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Donald Trump

Donald Trump

Donald Trump tiene la oportunidad de luchar por una firma victoriosa

Por análisis de Stephen Collinson

Washington (CNN) -- Su turno, señor presidente.

El fracaso de Mitch McConnell, líder de la mayoría en el Senado, en imponer un proyecto de ley para revocar el Obamacare antes del receso del 4 de julio no hace más que revelar divisiones tribales que devastan al Partido Republicano.

También destaca el papel del presidente Donald Trump (o la falta de uno) en forjar una mayoría republicana para hacer pasar el proyecto de ley a través del Senado, sobre un tema que tiene graves implicaciones para el destino del resto de su presidencia.

Casi tan pronto como McConnell archivó una iniciativa para votar sobre la medida esta semana, los senadores se amontonaron en un autobús azul de la policía del Capitolio para dirigirse a la Casa Blanca para una sesión de la lluvia de ideas con Trump.

El contraste fue obvio con aquella eufórica reunión en el Jardín de las Rosas en la que Trump recibió a los republicanos de la Cámara de Representantes tras aprobar de su ley de abrogación de Obamacare en mayo. Esta vez, los republicanos se sentaron alrededor de las mesas en el Salón Este expresando su frustración por los anuncios negativos que se emitieron contra el moderado senador Dean Heller, quien se ha opuesto al proyecto de ley.

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El presidente Donald Trump aplaude junto al presidente de la Cámara Paul Ryan y al presidente del grupo de legisladores conservadores House Freedom Caucus, Mark Meadows, luego de que la ley de salud para reemplazar el Obamacare pasara en la Cámara. (Crédito: Mark Wilson/Getty Images)

El retraso en la votación en el Senado representa un fracaso (que podría ser temporal) para el Partido Republicano que tiene el monopolio del poder en Washington, pero aún no puede cumplir la promesa fundamental que ha hecho a sus votantes durante años.

Pero en esta nube que se posa sobre Washington, podría haber un vestigio de esperanza para Trump.

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Un esfuerzo significativo para reestructurar el argumento en el proyecto de ley, para romper las profundas divisiones partidistas sobre el tema y venderle a los estadounidenses una visión de la reforma del sistema de salud, podría hacerle mucho bien a una presidencia que ha estado sitiada durante meses.

También podría sugerir que el presidente tiene una oportunidad decente de construir apoyo para el resto de su agenda, que incluye un empuje a la reforma tributaria y un programa para reparar la decadente infraestructura nacional.

¿Puede hacerlo?

Pero los primeros signos no son alentadores para aquellos que esperan que el presidente pueda hilvanar algún apoyo político para que se apruebe el proyecto de ley.
Ante los senadores, el presidente habló en términos vagos sobre el proyecto de ley, mostrando la falta de especificidad que ha obstaculizado sus intentos de ejercer influencia política en el Capitolio.

"Vamos a tratar de resolver el problema, por eso los invité a todos. Vamos a hablar, vamos a ver qué vamos a hacer", le dijo Trump al grupo, antes de ofrecer una evaluación que no parecía reflejar el estado agravado del debate republicano sobre el proyecto de ley o abordar las preocupaciones específicas que muchos senadores tienen sobre él.

"Estamos muy cerca", dijo. "Esto será genial si lo hacemos", dijo, antes de pedirl a los periodistas que salieran de la habitación.

Hasta ahora, todo el mundo sabe en Washington que el presidente no está interesado en discutir los detalles de un proyecto de ley para tratar de ganar votos indecisos.

De hecho, a menudo parecía dispuesto a aceptar cualquier medida que pudiera describir como una victoria política, con lo que fuera que contuviera.
Ciertamente no tiene sentido que esté impulsando el debate hacia un resultado que encaje en cualquier visión ideológica de su presidencia. Más a menudo, ha mostrado más apetito simplemente por arrasar el Obamacare que por ofrecer soluciones.

Incluso los partidarios de Trump admitirían que el presidente aún está en deuda de imponer su considerable personalidad en Washington o de demostrar que tiene las habilidades políticas y la reserva de capital para hacer pasar la legislación a través del Congreso.

Su consistencia también está en cuestión, ya que etiquetó como "malo" el proyecto de ley sobre el sistema de salud de la Cámara de Representantes, descalificando públicamente a los miembros tras celebrar su aprobación con ellos.

Paul Ryan, líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, durante la presentación del proyecto para derogar el Obamacare.

"Esto es lo que le diría a cualquier senador: si estás contando con que el presidente tiene tu apoyo, necesitas vigilarlo", dijo la senadora republicana Lindsey Graham este lunes.
"Este presidente es el primero en nuestra historia que no ha tenido experiencia política ni militar", dijo la senadora Susan Collins a los periodistas este lunes en el Capitolio.
Esa impresión tendrá que cambiar si el presidente va a apostar en la lealtad de los senadores republicanos que están en contra de la ley, a quienes McConnell dijo que utilizó en su reunión en la Casa Blanca para explicarle sus reservas a Trump.

El actual presidente es el más heterodoxo que se pueda recordar, y ha roto muchas normas políticas. Pero si tiene que acumular un legado legislativo significativo, puede que tenga que poner más de su propia piel política en juego.

Las próximas semanas, cuando McConnell y Trump busquen deshacer el estancamiento del Partido Republicano sobre la propuesta en el Senado, serán una dura prueba para el presidente.
Debe calmar a senadores moderados asustados sobre las consecuencias de votar por una medida que la Oficina de Presupuesto del Congreso dice que le quitará la cobertura a 22 millones de personas más durante la próxima década.

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Los republicanos en el Senado también están divididos en temas como los recortes a la expansión del Medicaid bajo el Obamacare, la perspectiva de aumentar las primas para los estadounidenses de bajos ingresos y de clase trabajadora, y los temores de que los adictos a los opiáceos puedan perder su tratamiento vital.

Trump se defendió la mañana de este miércoles en contra de las sugerencias según las cuales no estaba profundamente involucrado en el proceso.

"A algunos de los falsos medios de comunicación les gusta decir que no estoy totalmente dedicado al sistema de salud. Esto está equivocado, sé muy bien del tema y quiero la victoria para Estados Unidos", publicó en su cuenta de Twitter.

¿Puede unir a los republicanos?

Reunir a los republicanos probará la influencia de un presidente cuya tasa de aprobación ha descendido por debajo del 40% y tiene poco apoyo fuera de su base, aunque esta es sólida. También revelará cuánta lealtad que los senadores republicanos sienten hacia un presidente que a menudo se ha salido de la ortodoxia de su propio partido.

Las acciones de Trump en el Capitolio pueden haber dejado mella luego de que un grupo que lo apoya, America First Policies, comenzó a publicar anuncios contra Heller en Nevada.
Heller y otros senadores se quejaron este martes en la Casa Blanca, pidiendo la unidad del partido. Heller, según dijo una fuente, planteó el problema en primera instancia, mientras bromeaba diciendo que estaba decepcionado por haber usado la cara de Matt Damon en lugar de la suya en el anuncio.

Trump también puede necesitar mejorar su juego de persuasión porque, aunque ha estado hablando con los senadores que se resisten, no está claro que haya hecho cambiar muchos pareceres.
El senador por Utah Mike Lee, un conservador que se opone a la ley porque cree que no hace lo suficiente para derogar al Obamacare, habló con Trump por teléfono este lunes.

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Un asistente dijo que el tono de la llamada fue "positivo", pero también estuvo en un "alto nivel" sin signo alguno de que Trump abordara detalles específicos de la política.

McConnell afirmó este martes que el Presidente ha sido muy eficaz y ha estado comprometido. Pero también pareció insinuar que Trump tendría que hacer algo más.

"Siempre anticipábamos que el presidente sería muy importante para llegar a una conclusión. Después de todo, bajo nuestro sistema, él es el hombre con la firma", aseguró, agregando que el que Trump hubiera mostrado sus cartas antes habría sido un desperdicio de tiempo.

Pero el tiempo de Trump es ahora. "Ha habido presidentes que han sido capaces de romper y líderes de la mayoría del Senado que capaces de formar una coalición", dijo Julian Zelizer, analista político de CNN.

McConnell ha estado tratando con un presidente que no se ha empeñado a fondo en esta lucha y no le está vendiendo a los estadounidenses de qué se trata toda esta idea detrás del cambio, que no sea que la gente vaya a perder muchos beneficios".