al final, él no podrá crear una contraseña. No puedes obligar a alguien a decir algo que no tiene”, señaló la abogada.

Invocando la Quinta Enmienda

La Quinta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos declara que “ninguna persona será... obligada en cualquier caso penal a testificar en contra de sí misma”.

Ese derecho de no incriminarse a uno mismo está en el núcleo de los derechos de los acusados en un juicio penal. Por eso, los acusados de un crimen pueden “invocar la Quinta”, como se le conoce, y rehusarse a testificar en contra de ellos mismos.

El derecho también aplica para actos que son “testimoniales” e incluyen aspectos comunicativos, según Jennifer Granick, directora de libertades civiles del Centro para Internet y Sociedad de Stanford.

Como entregar una contraseña, por ejemplo.

“La pregunta final es si dar una contraseña es comunicación testimonial”, dice Horowitz. “En el contexto de la contraseña de un teléfono, parece un argumento muy fuerte para que sí lo sea” y, por eso, está protegido por la Quinta Enmienda, según ella.

Sin embargo, el gobierno puede obligar a los acusados a entregar sus contraseñas si se puede concluir anticipadamente que los fiscales encontrarán información que les sea útil, afirma Granick.

“El gobierno debe mostrar que hay evidencia incriminatoria”, dice la experta. “No pueden desbloquear un celular e irse de expedición de pesca”.

El caso Apple-FBI

Los derechos legales relacionados con las contraseñas de celulares se han convertido en un tema legal prioritario en los últimos años, especialmente por el caso en el que Apple se negó a permitir que le FBI tuviera acceso al iPhone del hombre que disparó en San Bernardino el año pasado.

Apple argumentó en la corte que construir una “puerta falsa” para el iPhone para hacer cumplir la ley sería crear problemas de privacidad para sus millones de usuarios.

Finalmente, el FBI abandonó el caso cuando tuvo acceso al teléfono por otra vía.

LEE: El FBI dice que logró acceder al iPhone del terrorista de San Bernardino... sin la ayuda de Apple

Sin embargo, ese caso no involucraba a la Quinta Enmienda pues el acusado estaba muerto y no podía ser obligado a nada. Y aún así, plantea interesantes preguntas sobre los teléfonos encriptados y la aplicación de la ley, que seguramente serán relevantes en otros casos.

Curiosamente, tanto Granick como Horowitz dicen que los jueces generalmente fallan que las huellas dactilares, a diferencia de las contraseñas, no son consideradas “actos testimoniales”. Eso significaría que los teléfonos que pueden ser desbloqueados con las huellas no están protegidos de la misma manera en que aquellos que solo pueden ser desbloqueados con contraseñas.