CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
El Apunte de Camilo

Dime algo, por favor

Por Camilo Egaña

Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) – Si la entrevista suele considerarse un subgénero, ¿qué es entonces un programa de televisión dedicado a la entrevista?

Tal como está el patio, un lujo. Un lujo que solo se puede permitir una cadena como CNN en Español. Porque hoy en la tele, parece no haber tiempo para nada ni para nadie.

Un programa de entrevistas es -sobre todo- un buen pretexto para acompañarnos; para (re)conocer personajes de primer nivel en el mundo de la política, la cultura, la ciencia, los deportes o el espectáculo; para saber qué hace la gente que hace cosas por la gente. Y cómo consigue mover el mundo con sus revoluciones pequeñitas y maravillosas. Desde la ecología hasta la solidaridad y otras ocupaciones así de hermosas y necesarias.

Entre una cosa y otra, este programa ha cumplido sus dos primeros años.

Y si algo tendríamos que celebrar los que lo hacemos es que el espacio mantiene intacta su capacidad de incordiar desde el humor y la ironía; estimular desde la reflexión; e informar desde el rigor y la honestidad más absolutos. Que aquí no caben las medias tintas.

Cuando asumí este compromiso solo tenía claro una cosa: para escuchar, alguien tiene que preguntar y preguntar como Dios manda, y que luego, salga el sol por donde salga. Periodismo de segunda mirada, sosegado pero alerta siempre.

Que este programa cobije, además, la opinión sin orejeras ni antifaces de quien lo presenta es otro lujo inconmensurable. Jamás podré terminar de agradecerlo.

Paco Umbral —que escribía como Meryl Streep actúa— dejó dicho que el artículo de opinión es el solo de violín del periodismo y en estos tiempos en el que vocerío impera, que uno pueda opinar sin sobresaltos es bendición y privilegio.