Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor y analista político de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal.
(CNN Español) – Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, ha hablado. El lunes 16 de octubre el presidente del Gobierno catalán, que allí se llama Generalitat, deberá aclarar si ha declarado o no la independencia de Cataluña.
Si para esa fecha lo ha admitido, o si no ha respondido, tendrá hasta el jueves 19 para rectificar. En ese momento, el Senado nacional, bajo el control del Partido Popular, pero con el respaldo del PSOE y de Ciudadanos, activará el artículo 155 de la Constitución que le permite asumir las funciones de la autonomía catalana.
¿Qué sucederá? A mi juicio, Puigdemont no responderá. Sacará a los partidarios de la independencia a la calle, con la esperanza de que, de producirse episodios de violencia, se sensibilice a la opinión pública a favor de su causa.
Esto lo sabe Rajoy, y por eso se ha armado de paciencia. No quiere ser quien primero recurra a la fuerza. Incluso, le pedirá al Tribunal Constitucional que refrende el uso del artículo 155 antes de ponerlo en efecto.
Es evidente que los independentistas tienen en contra la Constitución, a la mitad de la población catalana, a un porcentaje muy alto de los españoles y a todos los gobiernos de la Unión Europea, pero muchos están de acuerdo en continuar su marcha hacia la creación de un Estado propio.
Lo grave de estas circunstancias es que en los dos bandos hay personas que están pidiendo se actúe con mano dura. Lo hacen los independentistas antisistema de la Candidatura de la Unidad Popular, la CUP, deseosos de romper a España, salirse de la Unión Europea, del euro y de la OTAN. Pero también lo hace la derecha española que le reprocha a Rajoy su carácter supuestamente impasible y le pide que haga cumplir la ley a cualquier costo.
Eso quiere decir, tristemente, que hay olor a pólvora en el ambiente.