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Donald Trump

Donald Trump

Donald Trump está completamente seguro de que triunfa en este “asunto de ser presidente”

Por análisis de Chris Cillizza

(CNN) – En la noche de este miércoles, mientras hablaba ante una multitud en Dakota del Norte, el presidente de Estados Unidos Donald Trump pareció insinuar que todo este asunto de gobernar un país no era tan difícil.

“La Fundación Heritage sacó un reporte, y esto fue hasta hace dos meses, ya hemos implementado el 64% de los temas principales en nuestra agenda”, aseguró Trump frente a una multitud que lo aclamaba. “Y eso es a un ritmo mucho más rápido que incluso el de Ronald Reagan. Eso es bastante bueno, ¿verdad?”, completó.

Dicho alarde también resultó aparente en el bombardeo de tuits que el presidente escribió este jueves. Rompiendo con su rechazo anterior a impugnar personalmente al fiscal especial en la trama rusa, Robert Mueller, Trump publicó: “¿Cuándo va Bob Mueller a enumerar sus conflictos de interés? ¿Por qué ha tardado tanto? ¿Aparecerán nombrados en la parte superior de su informe de 22 millones de dólares?… ¿Y qué hay de los 13 demócratas enojados, incluirán sus conflictos con la torcida H (refiriéndose a Hillary Clinton)? ¿Cuántas personas serán enviadas a prisión y perseguidas por delitos antiguos o totalmente ajenos (no hubo colusión y no hubo obstrucción de la colusión que no ocurrió)?… ¿Y qué está pasando en el FBI y en Departamento de Justicia con la torcida Hillary, el Comité Nacional Demócrata y todas las mentiras? ¡Es una situación vergonzosa!”.

¿Y la razón para tanta confianza en sí mismo? Donald Trump está, para tomar prestada una de sus palabras favoritas, ganando… Al menos tal cómo él lo ve.

Su toma del poder en el Partido Republicano es completa. Hizo historia durante la cumbre que sostuvo con el líder norcoreano Kim Jong Un. Reformó la judicatura con una serie de nombramientos conservadores. Y ahora, además, tiene la oportunidad de cambiar el futuro judicial del país para las próximas décadas gracias al retiro del juez de la Corte Suprema Anthony Kennedy, quien anunció su decisión este miércoles.

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Recuerda que el presidente se considera a sí mismo un gran hombre: alguien que cambia el curso de la historia, que transforma el camino de un país o quizás del mundo. Claro, eso es algo muy grande para pensar sobre ti mismo. Pero Trump nunca ha carecido de confianza.

Es esa confianza –que muchos llamarían soberbia– la que lo llevó a presumir esto en la Convención Nacional Republicana: “Nadie conoce el sistema mejor que yo y soy el único que puede arreglarlo”. Es esa misma confianza lo que permitió que Trump no se sintiera intimidado por su cargo de presidente. Es justo eso lo que le posibilita insistir en que “el que importa soy yo. Soy el único que importa porque, cuando se trate de definir, la política será acerca de eso. Ya lo has visto, ya lo has visto con fuerza”.

Trump observa al país y ve hechos que conspiran para hacer de él un presidente profundamente relevante. La oportunidad de nominar dos jueces de la Corte Suprema en los primeros 18 meses de su mandato resulta un legado ya concedido para un hombre obsesionado con cómo es percibido: tanto en la actualidad como a la luz de la historia.

La decisión sorprendente que tomó Kim al poner la desnuclearización de su país sobre la mesa –e incluso de sentarse por primera vez con un presidente estadounidense– implicaba hacer historia. La menor tasa de desempleo en décadas –incluyendo la de mujeres y estadounidenses negros– también es historia. Su posición entre los republicanos lo hace el más popular o al menos uno de los más populares de su partido.

“Saben, hace año y medio ellos dijeron que yo era un intruso”, recordó Trump en la noche de este miércoles. “¿Cuán malo es eso? Un intruso. Y ahora dicen, y ustedes lo admitirán, una cosa sale, una gran encuesta y varias encuestas. Un número de encuestas que (señalan) ‘Él es el presidente republicano más poderoso, más popular en la historia del partido’. Y hace muy poco yo era un intruso”, completó.

Sí, el país que Trump gobierna está más dividido –y enfadado– de lo que ha estado en un largo tiempo. Sí, la investigación de Mueller continúa, con cinco personas –incluyendo al exjefe de campaña de Trump y a un exasesor de seguridad nacional– declarándose culpables. Sí, los niveles de aprobación del mandatario –cuando se consideran para la totalidad de su presidencia– son históricamente bajos.

Es posible que Trump ni siquiera vea los elementos menos positivos de sus primeros 18 meses en el cargo. O –y esto es mucho más probable– que simplemente no le importe.

Recuerda que su principio rector es que simplemente hablen de él. A través de la historia, ese deseo de ser relevante se traduce en un anhelo de ser recordado. Para protagonizar libros de historia. Para tener un impacto que nadie pueda quitarte. ¿Los enemigos y los perdedores? Ellos siempre estarán allí. Pero son los ganadores quienes escriben la historia. Y Trump está absolutamente convencido de que él es un ganador.

Puedes disputar su propio cálculo de los éxitos que se adjudica. Pero lo que es cada vez más difícil de discutir es la importancia que tiene. Los presidentes anteriores han anhelado abiertamente las circunstancias que les permitieron sentarse en la historia, emergiendo como los grandes hombres que creen ser. (Recuerda: muchos de los “grandes” hombres no son necesariamente hombres “buenos”).

Trump –ya sea por suerte, por sus propias acciones o algo de ambas– ahora se encuentra en una posible encrucijada de la historia. Esa es una idea que anima a los republicanos y aterroriza a los liberales. Pero ese momento está sobre nosotros. Y Trump lo sabe.