(CNN Español) – La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó este martes en su Asamblea General una resolución que abre la puerta a la suspensión de Venezuela del organismo por haberse producido “alteración inconstitucional del orden constitucional de la República Bolivariana de Venezuela”, según informó en un comunicado.
¿Qué significaría que el país saliera del organismo?
Venezuela culpó a Estados Unidos de la decisión, tildando al país de “extorsionar” a las demás naciones que apoyaron la resolución, la que calificó como “ilegal”. “¿Esto no es violar la soberanía de un país? ¿Esto no es ir en contra de la Carta de la OEA?”, se preguntó el canciller venezolano Jorge Arreaza durante su intervención en la Asamblea General.
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¿Puede la OEA suspender a Venezuela?
Primero es necesario hablar de la diferencia entre los términos suspender y expulsar. Los mecanismos previstos por la Organización de Estados Americanos son de suspensión (no de expulsión) de alguna de sus naciones miembro si éstas “alteran el orden constitucional”, según contempla el punto 20 de la Carta Democrática Interamericana. Una vez entendido esto, toca hacer cuentas. ¿Es posible que Venezuela sea suspendida?
“No es fácil”, explicó Mauricio Jaramillo, profesor principal de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad del Rosario (Colombia). “Es bastante difícil”, agregó Ronal Rodríguez, investigador en el Observatorio sobre Venezuela en la misma institución.
Según lo previsto por la OEA, se tiene que convocar una reunión extraordinaria en la que se votaría la suspensión de la nación en cuestión (en este caso, Venezuela). Que esa decisión sea tomada “requiere que dos terceras partes, es decir, 24 estados, pidan la suspensión”, explicó a CNN en Español Rodríguez. Y lo que ocurre es que “Venezuela sigue teniendo el apoyo de algunos estados del Caribe”, argumentó por su parte Jaramillo. Además de esos estados, otros más cercanos, como Bolivia, podrían no estar dispuestos a apoyar esa medida, según estos expertos. De hecho, en la votación que abrió la puerta a la suspensión hubo 19 votos a favor, cuatro en contra y 11 abstenciones.
Por ejemplo, Rodríguez mencionó el caso de República Dominicana, “tradicionalmente uno de los países más cercanos a Venezuela” que, sin embargo, votó a favor de la resolución del miércoles. “Todavía hay países que uno esperaría que estarían de lado de la aprobación de la resolución, pero no lo estuvieron”, agregó el investigador del Observatorio sobre Venezuela, que mencionó el caso de Ecuador y Uruguay, que se abstuvieron en la última votación.
Rodríguez recordó que Venezuela ya anunció en 2017 su salida de la OEA y que, para que ésta se hiciera efectiva, tendrían que pasar dos años. Por lo tanto, bajo su punto de vista, “es más probable que Venezuela aguante hasta el 2019”. “Venezuela va a tratar de tensionar las cosas hasta el momento de su retiro voluntario y no una salida por la puerta de atrás”, opinó el investigador.
Jaramillo, por su parte, mencionó que, aunque la votación está difícil por los números, el apoyo de los países a Venezuela “se ha ido erosionando”. “Lo que intuyo es que EE.UU. calcula que está cerca de tener el número necesario”, comentó.
“Si se va Maduro lo presentará como una forma de liberación”, opinó también Carlos Alberto Montaner, escritor y analista político en CNN. Él explicó que la OEA podría llegar a suspender a Venezuela pero que esto “depende de la seriedad de las presiones que pongan los países grandes”, mencionando explícitamente a Estados Unidos, Canadá, Brasil, México y Argentina. “Si les advierten a los partidarios de Venezuela que esa conducta antidemocrática tendrá consecuencias, muchos cambiarán sus alianzas”, adelantó.
¿Qué pasaría si finalmente Venezuela es suspendida?
Si finalmente se produjera esa suspensión de Venezuela de la OEA, la principal consecuencia sería un mayor aislamiento del país, según los expertos consultados. “Implicaría una sanción política. Venezuela no podría seguir participando de la deliberaciones de la OEA y obviamente eso derivaría en una profundización del aislamiento en el que ya está”, explicó Jaramillo.
Esto implicaría, también, el no reconocimiento del Gobierno de Nicolás Maduro como legítimo, por lo que muchos estados de la OEA podrían tomar medidas diplomáticas, como sacar a los embajadores del país. Con todo, este experto cree que sería “difícil” que esta decisión sea “un mecanismo de presión efectivo”. ¿El motivo? “Venezuela se ha vuelto muy resiliente, muy resistente”, dijo Jaramillo, y añadió que la suspensión “no contempla sanciones sobre sectores sensibles para la economía venezolana”.
“No tendría muchas consecuencias prácticas”, mencionó Montaner, que estuvo de acuerdo en que sería más una decisión con “cierto peso político”. Eso sí, bajo su punto de vista, “esta es una oportunidad de que los países iberoamericanos sean capaces de formular una política conjunta de apoyo a la democracia, pero llegando más allá de la mera declaración de principios”, aseguró. “Hay que proteger a los venezolanos del hambre y las enfermedades productos del chavismo”, aseveró.
La salida de la Venezuela liderada por Nicolás Maduro “no significa la resolución de la crisis en Venezuela”, añadió Rodríguez. Bajo su punto de vista, “es tal el daño que [Maduro] ha hecho, que el retroceso en materia democrática y materias como salud y educación es tan grande que el continente debe plantearse ya crear un programa de transición para que Venezuela pueda recuperarse”, independientemente de que el país salga o no de la OEA.
¿Cómo afectaría una hipotética salida de Venezuela de la OEA a sus habitantes?
Rodríguez sí mencionó como punto preocupante la vigilancia que la OEA ejerce sobre el Gobierno venezolano. “Lo que me preocupa es que la salida de Venezuela no resuelve nada”, insistió. “Por lo menos dentro de la OEA tenía que cuidar las formas, trataba de fingir que es un país democrático”, dijo. “El aislamiento de Occidente hacia Venezuela no es una estrategia muy adecuada”, opinó, al tiempo que comentó que la población de Venezuela “no ve que se resuelvan sus problemas” con la salida de la organización.
Ahora bien, Venezuela, aunque salga de la OEA, no es un ente aislado. “Independientemente de que Venezuela continúe o no en la organización, los países del contexto latinoamericano vamos a tener que tomar medidas frente a la crisis humanitaria que vive Venezuela y el riesgo epidemiológico que significa”, dijo, en referencia a los brotes de enfermedades como sarampión.
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Sobre esto también se pronunció Jaramillo, que explicó que la salida de Venezuela de la OEA no debería confundirse con el sistema de Derechos Humanos. Según dijo, la Comisión de DD.HH. “sigue recogiendo información y trabajando” y, sus datos, pese a no ser vinculantes, “tienen un peso simbólico y sirven para que otros países de la comunidad internacional hagan presión”.
¿Hay precedentes de suspensiones?
“Los antecedentes son nefastos”, indicó Jaramillo al respecto. El profesor universitario recordó que ha habido varios intentos de sancionar a países, por ejemplo a Perú cuando Alberto Fujimori ganó las elecciones en el año 2000 o a la misma Venezuela en el año 2002, cuando se produjo un intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez. Todas, “sin éxito”, dijo como ejemplo de lo complicado que es llevar a cabo estas decisiones en la OEA.
Honduras sí fue suspendida en el año 2009 tras el golpe de Estado que envió al exilio al presidente Manuel Zelaya. El país volvió a la organización en el año 2011.
La actual política de suspensiones data de los años 80, según explicó Jaramillo. Esto es anterior a la expulsión de Cuba en el año 1962.
De hecho, Rodríguez mencionó el caso de Cuba y el discurso que Miguel Díaz Canel, presidente del Consejo de Estado de Cuba, dio en Venezuela la pasada semana durante una visita oficial. Bajo su punto de vista, una salida de Venezuela de la comunidad interamericana hará que el país se acerque más a otras naciones, como Cuba.
“Hay acercamiento más hacia Cuba y una relación mucho más estrecha entre dos países que pueden vivir fuera de la OEA y del marco norteamericano”, concluyó.