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#MeToo

Tras el escándalo de Weinstein, no podemos olvidarnos del acoso sexual en línea

Por Kelly Wallace

Nota del editor: Kelly Wallace es corresponsal digital de CNN y editora general. Puedes leer sus otras columnas aquí y seguir sus reportes en Twitter.

(CNN) – Harvey Weinstein. Bill O’Reilly. Un chef famoso. Otro cineasta. Un director editorial en Vox.

Han sido unas semanas impresionantes de acusaciones sobre acoso sexual contra hombres extremadamente poderosos. Las mujeres, tratando de reclamar algo de su poder propio, respondieron masivamente en redes sociales con el hashtag #MeToo (#YoTambién), compartiendo en su mayoría historias de cuando fueron acosadas sexualmente en el trabajo.

Pero el acoso sexual no se limita al ámbito laboral. Sue Sheff, autora del reciente libro Shame Nation: The Global Epidemic of Online Hate –que incluye un prólogo de Mónica Lewinsky–, señala que en la era digital el acoso sexual también prevalece en línea.

“En Shame Nation les estamos dando una voz a las mujeres que han sido acosadas sexualmente en línea", aseguró Scheff, quien también es una activista de seguridad familiar en internet. Ella misma fue víctima de ataques en línea durante 2003. “Queremos que la gente sepa que estas personas están sufriendo emocionalmente”, como las mujeres que son hostigadas sexualmente por un jefe o un colega.

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El 21% de las mujeres entre los 18 y 29 años aseguraron que fueron acosadas sexualmente en línea, más del doble de los hombres en el mismo grupo de edad que dicen haber experimentado estas agresiones, según una encuesta del Centro de Investigación Pew que fue publicada en julio pasado.

El sondeo registró que, en general, los hombres son más propensos que las mujeres a experimentar cualquier forma de acoso en línea, que incluye amenazas físicas e insultos. Sin embargo, las mujeres expresaron más preocupación al respecto, indicó la encuesta.

El 71% de las mujeres –y el 83% de las que tienen entre 18 y 29 años– creen que el acoso en línea es un problema grave, reportó la encuestra, contra el el 54% de los hombres y el 55% de los jóvenes.

"¿Quién me vio?"

Annmarie Chiarini, madre de dos hijos y profesora de inglés en una universidad, fue entrevistada por Shame Nation: ella sabe de primera mano lo doloroso que puede ser el acoso sexual en línea.

Cuando estaba pasando por el peor escenario de esta agresión, explica, temía salir de su casa. “Estaba en el entrenamiento de fútbol de mi hijo y miraba alrededor a todos los padres que estaban allí, preguntándome ‘¿quién me vio?’”, relató Chiarini, cuyas fotografías íntimas fueron publicadas en internet sin su consentimiento, durante una entrevista. “Cuando eres una víctima de acoso en línea, ningún lugar es realmente seguro”, sostuvo.

La experiencia de Chiarini comenzó en 2009, con una solicitud en Facebook de un antiguo novio de la escuela. Algo que finalmente terminó una relación romántica. En algún momento, su novio comenzó a suplicarle fotos desnudas."Nunca me sentí cómoda por muchas razones, pero ... finalmente cedí", explicó. Por eso, decidió compartir con él algunas imágenes en las aparecía semidesnuda.

La relación comenzó a deteriorarse después de que, según el relato de Chiarini, él se volvió extremadamente posesivo y celoso: quería saber con quién estaba en todo momento y la acusaba de engañarlo. Ella decidió terminar, pero su ex no estaba contento y le lanzó algunas amenazas: o volvían a estar juntos o él publicaría las fotos íntimas para una subasta en eBay.

Al día siguiente, continuó Chiarini, él cumplió su amenaza y subió las fotografías a la subasta de eBay. Sin embargo, las reprodujo tan rápido como lo que ella se demoró en solicitarle a la plataforma que las eliminara, dijo. “Lo primero que sentí fue simplemente que estaba muy avergonzada. El simple pensamiento de que mi sexualidad, mi cuerpo y mi privacidad estaban disponibles para otros fue espantoso”, explicó.

Chiarini tenía la esperanza de que nadie se enteraría las fotos, pero se enteraría de que un par de sus estudiantes y otros colegas ya las habían visto. "No tuve tiempo de enojarme con él. No tuve tiempo de sentirme traicionada. Tenía miedo. Solo quería que esto desapareciera. No tenía a nadie a quien acudir en busca de ayuda", añadió.

Entonces, fue la Policía pero de acuerdo a lo que dijo no hicieron nada. Le aseguraron que no se había cometido ningún crimen. En ese momento, no existían leyes para protegerse contra este tipo de agresión en línea.

Un año después, se enteró de que había un perfil falso en internet con sus imágenes íntimas, en el que se invitaba a hombres a ir a su casa para tener relaciones sexuales. Volvió a acercarse a la policía estatal y al FBI en busca de ayuda. Incluso pensó en suicidarse

"El abuso en línea es muy abstracto", explicó. "Son los pasos atronadores de un perseguidor invisible. Lo oyes. Está allí. Está presente. Es 24/7. No se detiene. Te llega desde todos los ángulos, pero no sabes, yo no sabía quién era”, insistió Chiarini.

El sitio fue visto 3.000 veces antes de que un amigo de ella descubriera cómo ayudarla a eliminas las fotos.

Después de su experiencias, decidió concentrarse en lograr cambios y ayudó a cabildear una nueva ley, ya vigente en Maryland, que considera la publicación de imágenes pornográficas no consensuadas un delito.

Muchas formas de acoso sexual en internet

El acoso sexual en línea puede tener muchas modalidades y Scheff registra bastantes ejemplos en el libro Shame Nation. Ahí está incluido el caso de Jessica Valenti, una columnista del diario The Guardian, quien escribe sobre feminismo. En 2016, Valenti anunció que dejaría Twitter por un tiempo, luego de que recibiera una “amenaza de violación de muerte” contra su hija de cinco años.

En ese momento escribió: “Estoy cansada de esta mie***. Cansada de decir una y otra vez lo aterrador que es esto, cansada de que me digan que debo aguantarlo”.

Scheff también menciona la experiencia de la actriz Ashley Judd. La fanática de baloncesto de la Universidad de Kentucky compartió a través Twitter, en marzo de 2015, que se refirieron a ella con una multitud de términos sexuales y peyorativos, después de que acusara a otro equipo de “jugar sucio” en el Torneo de la NCAA.

En un artículo de opinión para el portal Mic.com Judd escribió que lo que le ocurrió a ella es una “norma social devastadora que viven millones de niñas y mujeres en internet”. “Los acosadores en línea usan la más mínima excusa (o incluso ninguna excusa) para desmembrar nuestra personalidad. Mi tuit era simplemente el conveniente sistema de entrega para una furia hacia las mujeres que acecha perpetuamente. Sé que esta experiencia es universal”, añadió.

Scheff fue víctima de acoso en línea en 2003. Como consejera educativa que trabajaba con familias de adolescentes problemáticos, fue agredida en internet por lo que ella llama un “cliente descontento”. La autora señala que esta persona trató de dañar su carrera y destruyó su bienestar emocional.

"Cuando te atacan en línea, entras en este lugar oscuro y profundo", explicó Scheff. Ella no tomó ninguna medida hasta que supo por un psicólogo que le recomendaba familias, que muchas personas decidieron no contactarla por lo que encontraron cuando buscaron su nombre en Google.

Las implicaciones para ella fueron reales: una pérdida de futuros clientes. "Si te acosan sexualmente en línea o si tienes algún tipo de agresión en internet, tu empleador, tus admisiones, cualquier persona, no se tomarán un momento para decidir si se trata de hechos reales o de ficción en Internet”, indicó. “Simplemente (tras ver eso) se mueven a la siguiente persona“.

Scheff decidió escribir Shame Nation, después de enterarse de las tragedias relacionadas con el acoso y la intimidación en línea. Está, por ejemplo, el caso de Tyler Clementi, un estudiante universitario que se suicidó después que se transmitiera en internet el encuentro sexual que mantuvo con un hombre.

"Recordé ese lugar oscuro en el que estuve, ese lugar de desesperanza, ese lugar de '¿debería acabar con mi vida?’, que nunca haría", relató. "Teniendo 40 y tantos años, tuve la madurez para saber que esto iba a mejorar, así que esta es la importancia de un libro como Shame Nation: que la gente sepa que puedes sobrevivir. Allí hay maneras de prevenirlo, y la mejor parte es que puedes superarlo. Tú redefines tu vida después de que te han agredido".

¿Qué hacer si te están acosando en internet?

Su consejo para cualquier persona que haya enfrentado el acoso sexual en línea o cualquier otra agresión es denunciar al acosador ante la plataforma y señalarlo como abusivo. Muchas mujeres tienen miedo de informarlo, porque pueden sentirse avergonzadas o humilladas, o se preguntan si ellas lo provocaron.

“Quiero decir, al principio me preguntaba si había hecho algo malo. Estás pensando, ‘Dios mío, ¿las autoridades van a pensar que esto fue mi culpa?’ Y eso a veces es suficiente para evitar que quieras denunciarlo, y así es como se intensifica, y así es como los hombres o un perpetrador pueden salirse con la suya”, explicó Scheff.

Samantha Silverberg es una consejera profesional que trabaja con Online SOS, una organización sin ánimo de lucro que brinda apoyo confidencial y profesional a las personas que sufren acoso en línea. En Shame Nation, ella le dice a Scheff que lo más importante para ayudar a las víctimas es asegurarse de que sepan que no hicieron nada para merecerlo.

Chiarini, la víctima de porno por venganza, también alienta a las personas a que reúnan pruebas, como tomar pantallazos e imprimir todo lo relacionado con el abuso. También señala que pueden investigas las leyes en el estado donde viven y dónde reside su autor.

Además, hay recursos en línea, como la Iniciativa de Derechos Civiles Cibernéticos, que tiene una guía sobre cómo eliminar fotos publicadas contra la voluntad de una persona, y grupos como Online SOS, que ofrecen asesorías de apoyo.

Scheff también sostiene que hay que contarle a alguien, porque las víctimas no podrán soportar esto por sí mismas. Es muy difícil. “Muchas personas tratan de hacerlo solas y yo lo hice. Durante meses, no se lo conté a nadie. Me sentí avergonzada. Me sentía humillada, pero cuéntale a un amigo".

¿Qué crees que se podría hacer para combatir el acoso sexual en línea? Comparte tus ideas con Kelly Wallace en Twitter: @kellywallacetv