CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery

Donald Trump

Donald Trump

¿Quiere Donald Trump acabar con la OTAN?

Por Carlos A. Montaner

Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor y analista político de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

(CNN Español) – Mi impresión es que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere terminar con la OTAN. Eso es coherente con un nacionalista antiglobalización que desea tener óptimas relaciones con Rusia.

Al fin y al cabo, la OTAN fue un instrumento militar concebido para frenar a la Unión Soviética. Y, tras la desaparición de esta, la principal función del organismo es proteger a los exsatélites de la URSS del espasmo imperial ruso.

Eso no se ha logrado en Ucrania, precisamente porque no pertenece a la OTAN y cometió el error de entregarle a Moscú su armamento nuclear.

Por eso, opino que Trump no conforme con exigirles a sus aliados de la OTAN que inviertan un 2% del Producto Interno Bruto en defensa –algo que harían poco a poco hasta alcanzar la cifra en el 2024– sorpresivamente se sacó de la manga el doble de ese porcentaje y ahora les exige el 4%.

publicidad

Incluso, medio punto más de lo que oficialmente invierte EE.UU.: un 3.5%.

Creo que lo que Trump está haciendo acerca más las posibilidades de otra guerra. ¿Por qué? Porque va a proliferar el armamento nuclear.

La única manera que tienen los pequeños estados bálticos o Bulgaria, Croacia o Eslovenia de evitar un zarpazo ruso es si desarrollan armas nucleares. Y todos esos países tienen la capacidad técnica y financiera de lograrlo. Mucha más que Corea del Norte, por ejemplo.

Trump cree que dirigir Occidente es un mal negocio. Roosevelt y los 11 presidentes que vinieron después pensaban lo contrario. Los españoles les llaman a las responsabilidades de las primeras potencias el “precio de la púrpura”. Trump no quiere pagarlo. Pienso que es pésimo para todos y, en primer lugar, para EE.UU. Un inmenso error.