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Noticias de EE.UU.

Casi 60 años después, este hombre tomó las mismas fotos que su abuelo alrededor del mundo

Por Halima Ali

(CNN) — Mientras limpiaba la casa de su abuelo en el verano de 2009, después de que éste se mudara a un asilo, Dave Tomkins se encontró con una caja. Allí estaba lo que con el tiempo lo llevaría a aventurarse a 17 ciudades en siete países y lo que, además, inspiraría una búsqueda de tesoro fotográfico entre los usuarios de internet.

La caja que encontró en la casa de New South Wales, Australia, contenía 50 imágenes que retrataban el viaje de su abuelo, Stephen Clark, por Europa, Estados Unidos y Asia, a mediados de los años 60. ¿Lo sorprendente? Tomkins no sabía absolutamente nada de la travesía.

Un descubrimiento inesperado

Stephen Clarke, en la fotografía, viajó por el mundo cuando estaba joven y tomó muchas imágenes de sus recorridos.

Mientras sostenía las pequeñas fotografías de 35 milímetros bajo la luz, Tomkins, quien trabaja como director de arte, estaba maravillado. No sólo por la composición y calidad de las imágenes, sino también por el hecho de que su abuelo hubiera viajado de manera tan extensa cuando los vuelos de Australia a Europa eran tan largos y costosos.

“Como siempre hacemos cuando tenemos cinco o seis o 10 años: vamos a donde nuestros abuelos y tratamos de decirles lo maravillosos que somos, los bien que nos va en la escuela y jugando fútbol”, comenta Tomkins.

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Tomkins se encontró con la caja de imágenes, incluyendo esta de Venecia, cuando limpiaba la casa de su abuelo.

“Sabes, yo pasé mucho tiempo hablando sobre mí mismo y nunca le pregunté realmente a mi abuelo qué había hecho, lo que parece un poco tonto ahora. Así que, cuando vi las fotografías, estaba realmente interesado en saber a dónde había ido en qué travesuras se había metido”, continuó el director de arte.

En el asilo, su abuelo se estaba sintiendo bastante triste, así que Tomkins pensó que las imágenes de su viaje podrían ofrecerle algo de qué hablar y animarlo un poco. Al escanearlas en su computadora portátil, Tomkins logró una gran revelación de las fotografías, pero Clarke no compartió su entusiasmo.

“Él no estaba realmente interesado. No podía acordarse y no quería hablar mucho de eso”, recordó el director de arte.

En julio de 2013, Clarke murió. Así que Tomkins nunca pudo saber con exactitud qué sitios visitó su amado abuelo.

Una cruzada fotográfica

El abuelo de Tomkins tomó esta imagen del Sydney Harbour cuando la famosa Casa de la Ópera todavía se estaba construyendo

De las 50 fotos que encontró, pudo reconocer una: se trataba del Sydney Harbour Bridge y la Casa de la Ópera a medio construir.

Y eso ocupó los pensamientos de Tomkins.

“Miré esa imagen y supe de inmediato dónde era porque se trataba de Australia. Eso me llevó a pensar que si yo sabía cuál era ese sitio, sin que aún estuviera construido del todo, alguien en Italia iba a reconocer el lugar de un puente. Entonces llegué a la conclusión de que todo lo que tenía que hacer era lograr que estas fotografías fueran vistas por tantas personas como fuera posible. De ellas, alguna iba a saber dónde fueron tomadas las imágenes”, explicó Tomkins.

Tomkins recreó la imagen del Sydney Harbour.

En 2014, Tomkins, quien había pasado años pensando y hablando de publicar las fotografías en internet para rastrear el lugar que retrataban, renunció a su trabajo y construyó una página web para exhibirlas.

Durante la primera semana de lanzamiento, 45 de los 50 sitios ya habían sido identificados. Y no necesariamente fueron personas que reconocieron la locación de inmediato.

“La gente ama el misterio”, explicó Tomkins.

“Realmente disfrutan ser la persona que puede saber cuál es el lugar o que puede señalarlo, creo que eso de verdad mueve a la gente. Un hombre me envió por correo 20 enlaces de Google Street View. La cantidad de trabajo que hay detrás de eso es una locura”, señaló.

Valores familiares

Para Tomkins, el proyecto se convirtió en una manera de explorar la vida y el legado de su abuelo.

También recibió un inmenso número de emails por parte de personas que simplemente querían hablar sobre la familia.

“El 40% de los correos electrónicos que recibo son de personas diciendo ‘lo siento, no sé dónde fueron tomadas ninguna de las fotografías’. Pero ellos quieren hablar sobre su abuelo”, relató el director de arte.

“Una mujer de Serbia me mandó un mensaje realmente sentido sobre cómo llegó a la página web y empezó a llorar. Después, llamó a su padre con el que llevaba 20 años sin hablar”, añadió.

“Creo que eso es lo más interesante de esto: las personas terminan pensando en la historia de sus abuelos o de sus padres. Creo que es algo con lo que todos se pueden relacionar”.

En el camino

Rastrear los lugares de las fotografías no siempre es fácil: esta escena italiana demostró ser muy complicada de encontrar.

Después de la masiva respuesta, Tomkins decidió que pasaría los siguientes dos meses recorriendo los mismos pasos de su abuelo: parándose donde él lo hizo y tomando de nuevo las fotografías, pero la misma cámara que Clarke usó en los 60, una Voigtlander Bessamatic

Algunas veces llegaría a un país sabiendo exactamente dónde quedaba su destino, mientras en otras ocasiones debía buscar por ciertas zonas para hallarlo. Y el resultado final no siempre valía la pena.

“En Italia, me estaba quedando en un hostal y tuve que tomar un autobús, un tren y otro autobús para llegar a las colinas de Sarezzo. Estaba haciendo mucho calor y yo tenía encima cuarto cámaras, un trípode y todo este equipo. Tuve que caminar por horas y horas tratando de encontrar un lugar y no lo logré”, narró Tomkins.

Eventualmente, Tomkins se tropezó con la vista italiana que estaba buscando de manera inesperada.

“Me sentí muy triste y pensé que después de todo el esfuerzo que había hecho no iba a poder encontrarlo. Lo siento, abuelo, lo intenté. Después, tenía que bajar la montaña para tomar el autobús y cuando le di la vuelta a la esquina, ahí estaba”, reveló.

“Caminar frente a este escena, a la que has observado por años, es simplemente increíble. Y me imaginaba a mi abuelo parado allí donde yo estaba con su Voigtlander y tomando la foto. Ahora yo tenía la oportunidad de hacer lo mismo”, insistió.

Siguiendo sus pasos

Clarke –luego Tomkins– viajó alrededor del mundo, incluyendo Hong Kong.

En algunos lugares, volver sobre los pasos de su abuelo fue una experiencia surrealista para Tomkins.

"Las fotos de Venecia fueron realmente interesantes porque la gente me explicó exactamente dónde estaban, pero el lugar parece un pequeño y complejo laberinto. Así que prácticamente pide seguir los pasos de mi abuelo, mientras él caminaba y descubría lugares en ese laberinto”, sostuvo el director de arte.

"Las imágenes parecían estar muy apartadas unas de otras antes de llegar allí. Pero pasé todo el día en la Plaza de San Marcos, tratando de conseguir que la luz funcionara y luego caminé por la esquina siguiendo las instrucciones que la gente me había dado. Así que pude saber que él había salido de la Plaza de San Marcos, girado por la esquina, pasado por un puente y entonces tomado otra foto. Así que fue genial seguir su camino”, explicó.

Tomkins disfruta imaginar a su abuelo caminando por las ciudades, con la cámara en la mano.

“Lo mismo ocurrió en Hong Kong. Puedo imaginar que fue a dar un paseo con su cámara y recorrí los mismos pasos del viaje que él hizo, lo cual resultó muy interesante para mí”, agregó.

A la fecha, Tomkins ha recibido más de 800 correos electrónicos. En julio de este año, el lugar de primera foto fue identificada como Espejo, España. Lo que deja sólo una imagen por identificar.

Esta es la única imagen de la que aún no se ha reconocido dónde fue tomada.

Tomkins tiene sospechas de que el sitio de la última imagen es en Suiza, pero tiene sentimientos encontrados acerca de encontrarla.

“Es realmente raro, ahora que sólo queda una por identificar. Esto es muy interesante para mí porque puedo hablar sobre mi abuelo, aprender sobre él y contarle su historia a diferentes personas. Se siente prácticamente como si estuviera allí afuera en algún lugar.

“Si encontramos el sitio de la última fotografía, es como si hubiera terminado. No hay nada más de lo que seguir hablando”.

Halima Ali es una periodista y editora freelance, que vive en Londres. Puedes encontrarla en Twitter como @Halima_Ali.