Washington (CNN) – Durante su muy esperado testimonio ante el Congreso, el exdirector del FBI James Comey entrará en disputa con la afirmación general del presidente de Estados Unidos Donald Trump sobre que éste fue informado en múltiples ocasiones que no había ninguna investigación en su contra, según lo revelaron fuentes cercanas a la opinión de Comey.
De hecho, una fuente sostuvo que se espera que Comey les revele a los senadores que él nunca le aseguró a Trump tal cosa, porque esas declaraciones habrían sido impropias. Otra fuente dio a entender que el presidente pudo haber malinterpretado el significado exacto de las palabras de Comey, especialmente en lo que tiene que ver con la investigación de contrainteligencia que sigue el FBI.
En la carta de despido que le escribió a Comey, Trump sacó a relucir las indagaciones sobre Rusia y afirmó: “… aprecio profundamente que usted me haya informado, entres ocasiones diferentes, que no estoy bajo ninguna investigación”. La Casa Blanca no ha entregado detalles sobre el momento en que supuestamente ocurrieron esas tres conversaciones.
Adicionalmente, una fuente familiar con el testimonio de Comey aseguró que el exdirector no va a concluir si el presidente obstruyó la justicia en el caso de la investigación de la agencia sobre Rusia. Por el contrario, añadió la fuente, Comey planea presentarse a sí mismo como un “testigo de hechos”, que simplemente describirá las interacciones que mantuvo con Trump en múltiples ocasiones, algo que le dificultó memorizar sus conversaciones. Él “le dejará el análisis legal a otros”, le indicó la fuente a CNN.
Mientras Comey está ansioso por contar su versión de sus diálogos con el presidente, también parece probable que evite las preguntas sobre cómo se sintió con los comentarios de Trump. Por ejemplo, si se sintió presionado para abandonar la investigación o si pensó que más bien se trataba de una obstrucción, indicó otra fuente.
Comey cree que sus propios sentimientos frente a los comentarios del Trump son bastante “irrelevantes”, añadió la fuente, y que su relato de lo ocurrido es el tema central. Lo que importa al considerar la posible obstrucción de la justicia, agregó esta fuente, es la intención del presidente, no cómo se sintió Comey.
Las otras cuestiones clave que abordará Comey son claras, agregó una fuente: la acusación de que Trump le pidió que prometiera serle leal poco después de que asumiera el cargo y la solicitud del presidente de dejar la investigación contra el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn, en el marco de las indagaciones del FBI sobre una posible conspiración entre Rusia y socios de Trump.
El exdirector del FBI registró por lo menos una de esas interacciones en un memorando escrito, cuyo contenido ahora filtrado plantea un panorama que algunos demócratas describen como una línea muy delgada hacia la obstrucción de justicia.
“Espero que puedas dejar ir esto”, le dijo Trump a Comey durante una reunión en la Oficina Oval, de acuerdo a lo que dice el memorando, que fue descrito a CNN por una fuente.
Algunos miembros del Congreso han pedido ver los memorandos, sin embargo no queda claro si el exdirector del FBI tiene la intención de leerlos –o entregárselos– al Congreso.
Como reportó CNN la semana pasada, mientras Comey estaba “perturbado” por sus reuniones con el presidente, el exfuncionario “pensó que tenía la situación bajo control” porque sintió que Trump no entendía bien lo inapropiado de sus acciones. Comey creía, según una fuente cercana a su opinión, que el mandatario podría ser “entrenado” acerca de cómo no interactuar y cómo no hacerlo con un director del FBI. Comey consideraba la situación, agregó esta fuente, “un proyecto policial en curso”.
Es razonable concluir, continuó la fuente, que Comey no creía que ninguna de las acciones individuales constituyeran una obstrucción a la justicia. Pero, también añadió, queda la pregunta de si la “suma de los patrones de comportamiento” que culminaron en el despido del exdirector del FBI pueda interpretarse de manera diferente. En otras palabras, mientras cada episodio puede leerse como un “paso en falso”, el conjunto de acciones –concluidas en el despido– podría convertirse en algo mucho más serio. Especialmente, después de que Trump le dijo a la cadena NBC que él estaba pensado en la investigación de Rusia cuando tomó la decisión de sacar a Comey de su cargo.
“Eso cambiaría el punto de vista de cualquier persona racional”, dijo una fuente.
Pero aún así, Comey no planea compartir su opinión propia porque no cree que sea su posición para hacerlo.
“Sin duda habrá una tensión entre que las personas intenten que él (Comey) saque conclusiones y su posición de ser un testigo de hechos”, sostuvo la fuente cercana a la opinión de Comey, indicando que le corresponde al fiscal especial plantear esas conclusiones después de conducir una investigación legal completa “en la lado de la Casa Blanca sobre cómo sucedieron los hechos y no sólo unas pocas interacciones” con Comey.
“Al final de todo esto, ¿saltarán algunas personas y dirán que hay una ofensa obstructiva?”, pregunta otra fuente. “Algunos quizás lo hagan, pero eso es un juicio político, no uno legal”.
De hecho, como lo reportó en exclusiva CNN la semana pasada, Comey alcanzó un acuerdo con Robert Mueller, el fiscal especial en la investigación de Rusia, que le permitió testificar sobre sus tensas conversaciones con el presidente, pero no los detalles de la investigación de Rusia como tal. Eso abrió el camino para su aparición este jueves ante el Congreso. Fuentes dicen que los parámetros establecidos por los dos hombres –que son amigos y antiguos colegas del Departamento de Justicia– buscaban evitar la posibilidad de que el testimonio de Comey pudiera manchar cualquier caso criminal que Mueller pudiera llevar.
Funcionarios de la Casa Blanca consideraron la opción de intentar invocar la autoridad de privilegio ejecutivo del presidente para bloquear el testimonio, pero dijeron este lunes que no lo harían.