CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery

Proyecto Ser Humano

Éxodo en Venezuela

#VenezuelaBienvenida: así quieren evitar el rechazo y la xenofobia contra los inmigrantes venezolanos

Por CNN Español

(CNN Español) – Comen solamente dos veces al día para ahorrar gastos: esta es parte de la realidad que viven Alcides, Johan y Miguel, tres venezolanos que llegaron a Bogotá huyendo de la crisis en su país, y que la organización colombiana Dejusticia decidió contar en su nueva campaña de derechos para los inmigrantes #VenezuelaBienvenida.

En un video de cinco minutos la cámara recorre los pasos de los jóvenes que se dedican a la venta informal en el transporte público Transmilenio para sobrevivir y poder mandar algo de dinero a su país. Johan, por ejemplo, sólo le ha podido enviar 100.000 pesos (unos 33,5 dólares) a su mamá en cuatro meses. Pero el objetivo de la campaña no se limita a narrar una dura realidad: le pregunta a los ciudadanos qué pasos está dando para acoger a los venezolanos inmigrantes.

publicidad

“La pregunta es usted individualmente qué puede hacer o qué actitud puede tomar en relación con el venezolano que ve vendiendo en el bus público, o que ve poniendo un puesto de arepas en la economía informal”, explica a CNN en Español el director y cofundador de Dejusticia César Rodríguez. Justamente porque, como señala, la situación de estos inmigrantes no solamente está en manos de los gobiernos: hay un riesgo que se presenta con los ciudadanos. “Ese riesgo que nosotros quisiéramos ayudar a controlar es el de cierto rechazo y xenofobia en relación con los migrantes venezolanos”. De ahí que la campaña #VenezuelaBienvenida también le quiera a hablar, además de Colombia, a los países de América Latina.

"¡Váyase para su país!"

Jonathan Sánchez y Viviana Soler, dos venezolanos que también trabajan en el transporte público de Bogotá, le relataron a CNN en Español hace menos de un mes, el rechazo que han sufrido por provenir de su país: cuando les oyen el acento, algunas personas les dicen que se devuelvan.

“Esos comentarios son comunes. Mucha gente hace mala cara cuando escucha el acento. [Dicen] ‘¡ay, otro!’”, relata Sánchez. “Un señor nos escuchó el acento y me dijo ‘¿Venezolano? Váyase para su país!’. Es una cuestión de xenofobia tremenda”.

Sin embargo, Daniel Pages, presidente de la Asociación de Venezolanos en Colombia(ASOVENCOL), que los casos de xenofobia en la capital de Colombia son muy pocos y son aislado. “Han existido unos casos aislados, que vienen dados por que en cualquier lugar siempre hay extremistas, pero se hace público y al final se conoce", indicó.

¿Cuántos venezolanos han salido de su país?

El número de solicitudes de asilo de venezolanos se triplicó en 2016 con respecto al año anterior  según un reporte de la ACNUR. Llegó a las 34.200 peticiones, mientras que en 2015 fue de 10.200. Además, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para el 2015 habían salido de Venezuela 606.281 personas, mientras que el Banco Mundial sitúa esta cifra en 655.400 a través de su iniciativa Knomad.

En Colombia la dinámica también está al alza: entre 2012 y 2017 el número de venezolanos que ingresan al país ha aumentado paulatinamente pasando de un poco más de 250.000 en 2012 a 378.000 en 2016, según Migración Colombia. Hasta mayo de 2017 la cifra ya ascendía a los 221.000 venezolanos sin especificar su estatus migratorio.

Y mientras los números de las personas que salen del país sigue aumentando, Rodríguez indica que los territorios que los reciben no están preparados para asumir esa realidad. “Los países que estamos recibiendo los venezolanos, estamos acostumbrado a enviar a Venezuela y a otros países, entonces esto tomó de alguna forma a los ciudadanos por sorpresa. Ciertamente, Colombia no tiene una tradición de recepción de migrantes”. Por eso para dar un debate frente a la situación considera que el primer paso es “hacer una especie de censo o conteo, más o menos aproximado de qué tan grande es esa población y en qué situación está”.

#VenezuelaBienvenida aún está en su fase de lanzamiento y, asegura Rodríguez, llegarán más piezas como el video de Alcides, Johan y Miguel. Pero, más adelante vienen diseños visuales con el objetivo de que cualquier persona pueda imprimir y estampar donde quiera: el objetivo es generar apropiación del hashtag. “La idea es que la gente pueda imprimir ese slogan y ponerlo en camisetas, ponerlo en su cuaderno, ponerlo en un bus, lo que sea, de manera que no sea Dejusticia la propietaria y la que controla la campaña solamente, sino que ojalá sean ciudadanos y ciudadanas las que bajen eso al terreno y lo apliquen a su propia situación”, aseguró.

¿Cuáles son los derechos que más se les vulneran a los inmigrantes venezolanos?

Según Rodríguez hay dos tipos de derechos básicos que se ven vulnerados en la situación inmigratorio. El primero son los derechos, “que tienen que ver con condiciones mínimas de supervivencia” como el acceso a la educación, a la salud, a la vivienda y a la alimentación. “Hay que recordar que la gente está saliendo de Venezuela con hambre y con necesidades básicas insatisfechas. Entonces viene, como la historia del video, con meses de haber comido poco, de haber dormido menos y al llegar a un segundo país se le complica aún más la situación porque inicialmente no tienen donde vivir y quien los acoja”.

El segundo tipo, explica, son los derechos vulnerados por la situación política en Venezuela como la libertad de expresión. En ese sentido, Rodríguez asegura que los países de acogida no pueden hacer mucho, pero sí deben trabar por reconocerles el estatus de refugiados. “Cuando la gente sale por persecución política no es que el país de acogida tenga la opción de darle el estatus o no, tiene que hacerlo porque la persona está perseguida. Y si no se le acoge así, se le está violentado el derecho a ese estatus”. Y en ese sentido, buena parte de los que están saliendo de Venezuela aplican a dicha condición “porque están siendo obligado a salir del país por razones de persecución política, de persecución social. Y que no es solamente son los grandes líderes de la oposición, sino que son las personas que han protestado en las calles, las personas de las ONG o ciudadanos del común”.

¿Deuda histórica con Venezuela?

La otra parte de la campaña que lanzó Dejusticia apela a la historia y a la memoria: y es que hay que recibir a los venezolanos que están llegando “como ellos nos recibieron a nosotros a lo largo del tiepo”, sostiene Rodríguez. De hecho, señala que “Venezuela durante décadas recibió a cinco millones de colombianos que salieron por la guerra y por la situación económica; peruanos que salieron por situaciones similares, y antes de eso argentinos, chilenos, uruguayos, que salieron en la época de la dictadura”. Entonces, ahora que ellos están del otro lado es hora de darles la mano. Algo que va de la mano con “desplegar políticas y programas para acoger a los migrantes, al menos temporalmente”, como lo escribió Rodríguez en una de sus columnas.

¿Qué está haciendo Colombia para ayudar a los inmigrantes?

El pasado 4 de agosto, Migración Colombia reportó que más de 22.000 venezolanos en situación irregular obtuvieron una nueva condición migratoria con la expedición del Permiso Especial de Permanencia. Y esto fue sólo durante el primer día en que se habilitó el servicio. Esta medida les permite a los venezolanos estar en territorio colombianos por un plazo máximo de dos años, tiempo en el que deberán “haber tramitado ante la Cancillería una visa o de lo contrario deberá abandonar el territorio colombiano”.

El Permiso Especial de Permanencia busca regularizar la situación de más 150.000 venezolanos que “pese a habérseles vencido los permisos para estar en Colombia, no han abandonado el territorio nacional”. La medida también les permite trabajar, estudiar y desarrollar cualquier tipo de actividad legal. Para Rodríguez este es un buen paso para estabilizar temporalmente a los inmigrantes. Pero advierte que aún falta “tramitar de manera eficiente sus solicitudes individuales, porque hay personas que pueda ser que quieran quedarse, o personas que digan ‘¡yo no puedo volver a Venezuela porque mi vida corre peligro’”.