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Donald Trump

Donald Trump

El navajeo de Trump

Por Camilo Egaña

Nota del editor: Camilo Egaña es el conductor de Camilo. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) -- Donald Trump no es un dictador. Y no aceptaría que se le percibiera como tal. Ni él ni nadie en sus cabales. Pero arremeter contra los periodistas es cosa de autócratas.

Cuando en una de sus embestidas más feroces contra la prensa – febrero de 2017 y tras una semana de ser especialmente belicoso con los informadores-, el presidente Trump se atrevió a decir que “la prensa es el enemigo del pueblo estadounidense”, el senador republicano John McCain dijo alto y claro que “lo primero que hacen los dictadores es reprimir a la prensa”.

Más de un año después de aquello, los ataques a la prensa han recrudecido.

Algunos periodistas son abucheados en los mítines políticos de Trump, otros en el supermercado de su barrio. Se los desprecia en los improductivos soliloquios de la vocera de la Casa Blanca y en los impertinentes e infantiloides mensajes del presidente en las redes sociales.

Donald Trump no lo sabe, pero el término ‘’enemigo del pueblo “es uno de los más ignominiosos en cualquier idioma: se popularizó durante la Revolución francesa para neutralizar a los adversarios y dar luz verde al terror.

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Un Lenin iracundo lo usaba también para descalificar a los que le hacían la contra y cuando Stalin desangraba a la Unión Soviética, el término tenía cabida incluso en el código penal de la URSS. El artículo 58 garantizaba salir del modo más expedito – casi siempre paredón-, de los revisionistas, los espías y los saboteadores.

Qué va a saber Trump eso, no sabe muchas cosas y no tiene voluntad de aprenderlas.

La gente de la prensa está harta y nerviosa. Uno nunca sabe de dónde vendrá el primer navajazo.

Más de 300 periódicos de Estados Unidos, desde los más humildes hasta los más poderosos, han publicado estos jueves editoriales para defender la libertad de expresión en el país en que la expresión de la libertad siempre ha sido respetada y tolerada.

Los periodistas apelan a los ciudadanos: "La prensa libre te necesita".

¿Pero cuántos de esos ciudadanos están dispuestos a pensar por sí mismos y garantizar la civilidad nacional, más allá de las chirriantes arengas populistas de un demagogo insensible?

Un sondeo del Centro Pew de Investigaciones reveló en 2017, que el 85 % de los votantes del Partido Republicano consideraba que la prensa tiene un efecto negativo en el país. En 2010, esa percepción la tenía el 68% de los republicanos encuestados.

El odio y ciertas formas de barbarie crece imparables como el moho. Y mucha gente ni siquiera detecta la fetidez.

Y repito, uno nunca sabe de dónde vendrá el primer navajazo.